La Diabetes y sus costos.
Cada año no hay un solo mes en el que no se conmemore de manera especial uno o varios temas de importancia para la salud pública mundial; se trata, en cada fecha escogida por la Organización Mundial de la Salud, con sus más de 190 Estados miembros, de destacar la información más relevante de cada acontecimiento, señalar avances y en menor medida retrocesos, inducir acciones individuales y colectivas de gran impacto, con la intervención de las estructuras gubernamentales en materia de salud y la participación organizada de la sociedad. No son simples recordatorios para ganar notoriedad y tomarse la fotografía, sino verdaderos llamados de atención para generar acciones inmediatas y permanentes. Son también una extraordinaria oportunidad para quienes ejercen un genuino y reconocido liderazgo, con la finalidad de que con su generoso entusiasmo e inteligente manejo en el ámbito de su competencia, fortalezcan, con su equipo de colaboradores los logros alcanzados o construyan nuevas estrategias hacia el objetivo común de abatir, reducir, eliminar o erradicar un determinado problema de salud.
Sin duda, el Día Mundial de la Diabetes, que aparece entre las efemérides de la salud de la OMS cada 14 de noviembre, es uno de los que más llaman la atención, porque dicha patología se ha convertido en una grave pandemia y por lo tanto en una seria amenaza para la humanidad en todos los órdenes. Es posible que existan en el mundo alrededor de 346 millones de personas con Diabetes, cifra que podría más que duplicarse para el año 2030 de no mediar intervención alguna; la alarma es que casi el 80% de las defunciones por diabetes ocurren en los países de menor grado de desarrollo, como el nuestro.
Sobre este tema mucho se habló y se publicó durante la semana en todo el mundo. En innumerables artículos y notas informativas y reportajes se hizo un recordatorio acerca de lo que es la Diabetes, sus tipos más frecuentes, complicaciones en todos los órganos, aparatos, sistemas y tejidos del organismo humano, recomendaciones dietéticas y de otro orden, diagnóstico, pronóstico y tratamiento y, en menor medida sobre su prevención. Vale la pena hacer hincapié en algunos datos. No necesariamente se necesita tener sobrepeso u obesidad para padecer esta enfermedad, sin embargo existen evidencias científicas que tales desórdenes influyen poderosamente para que se desencadene o detone la Diabetes.
Sobre esto último los medios masivos de comunicación han informado en fechas recientes lo que les han transmitido desde las más elevadas esferas del sector salud: que México es un país de obesos, que ocupamos el 1er. lugar en el planeta en obesidad infantil y el 2º. en obesidad de adultos y que entre estos el 72% de las mujeres son obesas y el 67% de los hombres también. Lo trascendente es que para el año 2021 se necesitarán 150 mil millones de pesos para poder atender las enfermedades relacionadas con este trastorno, lo cual representaría el 90% del gasto total de la Secretaría de Salud federal correspondiente al año 2011, que fue de 167 mil millones de pesos. En este último año la obesidad ya ocupó el 13% del presupuesto en salud. ¿No es preocupante que 3 de cada 4 personas que se hospitalizan en nuestro país tienen alguna enfermedad concomitante con obesidad?
Se dice y se dice bien que las enfermedades crónicas y degenerativas y sus complicaciones como la Diabetes, Hipertensión arterial, los trastornos del metabolismo de los lípidos con elevados niveles del llamado colesterol “malo” y los triglicéridos, así como los diversos tipos de cáncer, entre otros, llevarán a la bancarrota a los gobiernos de los países que no apliquen medidas de gran impacto en el corto y mediano plazos. En México se dispone de un programa específico para estas amenazas, pero me parece que se avanza casi nada porque no se ponen en práctica estrategias más contundentes y penetrantes en todos los estratos de la sociedad, dirigidas a educar a esta última en los buenos hábitos alimenticios y a la práctica diaria del ejercicio aeróbico. Hay que incrementar el gasto en prevención; no hacerlo será uno de los errores más costosos para el país.
Sin duda, el Día Mundial de la Diabetes, que aparece entre las efemérides de la salud de la OMS cada 14 de noviembre, es uno de los que más llaman la atención, porque dicha patología se ha convertido en una grave pandemia y por lo tanto en una seria amenaza para la humanidad en todos los órdenes. Es posible que existan en el mundo alrededor de 346 millones de personas con Diabetes, cifra que podría más que duplicarse para el año 2030 de no mediar intervención alguna; la alarma es que casi el 80% de las defunciones por diabetes ocurren en los países de menor grado de desarrollo, como el nuestro.
Sobre este tema mucho se habló y se publicó durante la semana en todo el mundo. En innumerables artículos y notas informativas y reportajes se hizo un recordatorio acerca de lo que es la Diabetes, sus tipos más frecuentes, complicaciones en todos los órganos, aparatos, sistemas y tejidos del organismo humano, recomendaciones dietéticas y de otro orden, diagnóstico, pronóstico y tratamiento y, en menor medida sobre su prevención. Vale la pena hacer hincapié en algunos datos. No necesariamente se necesita tener sobrepeso u obesidad para padecer esta enfermedad, sin embargo existen evidencias científicas que tales desórdenes influyen poderosamente para que se desencadene o detone la Diabetes.
Sobre esto último los medios masivos de comunicación han informado en fechas recientes lo que les han transmitido desde las más elevadas esferas del sector salud: que México es un país de obesos, que ocupamos el 1er. lugar en el planeta en obesidad infantil y el 2º. en obesidad de adultos y que entre estos el 72% de las mujeres son obesas y el 67% de los hombres también. Lo trascendente es que para el año 2021 se necesitarán 150 mil millones de pesos para poder atender las enfermedades relacionadas con este trastorno, lo cual representaría el 90% del gasto total de la Secretaría de Salud federal correspondiente al año 2011, que fue de 167 mil millones de pesos. En este último año la obesidad ya ocupó el 13% del presupuesto en salud. ¿No es preocupante que 3 de cada 4 personas que se hospitalizan en nuestro país tienen alguna enfermedad concomitante con obesidad?
Se dice y se dice bien que las enfermedades crónicas y degenerativas y sus complicaciones como la Diabetes, Hipertensión arterial, los trastornos del metabolismo de los lípidos con elevados niveles del llamado colesterol “malo” y los triglicéridos, así como los diversos tipos de cáncer, entre otros, llevarán a la bancarrota a los gobiernos de los países que no apliquen medidas de gran impacto en el corto y mediano plazos. En México se dispone de un programa específico para estas amenazas, pero me parece que se avanza casi nada porque no se ponen en práctica estrategias más contundentes y penetrantes en todos los estratos de la sociedad, dirigidas a educar a esta última en los buenos hábitos alimenticios y a la práctica diaria del ejercicio aeróbico. Hay que incrementar el gasto en prevención; no hacerlo será uno de los errores más costosos para el país.
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