Los pioneros.
Terminaba noviembre del 2004 y en uno de los últimos actos públicos presididos por el gobernador José Nelson Murat Casab, se inauguraba simbólicamente por la noche el que en ese momento se llamó Hospital de Especialidades de Oaxaca, construido en un terreno de 11 mil metros cuadrados y a no más de cien metros de distancia del Hospital de la Niñez Oaxaqueña “Dr. Guillermo Zárate Mijangos”, en territorio del municipio de San Bartolo Coyotepec. Por la fachada el nosocomio lucía impresionante, pero en su interior no había nada, sus instalaciones estaban desnudas, sin equipamiento; eso sólo lo supimos cuando tres meses después llegamos los primeros trabajadores para iniciar la organización de todas las áreas que presumiblemente dispondría el hospital, previsto para funcionar de entrada con 60 camas.
Acompañamos en esa aventura al Dr. Felipe Gama Casas, al mando del equipo, los médicos Guillermina de los Santos Valenzuela, Hugo Ramírez Cervantes, José Manuel Ugalde Iglesias, Rafael Vasconcelos Peña, Gerardo Lizaola Serrano y quien esto narra, así como la Licenciada en Enfermería Eugenia Ruiz Dávila, la Química Blanca Cuevas Robles, la C.P. Adriana Sandoval López, el Arquitecto Hilario López Martínez, la Licenciada en Administración Adriana Paulina Rojas Hernández, la C.P. María de la Cruz Marlem Torres González, la Secretaria Alicia del Rosario Contreras Suárez y el oficial de transportes Juan Sandoval.
Resulta curioso decirlo, pero en el área de gobierno, que ocupa la planta alta del Hospital, el único sitio definido para uno de nosotros fue, por supuesto, para el señor Director y las primeras semanas la mayoría de nosotros nos vimos en la necesidad de trabajar en la improvisada sala de juntas de la dirección, en donde por lo general cada día se destinaba un determinado tiempo para dar a conocer avances en las tareas asignadas a cada quien, para tomar acuerdos y decidir compromisos. Ahí pasamos extraordinarios momentos pues combinábamos las actividades asignadas a cada quien, con gratos instantes de jocosa alegría, propios para el anecdotario. De alguna manera ello cambió cuando cada quien se fue a su propio espacio una vez que lo ocupamos con muebles y equipo de nuestra propiedad.
Esos meses inolvidables recorrimos una y otra vez las áreas y los largos pasillos del inmueble, muchas veces acompañando al Dr. Gama, observando los múltiples faltantes en todas las instalaciones. Por ejemplo, se tuvo que solicitar el cambio de las puertas de los quirófanos por no cumplir las especificaciones y la empresa constructora tuvo que efectuar trabajos de ampliación y remodelación para que pudiera montarse el moderno equipo de rayos equis. En el mes de septiembre se incorporaron otros 40 trabajadores a los que hubo de capacitar. En ese periodo se establecieron los cimientos de lo que sería la organización de los servicios de atención médica especializada de consulta externa y hospitalización, enfermería, los paramédicos como radiología e imagenología, laboratorio, farmacia, trabajo social, archivo clínico, los administrativos, el correspondiente a la enseñanza, capacitación e investigación, así como los de conservación y mantenimiento.
También se incrementó la recepción y montaje del mobiliario y equipamiento de la más elevada tecnología y se capacitó al personal designado para su manejo. En el mes de noviembre se sumó otra importante cantidad de trabajadores de las ramas médica, paramédica y administrativa. De repente todo se volvió una vorágine de trabajo pues a marchas forzadas se preparó el hospital para otro acto de inauguración oficial, el cual tuvo lugar el 13 de enero del 2006, pero esta vez con la presencia de Vicente Fox Quesada, presidente de la República. No tardó mucho para que por fin se abriera al público el que pasaría a ser el Hospital Regional de Alta Especialidad de Oaxaca, con presupuesto federal y que dispone actualmente de más de 700 trabajadores. De los que iniciamos la aventura solo quedan cinco. Los demás nos fuimos separando y tomamos diferentes caminos. Hoy solo nos queda la satisfacción de haber sido los pioneros de tan noble institución.
Acompañamos en esa aventura al Dr. Felipe Gama Casas, al mando del equipo, los médicos Guillermina de los Santos Valenzuela, Hugo Ramírez Cervantes, José Manuel Ugalde Iglesias, Rafael Vasconcelos Peña, Gerardo Lizaola Serrano y quien esto narra, así como la Licenciada en Enfermería Eugenia Ruiz Dávila, la Química Blanca Cuevas Robles, la C.P. Adriana Sandoval López, el Arquitecto Hilario López Martínez, la Licenciada en Administración Adriana Paulina Rojas Hernández, la C.P. María de la Cruz Marlem Torres González, la Secretaria Alicia del Rosario Contreras Suárez y el oficial de transportes Juan Sandoval.
Resulta curioso decirlo, pero en el área de gobierno, que ocupa la planta alta del Hospital, el único sitio definido para uno de nosotros fue, por supuesto, para el señor Director y las primeras semanas la mayoría de nosotros nos vimos en la necesidad de trabajar en la improvisada sala de juntas de la dirección, en donde por lo general cada día se destinaba un determinado tiempo para dar a conocer avances en las tareas asignadas a cada quien, para tomar acuerdos y decidir compromisos. Ahí pasamos extraordinarios momentos pues combinábamos las actividades asignadas a cada quien, con gratos instantes de jocosa alegría, propios para el anecdotario. De alguna manera ello cambió cuando cada quien se fue a su propio espacio una vez que lo ocupamos con muebles y equipo de nuestra propiedad.
Esos meses inolvidables recorrimos una y otra vez las áreas y los largos pasillos del inmueble, muchas veces acompañando al Dr. Gama, observando los múltiples faltantes en todas las instalaciones. Por ejemplo, se tuvo que solicitar el cambio de las puertas de los quirófanos por no cumplir las especificaciones y la empresa constructora tuvo que efectuar trabajos de ampliación y remodelación para que pudiera montarse el moderno equipo de rayos equis. En el mes de septiembre se incorporaron otros 40 trabajadores a los que hubo de capacitar. En ese periodo se establecieron los cimientos de lo que sería la organización de los servicios de atención médica especializada de consulta externa y hospitalización, enfermería, los paramédicos como radiología e imagenología, laboratorio, farmacia, trabajo social, archivo clínico, los administrativos, el correspondiente a la enseñanza, capacitación e investigación, así como los de conservación y mantenimiento.
También se incrementó la recepción y montaje del mobiliario y equipamiento de la más elevada tecnología y se capacitó al personal designado para su manejo. En el mes de noviembre se sumó otra importante cantidad de trabajadores de las ramas médica, paramédica y administrativa. De repente todo se volvió una vorágine de trabajo pues a marchas forzadas se preparó el hospital para otro acto de inauguración oficial, el cual tuvo lugar el 13 de enero del 2006, pero esta vez con la presencia de Vicente Fox Quesada, presidente de la República. No tardó mucho para que por fin se abriera al público el que pasaría a ser el Hospital Regional de Alta Especialidad de Oaxaca, con presupuesto federal y que dispone actualmente de más de 700 trabajadores. De los que iniciamos la aventura solo quedan cinco. Los demás nos fuimos separando y tomamos diferentes caminos. Hoy solo nos queda la satisfacción de haber sido los pioneros de tan noble institución.
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