La importancia de la Epidemiología. (La epidemiología).

El sábado 25 de abril, hice algunos comentarios a mis alumnos a los que les imparto la materia de Epidemiología, con respecto a la epidemia de Influenza por el virus A/ H1N1. Les mencioné que en pocos días los periodistas en radio y televisión, así como la población en general, ya usaban términos  comunes solo entre profesionales de la salud.

Así, vocablos  como virus, agente infeccioso, reservorio, susceptibilidad, caso sospechoso, primario, índice, probable o confirmado, así como epidemia, pandemia, cerco epidemiológico, cuarentena, vigilancia epidemiológica, gotitas de pflüge, periodo de incubación, periodo de transmisión, inóculo, patogenicidad, virulencia, cepa, manejo de contactos, etcétera, han engrosado el léxico de los mexicanos; en cierta manera esto forma parte de lo positivo que nos va a dejar la enfermedad. Algo parecido sucedió con motivo de la presencia del cólera en nuestro país hace más de una década.

La epidemiología demuestra hoy, una vez más su relevancia como rama de las ciencias médicas y en particular de la Salud Pública. Y su significado más simple se refiere al estudio de la distribución y frecuencia de las enfermedades, así como de los factores determinantes de su prevalencia en el hombre y, en consecuencia, a la solución oportuna de los problemas encontrados.

Sin duda, la experiencia que vivimos actualmente es única en nuestra existencia. Ni nuestros abuelos recuerdan algo semejante, pero sobre todo, los habitantes de una de las megalópolis más grandes del mundo: el Distrito Federal, rodeado del Estado de México, ya que entre ambas entidades registran una población superior a los 20 millones de habitantes.

Los gobiernos de ambas entidades determinaron medidas radicales de prevención sanitaria,  que si bien tienden a evitar la diseminación de la enfermedad, la afectación socioeconómica es ya de grandes proporciones.

Otros estados también se sumaron a las acciones de prevención, de tal manera que,  al igual que los anteriores, cancelaron la posibilidad de contacto masivo en la mayoría de los espacios cerrados e inclusive en los estadios de futbol, cosos taurinos y centros de espectáculos.

A lo anterior hay que añadir que la Federación tomó la decisión, primero, de suspender las actividades docentes en todos los planteles escolares del país, desde los jardines de niños hasta los de nivel superior, y luego la aplicación del  “puente” más largo del año, dirigido fundamentalmente a la burocracia, poniendo como límite preliminar este día.

Por otra parte, la Influenza ha desatado un alud de comentarios y cuestionamientos en todos los sentidos; la cantidad de mensajes de distinta índole vía internet, han rayado en lo inaudito e inverosímil, pero los más absurdos son aquellos que han puesto en tela de juicio la existencia misma de la enfermedad, desdeñando las declaraciones y criterios científicos de la propia OMS. Aquí mismo, el magisterio realizó su marcha con motivo del “Día del Trabajo” y en una expresión de falta de prudencia rechazó la epidemia y las medidas adoptadas para su contención.

El uso de tapabocas  se ha incorporado de súbito a nuestra cultura y la población ya sabe el riesgo de saludar con la mano o con un beso, que hay que tener cuidado al toser o estornudar y que hay que guardar distancia con las personas con las que conversamos, porque el virus se puede diseminar en un radio de por lo menos un metro de distancia. Lo que no sabemos es qué porcentaje de la población del centro del país, realmente  ha hecho caso a estas medidas, pues las imágenes de la televisión se concentran en determinados lugares de la gran metrópoli.

De cualquier manera, todas estas acciones para el autocuidado de la salud no serán para nada extrañas si, como se ha dicho, la epidemia de Influenza por esta nueva cepa viral, se llegara a presentar con más intensidad en el próximo invierno. Ojalá que antes de esa estación ya dispongamos de la vacuna.

Mientras tanto, esperemos retornar a la normalidad en los próximos días.