Preocupémonos por nuestro ambiente.

La salud es multifactorial, es resultado de la interacción de condicionantes ampliamente reconocidos en todo el mundo, los que actúan como favorecedores de manera determinante; unos son requerimientos elementales como la alimentación, el ejercicio y el reposo; también lo son los de tipo físico como la temperatura, la calidad del aire, el saneamiento y la higiene personal; otros son los que fortalecen la higiene mental, tal es el caso de la educación, el tipo de hábitos, la recreación y el bienestar, y ni que decir de los factores biológico-sociales que incluyen la nutrición, vivienda, vestuario, el nivel económico, producto del hecho de disponer de empleo y la posición que se tenga en este, el acceso a servicios médicos integrales, es decir, que incluyan la prevención, curación y rehabilitación y el derecho a la seguridad social. Pero si consideramos a la salud como producto del equilibrio de la llamada triada ecológica, en la que intervienen el agente, que puede causar daño, enfermedad o la muerte, el huésped, que somos los humanos y el ambiente o entorno donde conviven los dos primeros; en el momento en que se fractura o se rompe dicho equilibrio es obvio que se produce la enfermedad en el huésped. Es indudable que el ambiente juega una función fundamental para que se observe dicho equilibrio.

El deterioro del ambiente puede ocasionar enfermedad física o mental, o ambas; respecto de la primera, la diversidad de padecimientos incluye a los de tipo infecto contagioso o transmisible, las crónicas y degenerativas, así como las producidas por causas externas: violencias (homicidios y suicidios), accidentes, contingencias o desastres de origen natural y las producidas por acciones de los propios seres humanos. En el caso de la salud mental las alteraciones o problemas del ambiente incluyen a las neurosis, crisis de ansiedad y pánico, así como depresión y estrés, el cual puede volverse crónico. Como nuestro organismo funciona como un todo en el que están íntimamente interrelacionados la mente y el cuerpo, es obvio que todo lo que afecte a la esfera mental tiene repercusiones de tipo somático, es decir, puede afectar a nuestros órganos, aparatos, sistemas y tejidos. Lo más grave es que las alteraciones mentales pueden conducir o detonar diversos grados y tipos de psicosis, lo que representa un daño de gran magnitud, el cual puede volverse irreversible. Pero también la afectación de la salud mental actúa de manera incuestionable sobre la evolución de múltiples enfermedades de tipo agudo o crónico; conduce a padecimientos de tipo gastrointestinal como los cuadros de diarrea de etiología inespecífica, colon irritable, gastritis y esofagitis; es posible que favorezca o intensifique cefaleas y migrañas, crisis hipertensivas, ciertas cardiopatías, etc., y sea causante de síntomas y signos entre los que destacan irritabilidad, sudoración, insomnio, crisis de histeria, etc.

La imagen visual de nuestro ambiente o entorno es vital para que se observe el mencionado equilibrio con el agente y el huésped. Por ello las agresiones que sufre aquel repercuten para que dicho proceso ocurra. Entre ellas tenemos a los problemas inherentes a la presencia de basura acumulada en calles y banquetas, existencia de baches y de los llamados topes, el pintarrajeo de toda clase de inmuebles y bardas que nada tiene que ver con el grafiti estético, de toda clase de ruido superior a los 60 decibeles, camellones descuidados, con cantidades significativas de basura acumulada y de hierba crecida, fuentes de agua sin funcionar y con un ostensible deterioro físico, elevado tráfico y contaminación por vehículos de motor, los frecuentes bloqueos de calles y de cruceros viales estratégicos, así como las constantes marchas de grupos organizados de la sociedad que obstaculizan y paralizan la vida normal de las ciudades, afectando los derechos de terceros. Es indudable que la presencia cada vez mayor del comercio informal fijo, semifijo y ambulante en sitios de gran movimiento de la ciudadanía también contribuye al deterioro ambiental. Actuemos para vivir en un ambiente digno y saludable.

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