Donald Trump, un segundo mandato que afecta a la Salud Pública del mundo

La información que le dio la vuelta al planeta en cuestión de minutos la semana que acaba de concluir de este mes de octubre en relación al desplazamiento de un portaviones desde el Golfo Pérsico hacia Sudamérica al frente de una poderosa flota de buques de guerra, se convirtió inmediatamente en un mal signo. Supuestamente ese movimiento fue ordenado por el presidente Donald Trump para apoyar las acciones contra el narcotráfico cuyos cargamentos proceden principalmente de Venezuela y Colombia. Las agencias informativas de los Estados Unidos de América no han podido aclarar si el congreso de dicho país aprobó semejante decisión y, como siempre, los órganos de gobierno directamente relacionados con situaciones de la más alta responsabilidad tampoco han sido tomadas en cuenta en esta ocasión, salvo los hombres de más alto rango del pentágono y colaboradores directos del presidente quien es muy asiduo de actuar de manera unilateral, de manejarse de acuerdo a sus ocurrencias sin importarle las consecuencias que puedan derivar de sus actos. Como era de esperarse el dictador Nicolás Maduro y el presidente Petro han dado una respuesta airada como es costumbre en ellos. La verdad es que es sumamente delicado el asunto si las fuerzas armadas de Trump llegan a escalar a un nivel indeseable.

En realidad, el segundo mandato de Donald Trump ha resultado una maldición para el mundo luego de haber conocido a dicho personaje en su primera gestión que culminó con el arribo del demócrata Joseph Biden quien no pudo lograr otro periodo de cuatro años ni tampoco la vicepresidenta kamala Harris. Durante sus primeros años de gobierno Trump demostró que no es un buen político y no está preparado para gobernar a la nación más poderosa del planeta, es decir no cuenta con el perfil apropiado para ese cargo pues solo es hábil y astuto para dirigir sus empresas heredadas de sus padres y de sus antepasados que como cosa de llamar la atención también fueron migrantes que procedieron de Europa a la Unión Americana. No es necesario abundar en las erráticas decisiones que Donald Trump asumió en aquellos cuatro años que mostraron de lo que es capaz un individuo con tantas deficiencias de su personalidad. Lo trascendente es que lejos de ofrecer un comportamiento prudente, mesurado y más dedicado a resolver los problemas de su propio país, volvió a la carga con sus mismas estrategias de campaña, pero con ideas expansionistas al agregar desde el inicio de su gestión su interés por anexar a Canadá y Groenlandia como parte del territorio norteamericano. Sigue creyéndose como el líder que está muy por encima de los mandatarios de todas las naciones a los que trata de manera despótica y si se puede con desprecio. Ese trato lo aplica a nuestro país sin dejar de pensar en acciones intervencionistas antiterrorismo contra los carteles de la delincuencia organizada que mantienen sus operaciones casi en toda la república mexicana. En ese sentido, estamos sujetos constantemente a las amenazas de clara beligerancia y con la idea de obtener la mayor ganancia en el próximo tratado comercial, el TEMEC.

Donald Trump tiene en su propio país varias bombas de tiempo, una de ellas es la pérdida de confianza del pueblo norteamericano, incluso de quienes votaron por el partido republicano para llevarlo a la presidencia de nueva cuenta; así mismo, ahora mismo el congreso de su país no logra ponerse de acuerdo para evitar la catástrofe financiera que significa el freno a su economía, pérdida de empleos y cierre temporal de múltiples dependencias.

Es de destacar la polarización de los habitantes como nunca antes se había observado en los Estados Unidos lo que ha derivado en constantes hechos de violencia, lo que ha llevado a la organización de marchas de descontento en todos los estados de la Unión Americana. Sin duda los hechos de sangre con múltiples víctimas se han acrecentado y el panorama se vuelve peor cada día al mantenerse una errónea política permisiva al favorecer que los hogares dispongan de armas para su defensa personal. Agrego que en la lucha contra el narcotráfico al parecer los resultados no son favorables de tal manera que ello contribuye cada año a un mayor número de muertes, sobre todo en población joven. Vale la pena recordar la enorme deuda externa que coloca a los Estados Unidos en uno de los países más endeudados del mundo. A todos esos problemas debería dedicarle su mayor tiempo Donald Trump, pero ahora mismo ha estado más interesado en tratar de resolver con su intervención en los conflictos bélicos en el continente asiático, particularmente entre el grupo Hamas e Israel y la invasión de Rusia en contra de Ucrania que ya cumplió varios años y no se ve el fin.

Parecía que Trump había logrado un avance importante para que se pacificaran las guerras antes mencionadas, pero no se han respetado los acuerdos iniciales por parte de los países en estado de guerra, convirtiéndose ese interés de Trump en un aparente fracaso.

Así es que por donde quiera que se le vea el segundo mandato de Donald Trump ha resultado fatal para su propio país y su relación con las organizaciones como las OMS, el Club de París, la Unión Europea que por cierto también sus países aliados forman parte de OTAN. Muy lejos se encuentra el mantenimiento de una buena relación con dos de los países más poderosos: Rusia y la República Popular China, y ahora en fecha más reciente con su vecino del norte el país de Canadá. No dudo en absoluto en que todos esos acontecimientos repercuten en la Salud Pública mundial, y para ello basta con profundizar el impacto de aquellos en la calidad de vida de los que hoy en día somos testigos de un peligroso y aparentemente irreversible deterioro de nuestra civilización que nos puede llevar al fin de la especie humana.


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