Niños de Guardería. 2ª. Parte

La conquista española, entre otras cosas, generó una gran cantidad de niños huérfanos y desvalidos. Los religiosos se dieron a la tarea de educarlos y cuidarlos, además de convertirlos al cristianismo, creándose las Casas de Expósitos, que fueron en esa época las únicas instituciones de atención infantil. Las criaturas permanecían en dichas casas hasta los seis años de edad y si no eran adoptadas, se le enviaba a un hospicio. Lograda la Independencia de nuestro país, hasta 1837 se registran los primeros esfuerzos identificados respecto a la atención de los niños menores de cuatro años. Posteriormente, en 1865, la Emperatriz Carlota fundó la Casa de Asilo de la Infancia para el cuidado de los hijos de las madres trabajadoras. Después, en 1869, se creó el Asilo de la Casa de San Carlos donde los niños recibían cuidado y alimento. Para 1928, se organizó la Asociación Nacional de Protección a la Infancia de la que dependían diez hogares infantiles, los que en 1937 cambiaron su denominación por Guarderías Infantiles.

En ese entonces la Secretaría de Salubridad y Asistencia (hoy Secretaria de Salud), fundó otras guarderías y estableció, dentro de la misma, el Departamento de Asistencia Social Infantil. Surgieron así las guarderías en apoyo a los hijos de los comerciantes de la Merced, vendedores ambulantes, de billetes de lotería y empleados del Hospital General. En 1939, el presidente Lázaro Cárdenas convirtió los talleres de la Nación, que fabricaban los equipos y uniformes del ejército, en una cooperativa, incluyéndose en el mismo decreto la fundación de una guardería para beneficio de los hijos de las obreras. Ese fue el parteaguas para que se multiplicaran las guarderías en las dependencias oficiales y particulares, en respuesta a la demanda social de ese servicio, ante la creciente incorporación de la mujer a la vida productiva de la nación. La propia Secretaría antes señalada estableció en 1943 programas de higiene, asistencia materno-infantil y desayunos infantiles, y luego se crearon el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Hospital Infantil de la Ciudad de México, ambos en beneficio de la infancia. Un año después, por decreto presidencial, se dispuso la creación de los Programas de Protección Materno Infantil y de la Asistencia Médica General para los Derechohabientes, y en el periodo de gobierno del presidente Miguel Alemán Valdez se generaron una serie de guarderías sostenidas por las dependencias federales, así como la primera guardería del Departamento del Distrito Federal.

En un principio, la legislación en seguridad social consideraba a las mujeres como beneficiarias del trabajador varón y sólo tenían acceso a servicios y prestaciones si demostraban tener un vínculo legal con el asegurado, ya fuera como esposas, concubinas o viudas. Hasta fecha reciente el IMSS y el ISSSTE impedían a las mujeres registrar a sus beneficiarios, cónyuges o concubinarios, pero actualmente los servicios de guarderías se otorgan a madres trabajadoras, y a los padres sólo en caso de divorcio, abandono o viudez. Existe todo un marco legal en relación al tema que nos ocupa. Lo aborda nuestra propia Carta Magna, la Ley Federal del Trabajo y específicamente el régimen obligatorio del IMSS.

Las guarderías infantiles se volvieron una necesidad para millones de jóvenes familias en todo el mundo, porque ambos progenitores trabajan. Además, hay un número creciente de mujeres sin pareja y con hijos. Sí existe un mayor riesgo de que los niños adquieran enfermedades infecciosas en ellas, estimándose que pueden padecer de 10 a 14 procesos infecciosos al año; por ello, sus padres “pierden” de una a cuatro semanas para cuidarlos; no debieran asistir los que padecen enfermedades “crónicas”, pero no hay evidencia de que las criaturas se vuelvan ahí más agresivas en relación a las que se quedan en su hogar, lo cual es un mito. Sin embargo, si una familia no dispone de otro medio para atender a sus hijos, siempre que éstos no sufran enfermedades crónicas, la guardería no es que sea la mejor solución, es que es la única solución. Finalmente es decisión de cada pareja.

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