Vacunación de refuerzo ¡Otra vez el caos!

 El pasado nueve de diciembre recibí un video de la “Brigada Correcaminos” con el título: “Vacunación adolescentes y refuerzo en Oaxaca de Juárez”. Ahí apareció Nancy Ortiz Cabrera, delegada estatal de Programas para el Desarrollo en el estado de Oaxaca de la Secretaría de Bienestar del Gobierno de México, quien, desde un conocido parque de la capital invitó a la ciudadanía para que acudiera a vacunarse para prevenir la Covid-19; a los jóvenes de 15 a 17 años de edad la primera dosis del biológico de los laboratorios Pfizer BionTech, los días 14 y 15 de diciembre, y en las mismas fechas a menores de 12 a 17 años con alguna comorbilidad y los días jueves 16 y viernes 17 del mismo mes a los adultos mayores de 60 años con la aplicación de un refuerzo de la vacuna de AstraZéneca, haciendo énfasis en que la aplicación sería a partir de las nueve de la mañana en tres puntos de vacunación: en el Gimnasio de la Universidad Autónoma “Benito Juárez”, en la 28ª Zona Militar y en el Instituto Tecnológico de Oaxaca. Dicha servidora pública dijo textualmente:… “Pedirles un favor: no hagan esas filas, no se vayan a dormir a los puntos de vacunación, tenemos suficiente vacuna. Cuidémonos. Cuidemos la sana distancia. ¡Me vacuno por Oaxaca!” Hasta ahí, excelente que se haya utilizado un medio de comunicación muy efectivo, el que permeó de inmediato en las redes sociales, sin embargo se volvieron a repetir las escenas de marzo y abril en nuestra ciudad. Para mí no hay ninguna duda, se trató estrictamente de errores de logística, de una deficiente o inoperante planeación de esa operación. Volvimos a vivirlo en “carne propia” mi esposa y yo. Veamos.

Por la cantidad de personas a vacunar de más de una decena de municipios conurbados al de Oaxaca de Juárez, además la de este último, y con tan poco tiempo disponible, me imaginé que volveríamos a sufrir las consecuencias de una deficiente planeación. Aun así, nos preparamos desde la noche anterior para acudir al punto de vacunación más cercano a nuestro domicilio: la 28ª Zona Militar, ubicada en la colonia de Santa María Ixcotel del municipio de Santa Lucía del Camino. Aclaro que mi esposa tiene 70 años y yo 73. A las 8:30 horas ya estábamos en el lugar de los hechos después de un largo recorrido para llegar hasta la puerta principal de ese lugar. Ahí inició el caos. Ningún señalamiento, nadie que brindara información, y sí un ir y venir a partir de ahí, de personas en ambos sentidos, la mayoría con sillas plegables o con pequeños bancos y uno que otro en silla de ruedas acompañado de un familiar; todos con cara de angustia, de desesperación.

Pronto nos enteramos que la reptante columna ya se enfilaba hacia la colonia de “Las Flores” y que había personas que llegaron a formarse en horas de la madrugada, aun siendo ancianos o con alguna discapacidad física. El caso es que seguimos avanzando hacia donde supuestamente iniciaba la larguísima fila y no veíamos el fin. Hubo un momento en que me decidí a tomar una sana decisión: no continuar ese empeño, sobre todo por mi esposa y porque pronto tendríamos el efecto de los rayos del sol esa mañana. Así es que retornamos con “toda la pena”, y más vergüenza y humillación sentí porque estábamos cancelando de súbito la oportunidad del refuerzo vacunal. De regreso nos encontramos a algunas amistades, entre ellas al Dr. Sergio Ogarrio y a su esposa, los que también hacían un esfuerzo por llegar al inicio de la serpenteante fila, y a pesar de todo me animé a filmar las patéticas escenas de lo ¿injusto, reprobable, indigno e inhumano, o todo eso?, lo que no habíamos visto hasta que se establecieron en este año las jornadas para adultos mayores.

Cuando parecía que no nos vacunaríamos y con cierta tranquilidad desayunábamos en una cafetería de la Macroplaza, otra amistad que estaba ahí nos recomendó que nos vacunáramos en el hospital del IMSS Bienestar de Tlacolula. No lo pensamos y ahí, en 15 minutos logramos nuestro objetivo. Lo hicimos porque tenemos el privilegio de disponer de un auto, ¿pero el que no lo tiene? Con la infraestructura y experiencia del personal del sector salud y con mayor número de días, se hubiera cumplido la meta con un cálido y digno trato para los adultos mayores.

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