Influenza, mitos y verdades.
El hecho de que el virus AH1N1 haya sido la causa de casi 500 defunciones desde el primero de enero a la fecha debe ser motivo de preocupación. Es cierto, el actual episodio epidémico no es comparable con lo acontecido entre marzo y abril del 2009 y el mes de junio del 2010 en cuanto al número de casos observados, cuando llegaron a registrarse más de 70 mil, <ahora se contabilizan arriba de los cuatro mil > y hubo poco más de mil 300 muertes. Se afirma que la mayoría de las muertes han ocurrido en personas que no se vacunaron.
¿Cuáles son los principales motivos que aduce la población para no aceptar la vacuna? Ellos son: “Estoy enfermo y por eso no me vacuno”; “me apliqué la vacuna el año pasado y me dio gripa”; “no acepto la vacuna porque está hecha con células cancerosas”; “me puede dar el síndrome de Guillain Barré”, argumento esgrimido por el propio personal de salud que tiene algún conocimiento sobre tal síndrome; sin embargo, el riesgo estimado de llegar a presentarlo es de 1 o 2 casos por cada millón de vacunados. ¿Qué es lo positivo de la aplicación de la vacuna? Esta previene alrededor del 72% de las hospitalizaciones en grupos de población vulnerable (niños menores de 5 años, personas de 60 y más años, enfermos crónicos de obesidad y diabetes mellitus – generalmente entre los 35 y 55 años de edad-, personas con padecimientos que debilitan el sistema inmunológico, etc.); también se reduce significativamente el número de visitas a los servicios de salud, el uso inapropiado de antibióticos, pero sobre todo disminuye hasta un 87% las muertes provocadas por la Influenza en los mencionados grupos vulnerables.
¿Qué es lo característico de esta infección? Es de presentación súbita, con fiebre elevada, acompañada casi siempre con dolores musculares y de la faringe, tos sin flema, intensa y duradera, decaimiento y postración. Generalmente los pacientes se restablecen por sí solos en un periodo de dos a siete días; pero los casos más graves pueden resultar mortales, principalmente por complicaciones neumónicas. ¿Qué significan las letras A, H y N? Corresponden a la clasificación del virus, del cual se conocen tres serotipos: A, B y C <se antepone la palabra sero que significa suero>. Particularmente el virus “A” se subdivide en subtipos, en atención a los antígenos H y N, proteínas con propiedades enzimáticas, las que son responsables de los episodios epidémicos y pandémicos extensos y recientes. Tales subtipos no son específicos del ser humano ya que se han encontrado en diferentes especies de animales. La palabra H se refiere a las Hemaglutininas (con 15 subtipos antigénicos), cuya importancia radica en que permiten la adherencia del virus a las células. La letra N corresponde a las Neuraminidasas (con 9 subtipos antigénicos), las cuales intervienen en el proceso de penetración del virus a las células. Un serio problema con el virus de la Influenza es que muta con suma facilidad, pues con frecuencia se observan variaciones en sus antígenos, sobre todo en el tipo A. En México el virus más frecuente es el AH1N1 y es el que causa más víctimas mortales.
El virus se transmite de persona a persona por medio de gotas de saliva y por las secreciones nasales y faríngeas. Desde que penetra el virus en el epitelio pulmonar hasta que ocurren los primeros síntomas de la enfermedad pueden pasar de uno a cinco días. En este periodo puede transmitirse el virus a otras personas. La vacuna no es útil si se aplica al inicio o durante la enfermedad. No debe aplicarse a personas alérgicas a las proteínas del huevo, ante la presencia de fiebre mayor o igual a 38.5oC y tampoco si se ministró en menos de un año. Puede haber dolor hasta por dos días en el sitio de la aplicación. En personas que se vacunan por primera vez es posible que presenten fiebre hasta de 38.5oC, dolores musculares y malestar general, molestias que desaparecen de seis a 12 horas después, pero pueden continuar hasta por dos días. Finalmente, la vacuna protege a los individuos a partir de la segunda o tercera semana después de su aplicación y la inmunidad suele durar entre 6 y 12 meses; por ello hay que volver a vacunarse cada año, de preferencia en el mes de octubre.
¿Cuáles son los principales motivos que aduce la población para no aceptar la vacuna? Ellos son: “Estoy enfermo y por eso no me vacuno”; “me apliqué la vacuna el año pasado y me dio gripa”; “no acepto la vacuna porque está hecha con células cancerosas”; “me puede dar el síndrome de Guillain Barré”, argumento esgrimido por el propio personal de salud que tiene algún conocimiento sobre tal síndrome; sin embargo, el riesgo estimado de llegar a presentarlo es de 1 o 2 casos por cada millón de vacunados. ¿Qué es lo positivo de la aplicación de la vacuna? Esta previene alrededor del 72% de las hospitalizaciones en grupos de población vulnerable (niños menores de 5 años, personas de 60 y más años, enfermos crónicos de obesidad y diabetes mellitus – generalmente entre los 35 y 55 años de edad-, personas con padecimientos que debilitan el sistema inmunológico, etc.); también se reduce significativamente el número de visitas a los servicios de salud, el uso inapropiado de antibióticos, pero sobre todo disminuye hasta un 87% las muertes provocadas por la Influenza en los mencionados grupos vulnerables.
¿Qué es lo característico de esta infección? Es de presentación súbita, con fiebre elevada, acompañada casi siempre con dolores musculares y de la faringe, tos sin flema, intensa y duradera, decaimiento y postración. Generalmente los pacientes se restablecen por sí solos en un periodo de dos a siete días; pero los casos más graves pueden resultar mortales, principalmente por complicaciones neumónicas. ¿Qué significan las letras A, H y N? Corresponden a la clasificación del virus, del cual se conocen tres serotipos: A, B y C <se antepone la palabra sero que significa suero>. Particularmente el virus “A” se subdivide en subtipos, en atención a los antígenos H y N, proteínas con propiedades enzimáticas, las que son responsables de los episodios epidémicos y pandémicos extensos y recientes. Tales subtipos no son específicos del ser humano ya que se han encontrado en diferentes especies de animales. La palabra H se refiere a las Hemaglutininas (con 15 subtipos antigénicos), cuya importancia radica en que permiten la adherencia del virus a las células. La letra N corresponde a las Neuraminidasas (con 9 subtipos antigénicos), las cuales intervienen en el proceso de penetración del virus a las células. Un serio problema con el virus de la Influenza es que muta con suma facilidad, pues con frecuencia se observan variaciones en sus antígenos, sobre todo en el tipo A. En México el virus más frecuente es el AH1N1 y es el que causa más víctimas mortales.
El virus se transmite de persona a persona por medio de gotas de saliva y por las secreciones nasales y faríngeas. Desde que penetra el virus en el epitelio pulmonar hasta que ocurren los primeros síntomas de la enfermedad pueden pasar de uno a cinco días. En este periodo puede transmitirse el virus a otras personas. La vacuna no es útil si se aplica al inicio o durante la enfermedad. No debe aplicarse a personas alérgicas a las proteínas del huevo, ante la presencia de fiebre mayor o igual a 38.5oC y tampoco si se ministró en menos de un año. Puede haber dolor hasta por dos días en el sitio de la aplicación. En personas que se vacunan por primera vez es posible que presenten fiebre hasta de 38.5oC, dolores musculares y malestar general, molestias que desaparecen de seis a 12 horas después, pero pueden continuar hasta por dos días. Finalmente, la vacuna protege a los individuos a partir de la segunda o tercera semana después de su aplicación y la inmunidad suele durar entre 6 y 12 meses; por ello hay que volver a vacunarse cada año, de preferencia en el mes de octubre.
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