Recuento de un año: una miscelánea de la parte negativa.
Está por concluir el 2009, un
año que hemos tenido que sortear de alguna manera los mexicanos, en medio de
una crisis económica mundial devastadora, de la drástica reducción de nuestra
producción petrolera y del envío de los miles de millones de dólares de
nuestros paisanos allende El Bravo; de la insólita aparición del virus de la
Influenza AH1N1, cuyas primeras víctimas se registraron en México y que luego
se convirtió en una pandemia diabólica que ya recorrió todo el mundo. Del
elevado número de homicidios, la mayoría de ellos sumamente crueles, atribuidos
a la guerra entre los cárteles del narcotráfico y entre estos y las fuerzas
armadas y el poder judicial.
El año en que la Organización
Mundial de la Salud ratificó que somos el país que ocupa el segundo lugar en
sobrepeso y obesidad en el planeta, solo atrás de los Estados Unidos de
Norteamérica y también el que fallecieron 50 menores de edad en una guardería
de la ciudad de Hermosillo, con lo que brotó a la luz pública el grado de
corrupción de las autoridades de los tres niveles de gobierno en el manejo de
este tipo de inmuebles; incendio de instalaciones que ocasionó una terrible
tragedia para sus padres y familiares y que conmocionó a la sociedad toda.
Un 2009 en el que prevaleció
la obsesión de los líderes sociales de lograr sus muy variables objetivos a
base de trastornar la convivencia pacífica de los inermes ciudadanos, por medio
de plantones, marchas y bloqueos de las principales avenidas, cruceros y
carreteras de México y de Oaxaca. Afectación de los derechos de terceros que ha
llegado al punto de la ebullición y de la intolerancia; de pasar de un nivel de
neurosis a la psicosis colectiva. Un ejemplo de ello han sido los crecientes
actos de linchamiento en las áreas urbana y rural.
En materia de salud, lo
negativo además, es el hecho de que la Diabetes mellitus es una grave amenaza,
pues ya ocupa la segunda causa de la mortalidad general y los accidentes son la
primera entre la población adulta joven. Estos están muy relacionados con la
imprudencia al conducir vehículos de motor, pero sobre todo con la ingestión de
bebidas alcohólicas de manera inmoderada. La situación es de tal magnitud que
ya es muy frecuente encontrarse con personas jóvenes desplazándose en su silla
de ruedas, como resultado de una fatal pesadilla.
Al respecto, el patético
testimonio de un joven que narró su propia tragedia en la Feria de la Salud
instalada la semana pasada frente al Museo del Palacio, tuvo que haber sensibilizado a toda la concurrencia
que lo escuchó con interés y atención. Debió haberse video grabado para luego
difundirlo a la población del Estado por medio de la CORTV, para que el impacto
sea de mayor efecto en jóvenes y adultos.
En dicha Feria de la Salud
prevaleció el mensaje oral y la difusión impresa acerca de las adicciones, las
que representan cada día un mayor peligro para nuestra juventud, pues el
porcentaje de adolescentes que consumen cocaína, marihuana, drogas sintéticas y
otras sustancias tóxicas, es ya muy significativo y preocupante en toda la
República.
Y no se diga del consumo de
las bebidas alcohólicas. Pareciera que no vemos, no oímos y menos pronunciamos
palabra alguna para frenar semejante signo del deterioro humano, pues no hay
entidad federativa alguna donde no se observe toda clase de publicidad para
alentar a la población a su ingesta desmedida; ahí están los anuncios donde de
manera cínica se publicita un calendario semanal y para cada día hay una
determinada oferta.
El caso es que hay que vender
sin importar que los consumidores, la mayoría jóvenes inexpertos, salgan
embrutecidos de los tugurios a encontrarse con la muerte o para causar la de
otros inocentes.
Con todo lo negativo del
2009, ¡Feliz Navidad!
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