Los niños VIH.

La tragedia de los doce millones de niños huérfanos por la muerte de sus padres en el continente africano por el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) y la existencia de miles de infantes infectados en el mundo, como consecuencia de la transmisión vertical madre-hijo o de una violación sexual por sujetos portadores del VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana), representan el rostro aparentemente oculto, pero sin duda el de mayor impacto, de una epidemia que el año pasado cumplió tres décadas de ser reconocida de manera oficial.

De los 34 millones de personas infectadas por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana en el planeta a fines del año 2010, el 68% vivían en el África Subsahariana, lo cual ha llevado al descenso de la esperanza de vida de los países más afectados, pero los niños huérfanos, muchos de ellos con el virus en su cuerpo, y los que fueron objeto de violación significan una gran preocupación para sus respectivos países; los primeros por su condición de extrema pobreza, sin nada que garantice siquiera la subsistencia de los menores y tampoco la atención médica integral antirretroviral de los VIH positivos; de estos últimos y de los que fueron violados e infectados lo trágico resulta de lo temprano que deben de iniciar la ingestión de fármacos que si bien es cierto han demostrado su eficacia para controlar y reducir al mínimo la presencia del VIH, no se puede objetar que las reacciones adversas que producen son una de las causas importantes para la falta de apego o adherencia al tratamiento y por ende al abandono del mismo.

En México, al 30 de septiembre del 2011, se habían diagnosticado y registrado 151,614 casos acumulados de SIDA, de los cuales el 5.8% tuvieron una transmisión vertical madre-hijo durante el embarazo, en el momento del parto o en el transcurso de la lactancia. Las estimaciones preliminares realizadas con la versión más reciente del modelo del ONUSIDA Spectrum v. 442, indican que en nuestro país para el 2010 podrían haber existido entre 151,483 a 223,704 personas viviendo con el VIH y más específicamente, de 1,642 a 1,916 niños de entre 0 a 14 años de edad en necesidad de tratamiento antiretroviral. Según la Dra. Noemí Guadalupe Plazola Camacho, Coordinadora de Mujeres Embarazadas con VIH/SIDA y sus recién nacidos en el Departamento de Infectología del Instituto Nacional de Perinatología, se estima que en México hay 2,500 mujeres embarazadas infectadas cada año, esperándose el nacimiento de aproximadamente 750 niños con el VIH. ¿Pero cuántos de estos recibirán tratamiento?, ¿Cuántos de los que sí lo reciban se mantendrán en él de por vida?, porque en el caso de esta infección no hay ni vacuna ni medicamentos que logren la eliminación total del virus.

Existe todavía un factor de peso para que los niños con VIH sigan de manera apropiada su tratamiento, la irrupción de la etapa adolescente, pues durante la misma se ha podido observar que los ajustes psicoemocionales que se observan en ellos influyen poderosamente para que tomen decisiones inapropiadas como el de suprimir el tratamiento o la de optar por el suicidio. Aunque actualmente la sobrevida con los más modernos y eficaces medicamentos es tan prolongada que el paciente puede fallecer por cualquier otro padecimiento y no por efectos de la persistencia del VIH en los nichos donde es posible localizar la presencia del virus, en el caso de los menores de edad la situación se complica por lo antes señalado.

De ahí la trascendencia de la detección oportuna del VIH en las embarazadas. Es obvio que lo ideal es que toda mujer en edad fértil en riesgo de embarazo se proteja durante sus relaciones sexuales para evitar la transmisión del virus pero si no lo hizo y se infecta es imprescindible que inicie cuanto antes el tratamiento antiretroviral, generalmente después de las primeras 12 semanas de gestación; su parto tendrá que ser mediante la operación cesárea y se suspenderá la lactancia al seno materno; además, el bebé tendrá que someterse a tratamiento profiláctico por 28 días y luego ser objeto de control médico. La meta para el año 2015 es erradicar la transmisión perinatal.