Que no se nos olvide.

Que en esta temporada invernal que se inició en la cuarta semana de diciembre, las bajas temperaturas que se han dejado sentir en casi todo el país están contribuyendo al incremento de las infecciones respiratorias agudas (IRAS), sobre todo en las personas que se encuentran en los extremos de la vida, es decir, los menores de edad y los mayores de 65 años, etapas de la vida en las que nuestro sistema inmunológico no funciona al 100%.

Que es preocupante que tales infecciones terminen en cuadros bronconeumónicos, cuyas complicaciones pueden llevar a la muerte si no se brinda un tratamiento oportuno y efectivo. De hecho las estadísticas nacionales ya han dado cuenta del número de defunciones que se han registrado, principalmente en las entidades federativas del norte de la República.

Y que es un problema de salud pública por su magnitud, trascendencia y vulnerabilidad. En relación a la primera, las IRAS se diseminan de manera asombrosamente rápida, de tal manera que un enfermo con un ataque viral puede contagiar a todos los miembros de su familia; lo mismo puede suceder con un estudiante afectado,  de cualquier grado escolar con el resto de sus compañeros de grupo y qué decir de un trabajador en relación a los demás elementos de su centro laboral. En síntesis, es elevada la magnitud de las IRAS por el  enorme número de casos observados que se presentan en un tiempo muy corto con respecto a una población determinada.

Es trascendente, porque las IRAS causadas generalmente por virus, pueden complicarse ante la presencia de bacterias patógenas, las que ante un sistema inmunológico debilitado deterioran la salud de las personas afectadas al grado de causarles la muerte. Pero es vulnerable, pues con medidas de prevención oportunas y sencillas es posible evitar la diseminación de la infección y por ende reducir el número de enfermos y de defunciones. Además, si ya se desencadenó la infección y la enfermedad progresa, también es posible aplicar medidas de prevención si se instala el tratamiento médico de inmediato en el domicilio del paciente, y evitar, de esta manera, que tenga que ser atendido en una cama de hospital. Se trata de impedir que un paciente, de la edad que sea, termine en una sala de terapia intermedia o peor aún, de cuidados intensivos, como resultado de complicaciones en su manejo, muchas veces desde el seno de la propia familia o por descuido del mismo enfermo.

Sobre este tema de singular importancia en esta época del año, la Dirección General de Promoción de la Salud de la Secretaría del Ramo difundió a fines del 2010, lo que denominó como “10 buenos consejos para esta temporada invernal”. Los que en síntesis se señalan enseguida.

(1)Actívate. Por lo menos 30 minutos, lo que ayuda a que la energía fluya por el cuerpo, al generarse calor y al ayudar a que nuestro metabolismo funcione correctamente. Con ello también se mejora el estado de ánimo. Sin embargo, se recomienda que si se sale a caminar hay que abrigarse adecuadamente. (2) Aliméntate correctamente. Es recomendable incorporar a la alimentación más carbohidratos (pan integral, cereales, vegetales y frutas) e ingerir suficiente cantidad de agua. Sus efectos se observan en un mejor estado de ánimo y mayor energía.

(3)Toma algo de sol. La falta de la luz solar puede ocasionar depresión en muchas personas.  Por ello se recomienda estar más tiempo en contacto con la energía solar; además levantar las cortinas y abrir las ventanas de la casa y de la oficina para que penetre la luz del sol. (4) Trabaja sobre tus propósitos. Se refiere a los que nos hicimos con motivo del año nuevo. Modificar conductas negativas como llevar una vida sedentaria, comer en exceso o sin control, fumar, etc., es sumamente beneficioso.

(5) Evite el consumo excesivo de alcohol. En realidad las bebidas alcohólicas conducen a la depresión y en lugar de mejorar el estado de ánimo lo empeora. Por otra parte nuestras defensas no son óptimas en esta época del año. De ahí que se recomiende beber con moderación para evitarnos riesgos a nosotros mismos y a los demás. (6) Planee hacer algo emocionante. Un viaje de fin de semana, un día de campo, una fiesta (tomando en cuenta el consejo No. 5), una reunión de juegos de mesa o algún evento deportivo harán menos eterno el invierno y mejorarán el estado de ánimo.

(7) Relájese. Lea un libro o una revista, duerma temprano y suficiente, realice algún tipo de meditación o tome clases de yoga. Lo anterior alivia el estrés y eleva nuestro nivel de energía. (8) Disfrute de la temporada. Aproveche para visitar a los amigos, a los parientes, colaboradores, etc.; invíteles un café, caminen y platiquen. Es una buena forma para mantenerse activo y saludable de la mente y del cuerpo. (9) Dormir es sumamente beneficioso. Trate de dormir de 7 a 8 horas durante la noche. Si puede haga una siesta de 10 a 30 minutos por la tarde.

(10) Evite cambios bruscos de temperatura. En esta temporada hay que cuidar mucho no tener encuentros con cambios bruscos de temperatura, de frío a cálido o viceversa. Si se encuentra en un lugar cálido y va a salir a la calle donde la temperatura es muy baja, abríguese bien, sobre todo tapándose las vías respiratorias. A su vez, si de un lugar frío pasa a un lugar caliente, no se quite todas sus prendas inmediatamente, hágalo poco a poco hasta que el cuerpo se aclimate.

Todo lo anterior es muy importante, pero que no se nos olvide que si adquirimos una infección respiratoria, independientemente de las medidas que tomemos para su atención, es imprescindible que necesitamos adoptar una conducta responsable; esto quiere decir que evitemos contagiar a los demás, no saludando de mano y si tosemos o estornudamos hacerlo sobre el ángulo del codo. Es preferible quedarse en casa que ir al trabajo para evitar afectar a otros; por lo mismo, no debe permitirse el ingreso de un trabajador si presenta signos de infección. Es lo más sano que podemos hacer.

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