Fumar es un placer, genial, sensual…
No, no soy el único al que se
le ha ocurrido intitular una columna periodística de esa manera, pues debo
admitir que P.P.Villaflor, en El Observatodo, periódico chileno editado en la
ciudad de Coquimbo, ya lo hizo en fecha reciente, sólo que me llamó la atención
la manera como relacionó la letra de un tango, creado en 1926, curiosamente en
España y no en Argentina, con el problema del tabaquismo, cuya lucha a nivel mundial
se conmemora cada 31 de mayo por todos los países miembros de la Organización
Mundial de la Salud.
Si usted forma parte de las
nuevas generaciones que no alcanzaron a escuchar la famosa melodía “Fumando
espero”, de la que Juan Viladomat Massanes fue el autor de la música y Félix
Garzo, el de la letra, interpretada magistralmente por la desaparecida Libertad
Lamarque en 1956, lo menos que puedo ofrecerle es que conozca su exquisita
letra:
…”Fumar es un placer, genial,
sensual. Fumando espero al hombre que yo quiero, tras los cristales de alegres
ventanales, mientras fumo, mi vida no consumo porque flotando el humo me suelo
adormecer…
Tendida en la chaisse longe,
soñar y amar…Ver a mi amante solícito y galante, sentir sus labios besar con besos
sabios, y el devaneo sentir con más deseos, cuando sus ojos veo sedientos de
pasión. Por eso estando mi bien es mi fumar un edén…
Dame el humo de tu boca. Anda
que así me vuelvo loca. Corre que quiero enloquecer de placer, sintiendo ese
calor del humo embriagador, que acaba por prender la llama ardiente del amor…
Mi egipcio es especial, qué
olor, señor. Tras la batalla en que el amor estalla, un cigarrillo es siempre
un descansillo y aunque parece que el cuerpo languidece, tras el cigarro crece
en fuerza su vigor. La hora de inquietud con él, no es cruel, sus espirales son
sueños celestiales, y forman nubes que así a la gloria suben, y envuelta en
ella, su chispa es una estrella que luce, clara y bella con rápido fulgor. Por
eso estando mi bien es mi fumar un edén.”
Cuando estuvo de moda este
tango, la humanidad estaba muy lejos de imaginar que el causante de placer
desde la era precolombina, sería objeto de las más encarnizadas batallas de los
salubristas de todo el mundo hacia su eliminación, por los efectos letales que
causan sus cuatro mil sustancias tóxicas en el cuerpo humano, principalmente la
nicotina, que también es la que favorece la adicción. Efectos que cada 31 de
mayo vuelven a formar parte del mensaje que se dirige con especial énfasis a los
jóvenes, entre los que sobresalen el cáncer y el enfisema pulmonar y, de manera
indirecta el infarto del músculo cardiaco.
Por ese motivo, el Día
Mundial contra el Tabaquismo, asistí al acto oficial del sector salud en la
explanada municipal de Santa María Coyotepec. Con una excelente organización
por parte del Centro Nueva Vida de Xoxocotlán, las niñas y los niños
participaron en una vistosa calenda encabezada por un nutrido contingente de
“chinas oaxaqueñas”, un par de monos gigantes y la clásica banda de música. Casi
todos llevaban un cartel con leyendas alusivas y los levantaban y agitaban
bastante animosos. Luego vino el acto cívico social con mensajes, poesías,
bailables, teatro guiñol, interpretaciones a dúo y los organizadores entregaron una constancia a
las instituciones exentas de humo de tabaco.
Este tipo de actos,
seguramente se realizó entre el 28 y el 31 de mayo en todas las localidades del
Estado que disponen de un establecimiento de salud, por lo menos de primer
nivel de atención. En contrapartida, las empresas trasnacionales no escatiman
sus capitales para invertir en una mayor producción de cigarrillos, cuyo
mercado son los jóvenes en los continentes de menor desarrollo social y
económico. Es un hecho que las mujeres están fumando más que los varones; hacia
ellas han dirigido sus baterías las tabacaleras.
Ciertamente, no se pueden
negar los avances en la lucha contra el tabaco, sobre todo en la cancelación de
su promoción en los medios masivos de comunicación y al lograr cada día un
mayor número de espacios libres de la contaminación por el humo, sin embargo,
los espacios abiertos han venido a constituirse en los nichos de fumadores cuya
adicción y falta de voluntad les impide dejarlo. Por ello cabe preguntar: ¿El
hecho de que no se fume en lugares prohibidos ha disminuido el hábito de
fumar?; ¿Y en los hogares, donde uno o más de los progenitores han sido
fumadores, los han convertido en espacios libres del humo del tabaco?; ¿Cuál es
el impacto real de esta lucha en nuestro país?; ¿Cuáles serán las siguientes
estrategias? y una muy ingenua ¿Llegaremos a observar el fin de las empresas
tabacaleras?
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