¡Que alguien me explique!
En un determinado restaurante de la ciudad, el mesero que me atendió y que me conoce desde hace varios años tuvo la suficiente confianza para acercarse a mi mesa para lanzarme la siguiente pregunta: ¿Oiga Doc usted me puede explicar cómo actúa la sal en personas con la presión alta?, ¿Por qué?, le contesté y luego expresó “es que vi en la televisión que en la ciudad de México han retirado los saleros en los restaurantes y no me quiero quedar con el gusanito de la duda. Brevemente abordé el tema y me parece que quedó convencido. Esta experiencia dio pauta al presente artículo.
La sal es el nombre popular que empleamos para referirnos al Cloruro de Sodio. Es esencial para la vida y la función que desempeña es vital en la regulación de la cantidad de agua que retienen los tejidos, aunque en México se excede fácilmente en su consumo. Nuestro cuerpo requiere cada día una pequeñísima cantidad de ella, la cual oscila entre los 2 y 6 gramos; un gramo de Sodio equivale más o menos a 2.5 gramos de sal. El Sodio y el Cloro intervienen en la regulación de la presión arterial, controlan el equilibrio de los líquidos en el organismo y mantienen las condiciones adecuadas para que los nervios y los músculos funcionen bien. Además, el Sodio permite la absorción de determinados nutrientes como los aminoácidos y la glucosa. Por otra parte, la capacidad de los riñones de excretar o conservar el Sodio es un factor determinante para la regulación de la presión arterial. La sal se utiliza para conservar y darle sabor a los alimentos, pero en estos también está presente de manera natural y en los antiácidos, refrescos carbonatados y laxantes.
La ciencia médica ha comprobado en los últimos 20 años que al reducirse el consumo de sal a un máximo de 2.4 gramos de Sodio o seis gramos de sal al día, disminuye la presión arterial, efecto que es más notorio en quienes padecen de hipertensión arterial, en las personas obesas y en los ancianos. Los comités de expertos de los países más desarrollados recomiendan ajustarse a las cantidades ya mencionadas. La hipertensión arterial, que padece el 31% de la población en México, no suele tener síntomas, de ahí que se le llame “el asesino silencioso”, pero sus efectos suelen causar graves complicaciones, cuyo daño puede dejar secuelas irreversibles o llevar a la muerte, como ocurre con los llamados derrames cerebrales, insuficiencia cardiaca, infarto o insuficiencia renal.
Cuando se trata de alimentos que incrementan la presión arterial la sal es la principal culpable, pues el Sodio tiene la propiedad de absorber agua y si se consume una dieta rica de dicho elemento aumenta el volumen líquido en la circulación sanguínea y se produce una presión contra las paredes de las arterias, con lo que se eleva la presión arterial. Por todo lo dicho es muy importante reducir el consumo de sal, pero también debe mantenerse el peso dentro de lo normal, realizar ejercicio aeróbico, consumir alimentos ricos en Potasio, eliminar, si lo hubiera, el hábito del tabaquismo y moderar el consumo de bebidas alcohólicas.
Actualmente la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) ó Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión, recomienda una ingesta rica en frutas, verduras y cereales <con lo que aumenta el consumo de Potasio y de fibra> e incluye, además, productos lácteos desnatados, carne magra, legumbres, pollo y pescado. Los beneficios de esta dieta, si se sigue de manera constante y de por vida, son sumamente valiosos para prolongar la vida con calidad. Aproximadamente en 200 mil restaurantes, fondas y cocinas económicas se eliminarán los saleros. Es la campaña “Menos sal, más Salud”, que impulsa la Secretaría del ramo en el Distrito Federal con el apoyo de la Asociación Mexicana de Restaurantes y de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera. Quitar el salero de la mesa significa reducir en un 50% el consumo de la sal. Esta campaña se acompaña de otra, denominada “Ola blanca”, que inició a partir del día 15 de este mes, con el objetivo de tomar la presión arterial en las estaciones del Metro. Hay que implementar en Oaxaca y en todo el país acciones semejantes.
La sal es el nombre popular que empleamos para referirnos al Cloruro de Sodio. Es esencial para la vida y la función que desempeña es vital en la regulación de la cantidad de agua que retienen los tejidos, aunque en México se excede fácilmente en su consumo. Nuestro cuerpo requiere cada día una pequeñísima cantidad de ella, la cual oscila entre los 2 y 6 gramos; un gramo de Sodio equivale más o menos a 2.5 gramos de sal. El Sodio y el Cloro intervienen en la regulación de la presión arterial, controlan el equilibrio de los líquidos en el organismo y mantienen las condiciones adecuadas para que los nervios y los músculos funcionen bien. Además, el Sodio permite la absorción de determinados nutrientes como los aminoácidos y la glucosa. Por otra parte, la capacidad de los riñones de excretar o conservar el Sodio es un factor determinante para la regulación de la presión arterial. La sal se utiliza para conservar y darle sabor a los alimentos, pero en estos también está presente de manera natural y en los antiácidos, refrescos carbonatados y laxantes.
La ciencia médica ha comprobado en los últimos 20 años que al reducirse el consumo de sal a un máximo de 2.4 gramos de Sodio o seis gramos de sal al día, disminuye la presión arterial, efecto que es más notorio en quienes padecen de hipertensión arterial, en las personas obesas y en los ancianos. Los comités de expertos de los países más desarrollados recomiendan ajustarse a las cantidades ya mencionadas. La hipertensión arterial, que padece el 31% de la población en México, no suele tener síntomas, de ahí que se le llame “el asesino silencioso”, pero sus efectos suelen causar graves complicaciones, cuyo daño puede dejar secuelas irreversibles o llevar a la muerte, como ocurre con los llamados derrames cerebrales, insuficiencia cardiaca, infarto o insuficiencia renal.
Cuando se trata de alimentos que incrementan la presión arterial la sal es la principal culpable, pues el Sodio tiene la propiedad de absorber agua y si se consume una dieta rica de dicho elemento aumenta el volumen líquido en la circulación sanguínea y se produce una presión contra las paredes de las arterias, con lo que se eleva la presión arterial. Por todo lo dicho es muy importante reducir el consumo de sal, pero también debe mantenerse el peso dentro de lo normal, realizar ejercicio aeróbico, consumir alimentos ricos en Potasio, eliminar, si lo hubiera, el hábito del tabaquismo y moderar el consumo de bebidas alcohólicas.
Actualmente la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) ó Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión, recomienda una ingesta rica en frutas, verduras y cereales <con lo que aumenta el consumo de Potasio y de fibra> e incluye, además, productos lácteos desnatados, carne magra, legumbres, pollo y pescado. Los beneficios de esta dieta, si se sigue de manera constante y de por vida, son sumamente valiosos para prolongar la vida con calidad. Aproximadamente en 200 mil restaurantes, fondas y cocinas económicas se eliminarán los saleros. Es la campaña “Menos sal, más Salud”, que impulsa la Secretaría del ramo en el Distrito Federal con el apoyo de la Asociación Mexicana de Restaurantes y de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera. Quitar el salero de la mesa significa reducir en un 50% el consumo de la sal. Esta campaña se acompaña de otra, denominada “Ola blanca”, que inició a partir del día 15 de este mes, con el objetivo de tomar la presión arterial en las estaciones del Metro. Hay que implementar en Oaxaca y en todo el país acciones semejantes.
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