Dengue: ¿Qué le corresponde a la comunidad?
En un territorio muy grande del país y en especial en nuestro Estado, estamos ante la posibilidad inminente de la aparición de brotes epidémicos de enfermedades transmitidas por vectores como los mosquitos, el Aedes aegypti, para el caso del Dengue, y el Anopheles para el Paludismo. Esa posibilidad está dada por que el medio ambiente, decía en mi último artículo, es propicio para la reproducción masiva de ambos transmisores de enfermedad. Aclaro, si no hay enfermos de alguna de las dos entidades nosológicas antes señaladas la picadura de los también llamados “zancudos” no pasa de ser una molestia sanitaria caracterizada sobre todo por un prurito acentuado en el área del piquete. El problema es que, por lo menos para el Dengue, se tienen casos registrados en las regiones donde prevalece la infección de manera endémica desde hace décadas y lo que es más delicado aún, es que cerca del 40% de los casos son de Dengue hemorrágico, que si no se atiende de manera inmediata y correcta puede derivar en la muerte del infectado.
El Dengue y el Paludismo son propios de las regiones tropicales y subtropicales del mundo, a menos de mil 200 metros sobre el nivel del mar, sin embargo, es un hecho sin discusión alguna que los mosquitos se han adaptado a otro tipo de climas y alturas, por lo que no es raro que se les encuentre en lugares templados y hasta los 2 mil 400 metros de altitud. Es importante destacar que ambos mosquitos tienen una preferencia doméstica en su ciclo de vida. Su reproducción requiere del agua para que en ella desarrollen la etapa acuática, en donde se transforman de huevo a larva y luego al estado de pupa. Una vez que la hembra se ha alimentado con sangre es capaz de poner entre 50 y 100 huevecillos en las partes húmedas de los cuerpos de agua y estos pueden ser tan pequeños como una corcholata. Los huevecillos son muy resistentes a la desecación, por lo que es posible que persistan varios meses con vida latente. Cuando los criaderos se secan se mueren las larvas y las pupas, pero los huevecillos permanecen, los que cobran vitalidad en cuanto reciben agua, de ahí que existan periodos sin mosquitos y su reaparición cuando hay condiciones de humedad. Por último, los huevecillos sólo requieren tres días para su maduración a temperaturas de 25 a 30oC. En total el periodo acuático tiene una duración de 7 a 10 días.
Potencialmente todo recipiente capaz de contener agua y en presencia del mosquito puede transformarse en un criadero. Los criaderos domésticos más comunes pueden ser artificiales o naturales; de los primeros es posible considerar desde la tapa de un refresco hasta una cisterna. De los naturales tenemos las “axilas” de los árboles, plantas y pequeños encharcamientos debidos a los accidentes del terreno. Se convierten en importantes criaderos los almacenos de agua para uso humano como los tinacos, piletas, tambos, bebederos de animales o floreros, pero también existen criaderos temporales como el caso de las llantas y todo tipo de recipientes que se pueden llenar de agua de forma premeditada, accidental o por efecto de las lluvias. Los moscos adultos del Aedes aegypti sobreviven entre 15 y 30 días, pican preferentemente entre las 6:00 y las 8:00 de la mañana y antes del anochecer, entre las 17:00 y las 19:00 horas y vuelan y se desplazan cerca del suelo, posándose en lugares oscuros y protegidos. La hembra puede volar en un radio promedio de 40 a 60 metros de distancia y los machos a más de 80.
Las lluvias no son un factor decisivo para que haya brotes epidémicos, sin embargo, en las regiones endémicas contribuyen poderosamente para la formación de criaderos domésticos. Por ello insisto en la importancia de mantener nuestros hogares con las siguientes características: ordenado (todos los recipientes deben estar acomodados en un sitio bajo techo y volteados hacia abajo); sin larvas de mosquitos; y las áreas verdes libres de maleza. Los recipientes para almacenar agua deben estar tapados y de ser posible utilizar peces para evitar la formación de criaderos. La eliminación del mosquito adulto corresponde a los brigadistas de los Servicios de Salud.
El Dengue y el Paludismo son propios de las regiones tropicales y subtropicales del mundo, a menos de mil 200 metros sobre el nivel del mar, sin embargo, es un hecho sin discusión alguna que los mosquitos se han adaptado a otro tipo de climas y alturas, por lo que no es raro que se les encuentre en lugares templados y hasta los 2 mil 400 metros de altitud. Es importante destacar que ambos mosquitos tienen una preferencia doméstica en su ciclo de vida. Su reproducción requiere del agua para que en ella desarrollen la etapa acuática, en donde se transforman de huevo a larva y luego al estado de pupa. Una vez que la hembra se ha alimentado con sangre es capaz de poner entre 50 y 100 huevecillos en las partes húmedas de los cuerpos de agua y estos pueden ser tan pequeños como una corcholata. Los huevecillos son muy resistentes a la desecación, por lo que es posible que persistan varios meses con vida latente. Cuando los criaderos se secan se mueren las larvas y las pupas, pero los huevecillos permanecen, los que cobran vitalidad en cuanto reciben agua, de ahí que existan periodos sin mosquitos y su reaparición cuando hay condiciones de humedad. Por último, los huevecillos sólo requieren tres días para su maduración a temperaturas de 25 a 30oC. En total el periodo acuático tiene una duración de 7 a 10 días.
Potencialmente todo recipiente capaz de contener agua y en presencia del mosquito puede transformarse en un criadero. Los criaderos domésticos más comunes pueden ser artificiales o naturales; de los primeros es posible considerar desde la tapa de un refresco hasta una cisterna. De los naturales tenemos las “axilas” de los árboles, plantas y pequeños encharcamientos debidos a los accidentes del terreno. Se convierten en importantes criaderos los almacenos de agua para uso humano como los tinacos, piletas, tambos, bebederos de animales o floreros, pero también existen criaderos temporales como el caso de las llantas y todo tipo de recipientes que se pueden llenar de agua de forma premeditada, accidental o por efecto de las lluvias. Los moscos adultos del Aedes aegypti sobreviven entre 15 y 30 días, pican preferentemente entre las 6:00 y las 8:00 de la mañana y antes del anochecer, entre las 17:00 y las 19:00 horas y vuelan y se desplazan cerca del suelo, posándose en lugares oscuros y protegidos. La hembra puede volar en un radio promedio de 40 a 60 metros de distancia y los machos a más de 80.
Las lluvias no son un factor decisivo para que haya brotes epidémicos, sin embargo, en las regiones endémicas contribuyen poderosamente para la formación de criaderos domésticos. Por ello insisto en la importancia de mantener nuestros hogares con las siguientes características: ordenado (todos los recipientes deben estar acomodados en un sitio bajo techo y volteados hacia abajo); sin larvas de mosquitos; y las áreas verdes libres de maleza. Los recipientes para almacenar agua deben estar tapados y de ser posible utilizar peces para evitar la formación de criaderos. La eliminación del mosquito adulto corresponde a los brigadistas de los Servicios de Salud.
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