Los hospitales de atención materna e infantil: ¿Una solución?


Durante la actual administración del gobierno estatal, la infraestructura de salud ha observado un incremento superior al que se registró en anteriores gestiones. Me refiero, específicamente a la de los Servicios de Salud, cuya dependencia federal es la Secretaría del Ramo, con la que está unida no solo en materia jurídica y normativa, sino porque, además, sus recursos humanos, en gran parte, están incorporados al Sindicato Nacional de dicha dependencia.
Además de construirse y ponerse en operación más unidades de primer nivel de atención en todas las regiones de la entidad, se ha puesto especial énfasis en unidades de segundo nivel – algunas fueron planeadas e iniciadas en la gestión anterior- y de atención materno infantil. Estas últimas disponen de menos de diez camas y siento que son equivalentes, guardadas las proporciones, en cuanto a su tamaño, a los llamados Centros de Salud “B” con Hospital “D” que llegaron a contar hasta con 12 camas entre los años 70’s y 80’s.

Recuerdo a los de Santiago Yolomécatl, Asunción Nochixtlán, Asunción Tlaxiaco, Huajuapan de León, Putla de Guerrero, Santiago Pinotepa Nacional, San Pedro Pochutla, Santo Domingo Tehuantepec, Salina Cruz, Ciudad Ixtepec, Juchitán de Zaragoza, Matías Romero, San Juan Bautista Tuxtepec, Loma Bonita, San Juan Bautista Valle Nacional, San Juan Bautista Cuicatlán, Teotitlán de Flores Magón, Ixtlán de Juárez, Ocotlán de Morelos y Ejutla de Crespo.

Estas unidades eran dirigidas por un médico, que a la vez era un “todólogo”, pues lo mismo realizaba intervenciones quirúrgicas a cualquier hora del día o de la noche, sin ser estrictamente un cirujano con tal especialidad, que también brindaba la consulta externa y coordinaba la aplicación de los programas de prevención, promoción y educación para el fomento del autocuidado de la salud individual y colectiva, entre los que sobresalía el programa de vacunación universal.

Además se daba su tiempo para vigilar la administración del establecimiento y de los registros estadísticos inherentes a la productividad y rendimiento del poco personal que lo apoyaba. A principios de los 80`s, la mayor parte de los directores de los Centros de Salud “B” con Hospital “D”, también eran responsables de un territorio geográfico denominado Jurisdicción Sanitaria. Esto quiere decir que, aparte de conducir la unidad de salud, tenían bajo su control a todos los centros de salud rurales atendidos por pasantes de medicina, así como a las casas de salud o consultorios rurales atendidos por auxiliares de salud de la comunidad.

Llegaron a operar de este modo 29 Jurisdicciones Sanitarias, cifra que contrasta con las seis que actualmente funcionan en otras tantas regiones del estado; ninguna de estas opera desde el interior de un establecimiento de salud como antaño. Tuve la experiencia de haber formado parte del equipo de trabajo que, siguiendo las indicaciones del extinto Dr. Juan Cedeño Ferreira, entonces Jefe de los Servicios Coordinados de Salud Pública en el Estado, diseñamos la propuesta de reducir a seis el número de Jurisdicciones hace casi 30 años.

Los llamados hospitales materno infantiles, dotados de médicos especialistas en ginecología y obstetricia y pediatría, además de contar con un laboratorio de análisis clínicos básicos, pueden resultar un excelente apoyo para fortalecer las acciones del primer nivel de atención y al mismo tiempo para reducir el volumen de solicitudes de servicio al siguiente nivel, es decir, a los hospitales generales. Del hospital materno infantil es de esperarse una adecuada referencia al segundo nivel de aquellos pacientes que lo ameriten.

Sin embargo, salvo un crecimiento a futuro de este tipo de unidades, no es posible esperar de ellos una mayor capacidad de resolución, como sucede con un hospital con un mínimo de 30 camas y una plantilla tipo de arranque por lo menos de 150 trabajadores, médicos, paramédicos y administrativos.
Próximamente trataré sobre el rediseño organizacional de los hospitales, de acuerdo a los países con mayor desarrollo del mundo.

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