¿Los SSO en franca decadencia?

 Cuando ingresé en 1973 a los Servicios Coordinados de Salud Pública en el estado de Oaxaca mi primer cargo lo desempeñé en la oficina central de esa dependencia estatal, teniendo como superior inmediato al Dr. Armando Galicia Gijón, con posgrado en Salud Pública, jefe del Departamento Técnico y dependiente directo del titular, el Dr. Juan Cedeño Ferreira. Con ambos personajes me identifiqué plenamente, aprendí el arte de dirigir, adquirí y entendí lo que significa la lealtad, el sentido de identidad y pertenencia y viví lo que es el trabajo en equipo. Comprendí que hay que predicar con el ejemplo para alcanzar un objetivo común institucional y para ello qué mejor guía que la del Dr. Cedeño. En ese entonces el horario de labores era discontinuo, es decir mañana y tarde, para cubrir una jornada de ocho horas, aunque con frecuencia se extendía una o más horas, sobre todo cuando el servidor público se desempeñaba en un cargo de confianza.

El Dr. Cedeño mantenía una relación muy estrecha con sus colaboradores cercanos de manera individual o en conjunto, estaba al tanto todos los días de la marcha de los asuntos de índole administrativo e influía poderosamente en los jefes de departamento (el siguiente nivel después de él) para que la dependencia se mantuviera con un ritmo de trabajo sostenido para su cabal funcionamiento; actuaba con firmeza y energía cuando lo creía conveniente, pero quienes lo tratamos supimos siempre de su gran calidad humana y admiramos y reconocimos que era un jefe en toda la extensión de la palabra, con conocimientos, experiencia y que actuaba con sabiduría.

En fin, el originario de Morelia, Michoacán, después de 12 años al frente de los servicios estatales, dejó una honda huella y una escuela que siguió sus pasos con las siguientes generaciones de médicos y enfermeras que fuimos ocupando cargos directivos en la oficina central, jurisdicciones sanitarias, en los hospitales y centros de salud de mayor complejidad. Un gran acierto de su gestión fue procurar y apoyar los estudios de posgrado en la Escuela de Salud Pública de la mayoría de los médicos y enfermeras que se unieron a su equipo, por lo que Oaxaca se mantuvo entre las entidades federativas que más elementos propuso a dicho plantel para las distintas maestrías y especialidades. Es de destacar que en ese periodo futuros titulares de los servicios de salud en los estados, fueron comisionados desde el nivel federal para que observaran el manejo de la administración del Dr. Cedeño y recibieran asesoría de parte de este antes de tomar posesión de su cargo. También fue importante la excelente relación que mantuvo con las secciones sindicales en beneficio de los propios trabajadores y de los usuarios de los servicios.

Y aunque en los años siguientes no todos los titulares de lo que hoy son los Servicios de Salud de Oaxaca, SSO, cumplieron con el perfil de un posgrado en el Instituto Nacional de Salud Pública, sin embargo, a mi parecer, permanecieron casi incólumes los efectos de la escuela que dejó el hoy extinto Dr. Cedeño Ferreira, al mantenerse en funciones un buen número de trabajadores de confianza de aquellos años, cuya actuación permeó en “cascada” entre sus colaboradores, por lo que su desempeño permitió mantener un estándar de creciente calidad.

Lamentablemente, la situación que prevalece en los SSO desde hace un buen tiempo, permite deducir que estos entraron en un periodo de franca decadencia, en donde el espíritu y la mística de servicio casi están ausentes entre las nuevas generaciones de trabajadores, quienes se manejan en un ambiente de indisciplina, y al parecer no existe en ellos un sentido de identidad y de pertenencia con respecto a la institución y la relación de sus autoridades con las secciones sindicales deja mucho que desear, lo cual es muy preocupante; para que ocurra lo anterior ha tenido que ver, seguramente, un deficiente manejo gerencial de la dependencia en todos los niveles de su organización; de ahí sus magros resultados respecto de la media nacional. El reto para reparar un daño que parece irreversible es enorme y complejo, pero nada es imposible en esta vida. Está de por medio la salud de los oaxaqueños.

No hay comentarios.:

Con tecnología de Blogger.