¿Cura el cáncer el “Dr. Ohashi”?
Según su propia
publicidad en revistas “del corazón”, quien se dice llamar Héctor Arturo Pérez
Radilla, autodenominado como el “conocido Dr. Ohashi” y que también se anuncia
como investigador fitoterapeuta, ofrece más de dos decenas de “sorprendentes
testimonios de cáncer verídicos” con nombre y fotografía de cada beneficiario;
en algunos casos aparece su profesión, teléfono, ciudad o localidad donde
radican, correo electrónico, el diagnóstico según el tipo de cáncer y los años
de recuperación del mismo, sin recaídas, luego de seguir un tratamiento a base
de “productos enzimáticos”. El propio anunciante advierte que no da consultas,
no ausculta y no da diagnósticos, pero el paciente debe llevarle todos sus
estudios clínicos.
En la misma publicidad
aparecen tres médicos y una química farmacéutica bióloga con cédula profesional
al lado de la fotografía de cada uno de ellos, quienes, incluso en calidad de
pacientes de cáncer, afirman haber trabajado con el “Dr. Ohashi”, haber sanado
y por supuesto también dan su testimonio de las artes curativas de quien
recomiendan ampliamente. Es tal el éxito de este particular personaje que se
vale de tres teléfonos, correo electrónico y de su propia página en internet,
para que los interesados soliciten informes, pudiéndosele encontrar
periódicamente, como él mismo lo dice, en las ciudades de Villahermosa y
Coatzacoalcos.
¿Pero qué tipo de cáncer ha llegado a
domar el multicitado fitoterapeuta?, bueno pues hay de todo: de mama, cerebro,
páncreas, próstata, ovario, útero, piel, pulmón, hígado, colon, del tejido
linfático (leucemia y linfoma), etc. En su anuncio no rinde testimonio ningún
personaje famoso ni siquiera del medio artístico nacional y menos del
extranjero, los que seguramente estarían dispuestos a gastar una considerable
suma de dinero para poder librarse del cáncer.
Y es que figuras que se convirtieron en su
tiempo en verdaderos íconos del mundo, difícilmente se han salvado de morir de
una neoplasia a pesar de haber recibido múltiples tratamientos a base de
cirugía, radioterapia, quimioterapia o la combinación de las tres, en los más
prestigiados centros médicos y hospitales del planeta; su fortuna no sirvió de
nada en la lucha por eliminar de su cuerpo la terrible multiplicación de las
células malignas y sus efectos devastadores, los que generalmente son producto
de metástasis a partir del tumor primario. ¿Quién no recuerda a Cornelius
Ryan?, corresponsal en la 2ª. Guerra Mundial,
autor de dos libros sobre el tema: “El día más largo” y “Un puente
demasiado lejano”; terminó su vida en medio de un gran sufrimiento por las
complicaciones del cáncer de próstata. O a Jacqueline Bouvier de Kennedy, ex
Primera Dama de los Estados Unidos de Norteamérica; a pesar de su riqueza Jacky
falleció por un linfoma maligno.
Más recientemente, Steve Jobs, empresario
y magnate de los negocios del sector informático y de la industria del
entretenimiento, genio del internet, murió a consecuencia de un cáncer del
páncreas. Otro más fue Germán Dehesa, periodista, escritor y locutor mexicano.
Pero ha sido en la industria de los espectáculos donde más se ha sabido de los
efectos letales del cáncer; he aquí algunos ejemplos: George Harrison, Mario
Moreno “Cantinflas”, Donna Summer, Leonard Bernstein, Julio Alemán, Daana Reave, Luciano Pavarotti, Joan
Crawford, Emilio Azcárraga Milmo,
Celia Cruz, Pedro Armendariz y su hijo del mismo nombre, John Wayne, Sammy
Davies Jr.
Como lo señala la OMS, un tercio de las
muertes por cáncer se deben a cinco factores de riesgo conductuales y
dietéticos: sobrepeso/obesidad, ingesta reducida de frutas y verduras,
sedentarismo, consumo de tabaco y de alcohol. Es curable si se diagnostica de
manera temprana, sobre todo el cáncer cérvico uterino, el mamario y el de
próstata.
En los niños el 60% de los casos de leucemia. En etapas tardías hay
quienes en su desesperación y ya desahuciados son capaces de recurrir a
cualquier tipo de tratamiento no médico con tal de ver la luz de la sanación.
¿El “Dr. Ohashi” es esa luz?, ¿Por qué se hace llamar doctor?, y ¿Qué son esos
“productos enzimáticos”?
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