El Servicio Médico Forense.

En la pasada administración de gobierno del Distrito Federal se construyó y se puso en operación el inmueble, instalaciones y equipamiento de lo que es la nueva sede del Servicio Médico Forense, más conocido como el SEMEFO. Dicha infraestructura, ubicada en el cruce de las calles de Niños Héroes y Doctor Liceaga, en la Colonia de los Doctores, se edificó en un área de 2 mil 600 metros y una superficie total de construcción de 11 mil 817 metros cuadrados, inversión que alcanzó los 157.5 millones de pesos. De acuerdo a especialistas en la materia esta magna obra es la más avanzada de América Latina en su tipo y está a la altura de las mejores del mundo.

El nuevo SEMEFO cuenta con siete niveles, amplios espacios y un diseño arquitectónico que privilegia espacio y funcionalidad; tres de sus niveles son subterráneos y en ellos se pueden estacionar 150 vehículos. Dispone de consultorios, anfiteatro, sala de necropsia, laboratorios, muelles de ambulancias, subestación eléctrica y áreas para los departamentos de Antropología, Genética, Imagenología, Patología, Odontología y los obvios espacios para el cuerpo de gobierno y la administración.

Tuve la oportunidad y el privilegio de haber conocido el antiguo SEMEFO, a media cuadra del actual, cuando en 1969 cursé la materia clínica de Medicina Forense; puede decirse que estaba casi nuevo pues había sido inaugurado el 24 de septiembre de 1960 por el presidente de la República, el Lic. Adolfo López Mateos. Este edificio se construyó para atender la creciente demanda de estudios postmortem en una Ciudad de México que en los años 50´s comenzaba su vertiginoso crecimiento de población y por el incremento de las defunciones en el país. Con ello se convirtió en una sólida institución, especializada en la determinación de las causas de muerte y como un extraordinario apoyo a la impartición de la justicia. Anteriormente, todo lo relativo a la identificación de cadáveres: autopsias, necropsias y otros estudios se realizaban en el departamento de patología del antiguo Hospital Juárez, nosocomio donde también recibí cátedra de insignes profesores y que a raíz del terremoto de 1985 tuvo que cambiar de ubicación en el Distrito Federal. De hecho, los antecedentes históricos del SEMEFO se remontan hasta mediados del siglo XIX, pero no fue sino hasta principios del siguiente siglo cuando la medicina forense comenzó a desarrollarse desde una perspectiva más científica.

En pocas palabras el nuevo SEMEFO dispone de un espacio para albergar 150 cadáveres y en caso de una tragedia podrían recibirse cien cuerpos más. En el área de anfiteatro ya no se usan gavetas para mantener los cuerpos, pues se dispone de dos salas de refrigeración y enfriamiento que evitan cualquier contacto de los cadáveres con el suelo. Desaparece así el antiguo manejo de depositar un cuerpo en una mesa fija, pues ahora se coloca en una charola con su carro y se lleva a la estación para que cada perito efectúe su estudio. Por otra parte, los alumnos de medicina que hagan sus prácticas pueden observar los cuerpos a través de los ventanales del anfiteatro conectados con monitores y en cuatro aulas situadas en el tercer nivel hasta 30 de ellos pueden recibir cátedra sobre medicina y ciencias forenses. El proyecto arquitectónico contempló la instalación de una biblioteca y un pequeño museo para conservar las estructuras orgánicas y esto sirva como apoyo a la formación de los estudiantes.

Pueden sintetizarse las funciones del moderno SEMEFO en elaboración de dictámenes y certificados médicos, identificación de cadáveres, antropología, odontología y fotografía forense, valoración de la edad biológica, dactiloscopía, patología, toxicología, enseñanza, investigación y archivo. El prestigio de esta institución radica, además, en que 90 por ciento de sus peritos son especialistas y tienen maestrías y un 10% tiene una antigüedad de más de 20 años. La inclusión de un área de apoyo psicológico para los familiares que acuden a reconocer los cuerpos, es atendida por licenciados en Tanatología. Es este un magnífico modelo para dignificar los SEMEFOS de todo el país.

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