¿Por quién voy a votar?
Mañana, la ciudadanía oaxaqueña en edad de emitir su voto y si tiene su credencial de elector vigente, acudirá a la casilla que le corresponda para depositar en las urnas las boletas destinadas a la elección de presidente municipal y de diputado por su distrito electoral. ¿Lo hará plenamente convencida de que ha seleccionado su mejor opción?
Recién concluyó el periodo de campaña proselitista para todos los que quieren llegar a ocupar un puesto de elección popular, sea para encabezar la administración de un municipio o para conformar la próxima Legislatura local. Son muchos los que quieren y pocos los que van a ser escogidos por la sociedad, pero a cuál más hizo lo que pudo y estuvo a su alcance según el presupuesto que le asignaron y el que tuvo que desembolsar de su propio bolsillo, así como del que erogaron quienes le apoyaron. El éxito de cada candidato en campaña ha dependido de la visión que haya tenido para hacerse notar en todos los medios de comunicación posibles, es decir, de la moderna mercadotecnia y del uso de la tecnología digital disponible en esta era del internet.
La totalidad de los contendientes recorrieron sus respectivos territorios, bajaron y subieron por los paupérrimos asentamientos humanos como sucede en nuestra capital; anduvieron en medio de un mundo de contrastes sociales, lo mismo en los barrios residenciales que en los más degradados suburbios sin servicios públicos. Se llenaron de polvo o de plano de lodo los zapatos, sudaron copiosamente y tuvieron que sufrir las inclemencias del tiempo. Unos más visitaron tianguis y mercados, instituciones de educación superior, centros de trabajo muy variados, establecimientos comerciales, andadores peatonales y se tomaron las clásicas fotos para mostrar su carisma y sensibilidad social. Aceptaron debatir con los contrarios y se adjudicaron el triunfo; otros más lograron insertar su imagen y su voz en los canales de la televisión comercial y dos o tres visitaron las oficinas sede de los principales periódicos que circulan en la entidad.
La mayoría optó por lo de siempre, la promoción de su candidatura y de su partido por grupos de jóvenes ubicados en sitios estratégicos de las ciudades. También decenas de vehículos de perifoneo recorrieron colonias, barrios y fraccionamientos con una grabación repetitiva y por lo general con el fondo musical de una melodía popular adaptada a la campaña. Ni que decir de la difusa promoción en autobuses urbanos, de taxis y de automóviles particulares. Si hubo encuestas poco se dieron a conocer sus resultados, pero los contendientes afirmaron categóricamente estar, de manera significativa, por encima de los demás.
En fin, ya fue el cierre de las distintas campañas a cuál más atestadas de entusiastas seguidores. Naturalmente, los dirigentes nacionales de los partidos políticos vinieron a “arropar” a sus candidatos y les levantaron el brazo en medio de la parafernalia popular. Todos convencidos de que van a ganar, esperan con ansia sin igual el “Día D”, o sea mañana. El próximo lunes se sabrá la realidad.
¿Por quién voy a votar yo? Por el que dio a conocer sus orígenes y lo más importante de su currícula escolar y como persona; con un nivel de preparación mínimo de licenciatura; que haya trascendido por sus aportaciones a la sociedad oaxaqueña; demostrado una genuina pasión por Oaxaca y por nuestro país; que parezca que sí quiere servir y no servirse con el producto del esfuerzo colectivo; que no haya hecho utópicas y falsas promesas de soluciones y acciones que no va a cumplir; que tenga una visión de futuro para partir del presente, sin olvidar lo mejor de nuestro pasado; que goza de prestigio y reconocimiento social; que no se le conocen antecedentes penales ni actos de corrupción y si ha trascendido ha sido por su tesón y su talento. Por el que se comprometió a aplicar todas sus energías y esfuerzos para cumplir lo que prometió y expresó que de triunfar volverá a darse “baños de pueblo” como en su campaña; que es sencillo y humilde en su trato y la soberbia no forma parte de su personalidad. Si su candidato reúne estas y otras características, entonces voten por él o por ella.
Recién concluyó el periodo de campaña proselitista para todos los que quieren llegar a ocupar un puesto de elección popular, sea para encabezar la administración de un municipio o para conformar la próxima Legislatura local. Son muchos los que quieren y pocos los que van a ser escogidos por la sociedad, pero a cuál más hizo lo que pudo y estuvo a su alcance según el presupuesto que le asignaron y el que tuvo que desembolsar de su propio bolsillo, así como del que erogaron quienes le apoyaron. El éxito de cada candidato en campaña ha dependido de la visión que haya tenido para hacerse notar en todos los medios de comunicación posibles, es decir, de la moderna mercadotecnia y del uso de la tecnología digital disponible en esta era del internet.
La totalidad de los contendientes recorrieron sus respectivos territorios, bajaron y subieron por los paupérrimos asentamientos humanos como sucede en nuestra capital; anduvieron en medio de un mundo de contrastes sociales, lo mismo en los barrios residenciales que en los más degradados suburbios sin servicios públicos. Se llenaron de polvo o de plano de lodo los zapatos, sudaron copiosamente y tuvieron que sufrir las inclemencias del tiempo. Unos más visitaron tianguis y mercados, instituciones de educación superior, centros de trabajo muy variados, establecimientos comerciales, andadores peatonales y se tomaron las clásicas fotos para mostrar su carisma y sensibilidad social. Aceptaron debatir con los contrarios y se adjudicaron el triunfo; otros más lograron insertar su imagen y su voz en los canales de la televisión comercial y dos o tres visitaron las oficinas sede de los principales periódicos que circulan en la entidad.
La mayoría optó por lo de siempre, la promoción de su candidatura y de su partido por grupos de jóvenes ubicados en sitios estratégicos de las ciudades. También decenas de vehículos de perifoneo recorrieron colonias, barrios y fraccionamientos con una grabación repetitiva y por lo general con el fondo musical de una melodía popular adaptada a la campaña. Ni que decir de la difusa promoción en autobuses urbanos, de taxis y de automóviles particulares. Si hubo encuestas poco se dieron a conocer sus resultados, pero los contendientes afirmaron categóricamente estar, de manera significativa, por encima de los demás.
En fin, ya fue el cierre de las distintas campañas a cuál más atestadas de entusiastas seguidores. Naturalmente, los dirigentes nacionales de los partidos políticos vinieron a “arropar” a sus candidatos y les levantaron el brazo en medio de la parafernalia popular. Todos convencidos de que van a ganar, esperan con ansia sin igual el “Día D”, o sea mañana. El próximo lunes se sabrá la realidad.
¿Por quién voy a votar yo? Por el que dio a conocer sus orígenes y lo más importante de su currícula escolar y como persona; con un nivel de preparación mínimo de licenciatura; que haya trascendido por sus aportaciones a la sociedad oaxaqueña; demostrado una genuina pasión por Oaxaca y por nuestro país; que parezca que sí quiere servir y no servirse con el producto del esfuerzo colectivo; que no haya hecho utópicas y falsas promesas de soluciones y acciones que no va a cumplir; que tenga una visión de futuro para partir del presente, sin olvidar lo mejor de nuestro pasado; que goza de prestigio y reconocimiento social; que no se le conocen antecedentes penales ni actos de corrupción y si ha trascendido ha sido por su tesón y su talento. Por el que se comprometió a aplicar todas sus energías y esfuerzos para cumplir lo que prometió y expresó que de triunfar volverá a darse “baños de pueblo” como en su campaña; que es sencillo y humilde en su trato y la soberbia no forma parte de su personalidad. Si su candidato reúne estas y otras características, entonces voten por él o por ella.
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