La transición epidemiológica.

La  llamada transición epidemiológica no es otra cosa que la modificación en el patrón de la presencia de las enfermedades dentro de las diez primeras causas de la mortalidad, las que de ser predominantemente transmisibles en nuestro país hasta muy avanzado el siglo XX, se vieron desplazadas por las no transmisibles y las que tienen como causas hechos violentos.

Al término de los años 30´s, de cada cinco niños mexicanos uno moría antes de cumplir el primer año de vida y alrededor del 50% de las mujeres adultas fallecía entes de los 35 años de edad. Menos de un siglo después, 97% de los recién nacidos logran llegar a cumplir su primer año y la mayor parte de las mujeres tiene la posibilidad de llegar a vivir casi 80 años.

En 1950, la mortalidad general era muy elevada en México, pues fallecían 16 de cada mil habitantes; en cambio, ahora se mueren alrededor de 4 habitantes por cada mil. Este hecho extraordinario ha sido un factor importante en el incremento de la esperanza de vida al nacimiento, pues de 49.6 años en 1950, ahora es de 78 años en las mujeres y poco más de 73 en los hombres. De singular relevancia ha sido también la disminución significativa de la fecundidad (número promedio de hijos por mujer en edad reproductiva), pues de 6.8 en 1970 se redujo a 2.2 en el año 2006.

El proceso conocido como envejecimiento poblacional, es producto de los tres fenómenos estadísticos mencionados -el descenso de la mortalidad general, el aumento de la esperanza de vida al nacer y la disminución de la natalidad-, lo cual implica que se modifique la estructura poblacional por una participación creciente de los adultos mayores. Por el contrario, la disminución de la fecundidad ha traído como consecuencia un “adelgazamiento” de la base de dicha estructura, debido al descenso en el aporte de individuos de la población infantil. En ese sentido, seguramente usted recordará que en la década de los 70´s la estructura poblacional del país era de tipo piramidal, con una base muy ancha a costa de la población constituida por los menores de cinco años de edad. En ese tiempo, la natalidad oscilaba en los 45 nacimientos por cada mil habitantes, dando como resultado más de dos millones de nuevos mexicanos cada año.

Actualmente la población de jóvenes y adultos en edad productiva intervienen, dentro de la estructura poblacional, de manera significativa, en una etapa de crecimiento heredada de los periodos de elevada fecundidad que hasta hace poco comenzó su declinación. Lo trascendente y preocupante, es que los mayores de 65 años muestran una tasa de crecimiento superior al 4% anual, lo que significa que para el año 2030 constituirán el 12% de la población nacional. El proceso de envejecimiento de esta última y la exposición a riesgos que se relacionan con estilos de vida nada saludables, han modificado la composición estadística de las primeras diez causas de muerte.

A diferencia de lo que ocurría hasta hace unas cuatro décadas, hoy menos del 15% de las muertes en México se deben a las enfermedades infecto contagiosas o transmisibles, problemas reproductivos y padecimientos relacionados con la desnutrición; esto es lo que en conjunto se denomina rezago epidemiológico. En cambio, ahora el 73% de las muertes la conforman las enfermedades no transmisibles como las llamadas crónico degenerativas (diabetes mellitus, cáncer, cirrosis hepática, problemas cardiovasculares, etc.).
Como consecuencia de la transición epidemiológica, también se han observado modificaciones en la contribución a la mortalidad de los diferentes grupos de edad. Así, mientras a mitad del siglo pasado alrededor del 50% de las defunciones se concentraban en los niños menores de 5 años, apenas el 15% de aquellas ocurrían en los mayores de 65 años. Actualmente la situación es inversa pues más del 50% de las muertes se producen en personas mayores de 65 años, y menos del 10% en los menores de 5 años. De lo anterior, podemos concluir que el nivel de salud de México se ha elevado, pero ahora hay otras amenazas que pueden llevarnos al retroceso si no adoptamos a tiempo medidas preventivas de gran impacto.

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