Premio Estatal de Investigación.
Un país que no desarrolla investigación en los
diferentes campos del saber humano, está supeditado a depender de los avances
científicos y tecnológicos de otros, y en la medida que se postergue tan
importante actividad, en esa medida será el rezago que irá acumulando al paso
del tiempo en cuanto a su grado de desarrollo. Esa es la cruda realidad de lo
que en cierta forma sucede en México, algo que ya han opinado en múltiples
ocasiones personajes de la talla del maestro René Drucker Colín, uno de los más
prestigiados y reconocidos científicos mexicanos a nivel internacional,
especializado en fisiología y neurobiología, quien una y otra vez, ha reclamado
y justificado la necesidad de que se incluya en el presupuesto de egresos de la
federación, una aportación significativa para impulsar y fortalecer la
investigación en las instituciones que se dedican a dicha actividad.
En nuestro país se realiza investigación, es cierto, y
algunos de los científicos mexicanos han alcanzado un elevado nivel en su
especialidad y sus aportaciones figuran entre las referencias bibliográficas de
las más destacadas revistas del mundo de las ciencias y de la academia. También
los hay que han sido reconocidos en las naciones más desarrolladas y que pasean
su fama dictando conferencias en los cinco continentes, pero son los
menos. Sin temor a equivocarme, no creo
que se haya modificado de manera significativa el parámetro que se tenía al
inicio del presente siglo en cuanto a que alrededor del 60% de la producción
científica del país se genera por los profesionales de la medicina. Por lo que
no es de extrañar que en esa misma proporción estos últimos alcancen su reconocimiento
y registro oficial ante el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
Del amplio espectro de especialidades médicas se
publican más de 50 revistas, aunque no todas están indexadas; en ellas aparecen
trabajos de investigación que han ido cumpliendo con criterios y requisitos
internacionales, observados por un comité de revisión cada vez más escrupuloso.
La mayor cantidad de artículos médicos se produce en los Institutos Nacionales
de Salud, en los Centros Médicos de tercer nivel como el Siglo XXI del IMSS, en
el Hospital “La Raza” del mismo Instituto, en el Hospital “20 de Noviembre” del
ISSSTE, en nosocomios de prestigio del sector público como el Hospital General
de la SSA, el Hospital General Dr. Gea González, etc.; pero también hay que
incluir a ciertos hospitales de la medicina privada como el grupo Ángeles, el
Hospital Español, el ABC u Hospital Inglés, Médica Sur, etc. Por supuesto que
hay que incluir a las instituciones de educación superior como la UNAM, el INP
con su CINVESTAV y el Instituto Tecnológico de Monterrey, a manera de ejemplos.
A estas alturas es posible señalar que en un buen
número de instituciones de educación superior del país ya existe un área de
investigación; hace falta conocer el nivel, recursos y producción de cada una
de ellas. Lo cierto es que el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey
acaparan la mayor cantidad de investigadores médicos y por ende la generación
de trabajos de esa índole. En Oaxaca, desde la segunda mitad del siglo pasado
los médicos se han preocupado por desarrollar este campo en los tres
principales hospitales generales del sector salud: el “Dr. Demetrio Mayoral
Pardo” del IMSS, el “Presidente Juárez” del ISSSTE y el “Dr. Aurelio
Valdivieso” de los SSO; en fecha más reciente el Hospital Regional de Alta
Especialidad y posiblemente el Hospital de la Niñez Oaxaqueña. Es seguro que un
buen número de trabajos han sido publicados o se han presentado como trabajos
libres o en cartel en múltiples congresos, pero no se dispone de un registro
único de los mismos.
La reciente convocatoria del Premio Estatal de
Investigación en Salud, con la intervención de un Comité Interinstitucional en
la materia, es una excelente oportunidad para los profesionales de la salud,
pero sobre todo para beneficio de los usuarios de los servicios. Que los
objetivos se cumplan y los trabajos que se reciban antes del 31 de agosto sean
de excelente manufactura.
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