Homicidios en México, su magnitud y trascendencia.
El presente artículo se basa en el documento “Magnitud y trascendencia de los homicidios en México, 2000-2010. Contexto nacional e internacional”, publicado en el suplemento informativo “Epidemiología breve”; año 1, número 2, del 2011, de la Secretaría de Salud federal; en él se expresa que los medios de comunicación y la percepción ciudadana ubican a México como uno de los países “más violentos del mundo”, lo que no coincide con la realidad; esto, señala, es en parte debido a que los medios masivos de comunicación (radio, televisión y prensa) han dedicado de manera creciente un tiempo considerable a la difusión de los crímenes violentos, lo que causa un impacto nada favorable en la población y conlleva a una sobrevaloración de la percepción de la violencia.
Destaca, en sus propias palabras, que el homicidio es una de las amenazas que más daño ocasiona a la seguridad pública, lo que significa un gran deterioro en la sociedad, tanto en la propiedad privada como en la vida, que refleja la sensación de abandono por las autoridades ante la inseguridad galopante e interfiere, y en no pocas ocasiones interrumpe, las actividades cotidianas: familiares, laborales, escolares, de esparcimiento y diversión. Además, son una forma de expresión del deterioro de la calidad de vida y de las condiciones de salud-enfermedad psíquica y social.
En el año 2009 las causas externas de defunción representaron el 12% de las más de 560 mil defunciones en el país; de aquellas, los homicidios representaron el 37% <24,947>, pero es preciso resaltar que estos incluyen otras causas y no solo las relacionadas con el narcotráfico o el crimen organizado.
Con asombro vemos que el 2007 México registró la tasa de mortalidad por homicidio más baja desde 1931 <8.4 defunciones por 100 mil habitantes>, pero a partir del año siguiente se incrementó significativamente, pues para el 2010 se estimó la tasa en 27.31, cifra que no se veía desde 1960; entonces se registraron poco más de 11 mil homicidios, mientras que en el último año se estimaron casi 30 mil. A pesar de ello, nuestro país no ocupa uno de los primeros lugares en el mundo. Con respecto a este, existe un promedio anual de 520 mil asesinatos; las tasas más altas ocurren en los países de África y en América Latina; de ésta nos superan varios de Centroamérica, así como Venezuela, Colombia, Brasil y Ecuador. Internamente las entidades con mayor tasa por homicidios son Chihuahua, Durango, Guerrero, Sinaloa y Baja California, mientras que Yucatán, Baja California Sur y Campeche registran las menores cifras. En el periodo 2007-2010, Oaxaca, registró 3.9% de todas las defunciones por homicidio del país y el 80% de estas se concentraron en 162 de los 2,456 municipios.
Existe un claro predominio de homicidios en hombres en una proporción de 4:1, aunque han aumentado las mujeres asesinadas y los mayores porcentajes se observan en el grupo de edad de 15 a 44 años, pero hay incrementos en los demás grupos, destacando los menores de 15 y los de menos de un año. Por último, más del 60% de los homicidios son provocados por arma de fuego. El estudio concluye que “la violencia se ha convertido en uno de los problemas de salud pública más serios del país y se expande peor que una enfermedad infecciosa, con el agravante de que no existen suficientes herramientas para enfrentarla. Son muchos los factores que intervienen en el aumento de homicidios que se cometen en México, teniendo entre los más visibles al narcotráfico y el crimen organizado; la lucha contra éste, que se presenta como una cruzada por recuperar la tranquilidad de los mexicanos y para evitar que las drogas lleguen a nuestra población, ha traído en realidad más muerte para jóvenes y adultos jóvenes. Asimismo, ha incrementado la percepción y el sentimiento de inseguridad, ha trivializado las causas y el manejo de la violencia, y no ha conseguido reducir la oferta de estupefacientes, cuyo consumo en México se ha incrementado”. Falta conocer información del 2011 y 2012. Es obvio que el objetivo nacional es volver, por lo menos a la tasa del 2007. Pregunto: ¿Cuáles serán las estrategias?
Destaca, en sus propias palabras, que el homicidio es una de las amenazas que más daño ocasiona a la seguridad pública, lo que significa un gran deterioro en la sociedad, tanto en la propiedad privada como en la vida, que refleja la sensación de abandono por las autoridades ante la inseguridad galopante e interfiere, y en no pocas ocasiones interrumpe, las actividades cotidianas: familiares, laborales, escolares, de esparcimiento y diversión. Además, son una forma de expresión del deterioro de la calidad de vida y de las condiciones de salud-enfermedad psíquica y social.
En el año 2009 las causas externas de defunción representaron el 12% de las más de 560 mil defunciones en el país; de aquellas, los homicidios representaron el 37% <24,947>, pero es preciso resaltar que estos incluyen otras causas y no solo las relacionadas con el narcotráfico o el crimen organizado.
Con asombro vemos que el 2007 México registró la tasa de mortalidad por homicidio más baja desde 1931 <8.4 defunciones por 100 mil habitantes>, pero a partir del año siguiente se incrementó significativamente, pues para el 2010 se estimó la tasa en 27.31, cifra que no se veía desde 1960; entonces se registraron poco más de 11 mil homicidios, mientras que en el último año se estimaron casi 30 mil. A pesar de ello, nuestro país no ocupa uno de los primeros lugares en el mundo. Con respecto a este, existe un promedio anual de 520 mil asesinatos; las tasas más altas ocurren en los países de África y en América Latina; de ésta nos superan varios de Centroamérica, así como Venezuela, Colombia, Brasil y Ecuador. Internamente las entidades con mayor tasa por homicidios son Chihuahua, Durango, Guerrero, Sinaloa y Baja California, mientras que Yucatán, Baja California Sur y Campeche registran las menores cifras. En el periodo 2007-2010, Oaxaca, registró 3.9% de todas las defunciones por homicidio del país y el 80% de estas se concentraron en 162 de los 2,456 municipios.
Existe un claro predominio de homicidios en hombres en una proporción de 4:1, aunque han aumentado las mujeres asesinadas y los mayores porcentajes se observan en el grupo de edad de 15 a 44 años, pero hay incrementos en los demás grupos, destacando los menores de 15 y los de menos de un año. Por último, más del 60% de los homicidios son provocados por arma de fuego. El estudio concluye que “la violencia se ha convertido en uno de los problemas de salud pública más serios del país y se expande peor que una enfermedad infecciosa, con el agravante de que no existen suficientes herramientas para enfrentarla. Son muchos los factores que intervienen en el aumento de homicidios que se cometen en México, teniendo entre los más visibles al narcotráfico y el crimen organizado; la lucha contra éste, que se presenta como una cruzada por recuperar la tranquilidad de los mexicanos y para evitar que las drogas lleguen a nuestra población, ha traído en realidad más muerte para jóvenes y adultos jóvenes. Asimismo, ha incrementado la percepción y el sentimiento de inseguridad, ha trivializado las causas y el manejo de la violencia, y no ha conseguido reducir la oferta de estupefacientes, cuyo consumo en México se ha incrementado”. Falta conocer información del 2011 y 2012. Es obvio que el objetivo nacional es volver, por lo menos a la tasa del 2007. Pregunto: ¿Cuáles serán las estrategias?
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