Dra. Eugenia Ruiz Dávila, Directora del Hospital General "Dr. Aurelio Valdivieso"
En 1983, existió en los Servicios Coordinados de Salud Pública en el estado, la Subjefatura de Atención al Hombre, de la que fui su titular, contraparte de la Subjefatura de Atención al Ambiente. En la primera, se integró el Departamento de Enfermería a cargo de la Enfermera con Maestría en Salud Pública María del Pilar Sánchez Villavicencio; con ella colaboraron una pléyade de enfermeras que en su tiempo integraron un extraordinario equipo de trabajo, coordinado por una gran líder, a quien cariñosamente se le conoció como “la Seño Pili”. Eran todo pasión y esmero, férrea disciplina en sus actividades y una excelente coordinación. Ese equipo lo conformaban las enfermeras Gloria Dolores Soto Cruz, Victorina Bolaños García, Ruth Eunice Gutiérrez Ortiz, Jovita Chávez Cruz, Hortensia Lilí Hernández Cano, Elisa Juárez Pacheco, Francisca Benítez Rodríguez y Escolástica Flores Trinidad; luego se incorporaron Eugenia Ruiz Dávila y Candelaria Cruz Aguilar. Lamentablemente, una decisión de nivel federal antes de que concluyera ese año determinó, en todo el país, la desaparición de los departamentos estatales de enfermería, lo que ocasionó una gran desilusión en nuestro formidable equipo; sin embargo, todas fueron comisionadas a los otros departamentos, en donde continuaron desarrollándose con el sistema de trabajo de la Enfermera Pilar, en beneficio de la salud de la población de la entidad. Otras enfermeras adscritas en el nivel central de dichos Servicios también se caracterizaron en ese tiempo por su vocación de servicio: Juliana Angélica Vargas Rodríguez, Irene Vásquez Mendoza, María del Carmen Ramírez Victoria y Francisca Montaño Bautista.
Desde entonces quedé sumamente impresionado por la calidad humana y el deseo de superación personal y en equipo del personal de enfermería, al que llegué a considerar y nombrar muchas veces, y hasta la fecha, como la columna vertebral de la atención sanitaria y asistencial de México y de Oaxaca. Personajes de la enfermería de nuestro estado de la talla de Carmen Velasco Osorio, Rebeca Moreno Jáuregui, Rafaela Hernández Chávez y Teresa Sánchez Calderón, pasaron a formar parte de la historia de la Enfermería estatal y nacional, constituyéndose en un modelo, un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de su profesión y para otras del área blanca de la salud. En fecha muy reciente, durante la gestión del presidente Enrique Peña Nieto, Teresa Sánchez Calderón recibió de sus manos el Premio Nacional de Enfermería, y si de reconocimientos se trata, la propia Enfermera Pilar Sánchez fue condecorada en la Ciudad de Puebla con otro Premio Nacional y el Hospital General de Huajuapan de León lleva su nombre; así mismo, la Enfermera Candelaria Cruz Aguilar fue premiada con una beca para un curso internacional celebrado en la Habana, Cuba, por haber ocupado un primerísimo lugar en la Escuela Nacional de Salud Pública y la Enfermera Gloria Dolores Soto Cruz obtuvo el máximo galardón que otorga la Sociedad Mexicana de Salud Pública, recibiendo, en el 2010, la Medalla y reconocimiento al Mérito Sanitario, durante el acto inaugural de su Reunión Anual. Esta última no ha parado en su preparación profesional, pues además de la Maestría en Salud Pública actualmente está por concluir un doctorado.Ella tomará posesión el 16 de noviembre como Directora del Hospital General “Dr. Aurelio Valdivieso” en un hecho sin precedentes en nuestro país, pues asume ese cargo no un médico, sino una digna Enfermera con una impresionante preparación profesional. Muy merecida encomienda y magnífica decisión. Se inscribió en una convocatoria para concursar con otros siete médicos y ¡ella fue la única mujer!, y obtuvo un rotundo dictamen a su favor. No recibe al Hospital en charola de plata, todo lo contrario, encontrará serias deficiencias en general y en todos los servicios, presupuesto insuficiente (que ha sido el “talón de Aquiles” desde siempre), desabasto de insumos del cuadro básico, equipamiento obsoleto, carencia real de un programa de conservación y mantenimiento, problemas crónicos de tipo laboral traducidos en inconformidades perennes, tal vez desaliento y desánimo que han conducido a una baja autoestima de grupo.
La falta de solución a los problemas que se viven en ese nosocomio es un factor determinante para desconfiar de toda clase de autoridades, las propias de la unidad como las de la oficina central de los Servicios de Salud de Oaxaca. De ahí que inicialmente se requiere una inyección de ánimo en todo el personal, un intenso trabajo luego de conocer con la mayor precisión lo que “le duele al Hospital” mediante un estudio inmediato, que permita realizar el diagnóstico de la situación actual y luego, la toma de decisiones por orden de prioridad. Es obvio que la Dra. Ruiz Dávila necesita de un real apoyo del nivel superior en todos los sentidos. Tendrá que ser muy perseverante y paciente y trabajar mucho y en equipo, delegar en sus colaboradores inmediatos y pedirles lealtad (aunque “la lealtad no se exige, se gana”). Sé que tiene los tamaños para hacerlo y que por ella no habrá excusas, que dará todo su tiempo y sus energías para demostrar de qué está hecha para actuar en ese nivel. Sé que haber logrado ese nombramiento ya le permite pasar a la historia de la salud de Oaxaca y del país, pero ahora tiene la mesa puesta para trascender. En ella está. Le deseo un rotundo éxito en su gestión
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