¿Deshumanización de la medicina?
Preocupa la deshumanización de la medicina, se comentó durante el acto de firma de un convenio de colaboración mutua entre la Comisión Estatal de Arbitraje Médico y las Universidades Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca y Regional del Sureste, en el marco de la celebración del Día del Médico y entrega del Premio Estatal de Investigación 2013, el cual tuvo lugar en el Palacio de Gobierno el pasado 30 de octubre.
En relación al tema, el Dr. Ruy Pérez Tamayo, galardonado precisamente el Día del Médico, en la Ciudad de México, y cuyo busto de bronce luce ahora en la Explanada de los Médicos Ilustres de la Secretaría de Salud Federal, expresó que “…Desde hace algunos años se viene repitiendo la queja (no solo en México sino en todo el mundo occidental) de que la medicina y los médicos se han “deshumanizado”, y este lamentable fenómeno se asocia con el desarrollo creciente de la tecnología diagnóstica y terapéutica. Esta opinión sólo es una verdad a medias, que además esconde una realidad que no se menciona pero que debe conocerse, pues la llamada “deshumanización” de la medicina no es nada nuevo, ni tampoco es exclusiva de la profesión médica, ya que la indiferencia ante el dolor humano, la falta de interés en el sufrimiento del prójimo, y la ausencia de compasión para el que busca ayuda en otro porque no puede solo con su tragedia, física o mental, han formado parte del espectro del comportamiento del hombre desde que existe como especie, y no es propia del médico por serlo, sino por su condición de ser humano. Por otro lado, acusar a la tecnología diagnóstica y a la terapéutica médica de la “deshumanización” de la medicina es equivocarse de enemigo: el verdadero culpable de esta tragedia (porque no hay duda de que existe) es la “masificación” de los servicios médicos”.
En su profunda reflexión, el Dr. Pérez Tamayo considera que la enorme demanda de atención médica en un país de más de 100 millones de habitantes, rebasa no solo a las instalaciones establecidas para atenderla, sino también a los presupuestos asignados a tal fin. El resultado, agrega, es la enorme sobrecarga de los servicios públicos de salud, con la consecuente frustración de todos los involucrados: trabajadores de la salud, pacientes y sus familiares. Puso como ejemplo el hecho de que en el IMSS la cuota de consulta llegó a ser de 30 pacientes en seis horas, o sea cinco por hora y ¡12 minutos por paciente! Por ello, expresó, “en este laberinto enajenante naufraga la antigua relación médico-paciente, que ya no puede darse como en otros tiempos”.
En apoyo a lo dicho por el Maestro Pérez Tamayo es interesante comentar que al Dr. Enrique Graue Wiechers, Director de la Facultad de Medicina de la UNAM, le llamó la atención el resultado de una encuesta sobre satisfacción del paciente por la atención médica recibida, informe que presentó el director de un hospital de alta concentración; el asunto es que no podía ser creíble que el 98% de los pacientes hubieran referido estar muy satisfechos. De ahí nació la necesidad de diseñar y aplicar un instrumento más preciso y confiable. Con el aval del CONACyT y con el patrocinio del Fondo Sectorial de Salud la Facultad de Medicina de la UNAM creó la encuesta llamada SIUSEX, la que luego de ser piloteada en el Hospital General de la SSA en la ciudad de México, se aplicó en todos los Institutos Nacionales de Salud, en los hospitales federales de referencia y en los regionales de alta especialidad, 19 en total. Los resultados fueron: 37.3% de la población se manifestó como muy satisfecha con la atención recibida; 62.4% se manifestó como no muy satisfecha y el 0.6% se declaró nada satisfecha. El estudio de referencia fue publicado el pasado 25 de febrero. Conviene pues evitar la tentación de construir nuevas unidades que luego resultan en elefantes blancos, y dirigir los esfuerzos y recursos a la aplicación de estrategias dirigidas hacia la excelencia en la calidad de la atención, mejorar sí, la relación médico-paciente y la dotación de medicamentos, pero brindar también confort y un digno servicio en salas de espera, de apoyo al diagnóstico y tratamiento y en áreas de hospitalización a todos los usuarios.
En relación al tema, el Dr. Ruy Pérez Tamayo, galardonado precisamente el Día del Médico, en la Ciudad de México, y cuyo busto de bronce luce ahora en la Explanada de los Médicos Ilustres de la Secretaría de Salud Federal, expresó que “…Desde hace algunos años se viene repitiendo la queja (no solo en México sino en todo el mundo occidental) de que la medicina y los médicos se han “deshumanizado”, y este lamentable fenómeno se asocia con el desarrollo creciente de la tecnología diagnóstica y terapéutica. Esta opinión sólo es una verdad a medias, que además esconde una realidad que no se menciona pero que debe conocerse, pues la llamada “deshumanización” de la medicina no es nada nuevo, ni tampoco es exclusiva de la profesión médica, ya que la indiferencia ante el dolor humano, la falta de interés en el sufrimiento del prójimo, y la ausencia de compasión para el que busca ayuda en otro porque no puede solo con su tragedia, física o mental, han formado parte del espectro del comportamiento del hombre desde que existe como especie, y no es propia del médico por serlo, sino por su condición de ser humano. Por otro lado, acusar a la tecnología diagnóstica y a la terapéutica médica de la “deshumanización” de la medicina es equivocarse de enemigo: el verdadero culpable de esta tragedia (porque no hay duda de que existe) es la “masificación” de los servicios médicos”.
En su profunda reflexión, el Dr. Pérez Tamayo considera que la enorme demanda de atención médica en un país de más de 100 millones de habitantes, rebasa no solo a las instalaciones establecidas para atenderla, sino también a los presupuestos asignados a tal fin. El resultado, agrega, es la enorme sobrecarga de los servicios públicos de salud, con la consecuente frustración de todos los involucrados: trabajadores de la salud, pacientes y sus familiares. Puso como ejemplo el hecho de que en el IMSS la cuota de consulta llegó a ser de 30 pacientes en seis horas, o sea cinco por hora y ¡12 minutos por paciente! Por ello, expresó, “en este laberinto enajenante naufraga la antigua relación médico-paciente, que ya no puede darse como en otros tiempos”.
En apoyo a lo dicho por el Maestro Pérez Tamayo es interesante comentar que al Dr. Enrique Graue Wiechers, Director de la Facultad de Medicina de la UNAM, le llamó la atención el resultado de una encuesta sobre satisfacción del paciente por la atención médica recibida, informe que presentó el director de un hospital de alta concentración; el asunto es que no podía ser creíble que el 98% de los pacientes hubieran referido estar muy satisfechos. De ahí nació la necesidad de diseñar y aplicar un instrumento más preciso y confiable. Con el aval del CONACyT y con el patrocinio del Fondo Sectorial de Salud la Facultad de Medicina de la UNAM creó la encuesta llamada SIUSEX, la que luego de ser piloteada en el Hospital General de la SSA en la ciudad de México, se aplicó en todos los Institutos Nacionales de Salud, en los hospitales federales de referencia y en los regionales de alta especialidad, 19 en total. Los resultados fueron: 37.3% de la población se manifestó como muy satisfecha con la atención recibida; 62.4% se manifestó como no muy satisfecha y el 0.6% se declaró nada satisfecha. El estudio de referencia fue publicado el pasado 25 de febrero. Conviene pues evitar la tentación de construir nuevas unidades que luego resultan en elefantes blancos, y dirigir los esfuerzos y recursos a la aplicación de estrategias dirigidas hacia la excelencia en la calidad de la atención, mejorar sí, la relación médico-paciente y la dotación de medicamentos, pero brindar también confort y un digno servicio en salas de espera, de apoyo al diagnóstico y tratamiento y en áreas de hospitalización a todos los usuarios.
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