Hacia la calidad de la atención médica.


En el año de 1990 la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina (AMFEM), inició el proceso de acreditación de los planes y programas de estudio de las Facultades y Escuelas de Medicina del país, el cual originó un procedimiento de evaluación dirigido a la medición de todos los elementos que permiten garantizar una educación médica de calidad.

De acuerdo al Programa Nacional de Salud 2007-2012, para el año 2006 existían 69 planteles de educación superior para la formación de médicos generales en la República Mexicana, afiliadas a la AMFEM. En ese entonces 42 ya estaban acreditados por el Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (COMAEM) y 27 estaban en proceso de autoevaluación, que es una fase preliminar al proceso de acreditación.

El COMAEM es el máximo organismo acreditador de la educación médica que se imparte en México, tanto de sus insumos como de sus procesos y resultados en los niveles de pre y posgrado, con reconocida autoridad moral para realizar sus tareas. Es reconocido como organismo acreditador por el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES) y está integrado por personas morales, instituciones públicas y privadas de nacionalidad mexicana y por personas físicas, cuyo objetivo esté vinculado con el propósito de elevar la calidad de la educación en medicina. Por otra parte, es consultor y asesor oficial de las instituciones relacionadas de manera directa e indirecta con la educación médica, es una institución financieramente estable, autónoma y  es la encargada de emitir los dictámenes relativos a la acreditación de Facultades y Escuelas, además de que garantiza su compromiso con todos los asuntos concernientes a la profesión médica.

En esa misma línea y como una estrategia más, dirigida hacia el mejoramiento de la calidad de la formación médica, la Secretaría de Salud estableció una política de asignación de los campos clínicos de los hospitales, exclusiva para las Facultades y Escuelas con planes y programas educativos acreditados o en proceso de acreditación, el cual se implantó en el año 2003, en coordinación con la Secretaría de Educación Pública, las instituciones del sector salud, el COPAES, el COMAEM y la AMFEM.  Actualmente, el 100% de los campos clínicos que el sector público asigna a los alumnos que cursan el internado médico de pregrado, están ocupados por alumnos de las Facultades y Escuelas de Medicina con planes y programas educativos acreditados o en proceso de acreditación.

Dichos campos clínicos han cubierto también, el requisito de haber sido certificados. La certificación y acreditación de unidades de atención a la salud se inició en el mes de marzo de 1999 con el Programa Nacional de Certificación de Hospitales, el cual dio lugar a la creación de la Comisión Nacional para la Certificación de Hospitales, dependiente del Consejo de Salubridad General. Su objetivo es garantizar el cumplimiento de la normatividad relativa a la estructura y a los procesos de atención. En un principio la certificación tuvo el carácter de voluntario, pero ahora es obligatorio y es un proceso que exige el cumplimiento de ciertos estándares de calidad, capacidad y seguridad de la atención médica.

Como puede colegirse de esta información, nuestro país ha logrado avances importantes en la última década, para que las unidades médicas certificadas brinden un servicio de calidad con profesionales de la medicina surgidos de Facultades y Escuelas acreditadas. Así mismo, de manera paralela, los colegios y asociaciones de médicos generales y especializados han impulsado de manera vigorosa, la estrategia de que sus miembros sean objeto de certificación cada cinco años.

Al 31 de marzo del año en curso el COMAEM tenía un registro de 54 Facultades y Escuelas de Medicina acreditadas (www.comaem.org.mx) de un total aproximado de 80 en el país. Únicamente faltaban los planteles de los estados de Morelos, Quintana Roo, Sonora y Tlaxcala. Lo trascendente para Oaxaca es que, después de intentar en dos ocasiones la acreditación de las Facultades de Medicina y Cirugía de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” y de la Universidad Regional del Sureste, ambas, finalmente lo han logrado; la primera el año pasado y la segunda en fecha reciente.

La sociedad oaxaqueña debe sentirse orgullosa y satisfecha de contar con dos planteles universitarios acreditados, donde se forman las futuras generaciones de médicos generales que habrán de cuidar su salud con un elevado nivel de calidad. Es de reconocerse el empeño y liderazgo del Dr. José Joaquín Cabrera Juárez, Rector de la URSE y del Dr. Hugo Ramírez Cervantes, por haber alcanzado ese extraordinario resultado.

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