Los trasplantes de órganos.


Mediante la televisión tuve la oportunidad de volver a ver y escuchar al cantante hispano Raphael en su presentación en el festival de Viña del Mar, localidad de la República de Chile, tantas veces vapuleada por terribles terremotos a lo largo de su historia, como aconteció el fin de la semana pasada con un pavoroso movimiento telúrico de 8.8 grados en la escala de Richter y con una duración aproximada de minuto y medio.

Observé un Raphael al que le han hecho mella los estragos de la edad, no solo en el rostro sino también en su voz, la que alguna vez derivó en múltiples elogios al grado de llamarle “Ruiseñor”,  y posteriormente en medio del éxito, “Divo de Linares”, consolidándose su fama en el año 2008 cuando recibió el “Disco de Uranio” por la venta de más de 50 millones de copias de su material “Ayer, hoy y siempre”. Lo extraordinario es que este famoso cantante, fue sometido a un trasplante de hígado en el año 2003, cuando cumplió su sexta década de vida y desde entonces se convirtió en un denodado impulsor de la donación de órganos.

El trasplante de estos últimos ahora es muy común y diariamente se practican miles de ellos en todo el mundo. Los hay de córnea, médula ósea, riñón, hígado, pulmones, piel, corazón y otros, y aunque un elevado porcentaje de pacientes llamados “receptores” no llega a presentar complicaciones severas y logra una sobrevida bastante aceptable, sin embargo las reacciones de rechazo siguen hoy todavía sin ser totalmente resueltas.

La historia de los trasplantes se remonta al año de 1771 cuando el cirujano inglés John Hunter ya recomendaba el trasplante de dientes, negando la posibilidad de que al trasplantar un diente de una persona a otra diera lugar a la transmisión de alguna enfermedad. No es sino hasta 1908 cuando el Dr. Alexis Carrell, nacido en Lyon, Francia, pero luego radicado en Nueva York, se dedicó a realizar trasplantes de órganos de un animal a otro después de haber desarrollado estudios sobre cultivo de tejidos y trasplantes. Pionero de la cirugía cardiovascular, el Dr. Carrell fue galardonado con el Premio Nobel en 1912.

Otro Premio Nobel lo fue el cirujano suizo Emil Theodor Kocher, quien llevó a cabo los primeros trasplantes de la glándula tiroides. Tal distinción le fue otorgada en 1909 por sus trabajos en la fisiología, patología y cirugía de dicha glándula.

Los primeros intentos de trasplantar un riñón fueron obra del médico húngaro Emerich Ullmann, pero lo hizo en animales, como lo demostró el 27 de junio de 1902 ante la Sociedad de Médicos de Viena, al implantar en la zona del cuello de una cabra un riñón de perro. Sus trabajos le permitieron mostrar otro perro que logró sobrevivir 17 meses con un trasplante de riñón. 

Posteriormente, en 1910 y 1913 Ernst Unger y B. Schonstadt fracasaron al intentar el trasplante de riñones de simios. Es hasta 1936 cuando el Dr. S. Voronoy operó, sin éxito a un paciente, ocasionándole una grave intoxicación.
Por fin, el 17 de junio de 1950 el cirujano estadounidense Richard H. Lawler, trasplanta un riñón a Ruth Tucker, de 49 años de edad en la ciudad de Chicago, convirtiéndose en la primera receptora que sobrevivió a tan delicada intervención. Durante la década de los 60´s el trasplante de riñón se presentó como una alternativa cada vez más sólida versus la hemodiálisis.

Tal vez la cirugía de este tipo de mayor resonancia a nivel mundial fue la que practicó el célebre cardiocirujano Christiaan N. Barnard en la persona de Louis Washkansky el tres de diciembre de 1967, al trasplantarle el corazón de Denise Darvall, joven víctima de un accidente de tráfico. Fue el primer trasplante de este órgano, pero una infección causó la muerte del paciente 18 días después. A pesar de los éxitos subsecuentes el avance de los trasplantes desencadenó el debate entre la medicina y la ética.

En diciembre de 1989 se realizó el primer trasplante simultáneo de corazón, hígado y riñón en una misma persona. Ya en este siglo supimos del primer trasplante del rostro de una mujer. Un problema inevitable y de difícil control ha sido el lucrativo negocio con órganos, el que abordaré en otra ocasión.

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