20 años del COESIDA.
Era el primero de enero de 1994, año nuevo, los festejos por el que se fue habían quedado horas atrás y para la mayoría de la población del mundo pensar en asuntos como el trabajo en esos momentos después del jolgorio era poco menos que imposible; sin embargo, sí hubo una persona que se salió de ese esquema tan humano y necesario, la Dra. María de las Nieves García Fernández, a la sazón Secretaria de Salud del Estado quien, teléfono en mano se comunicó con la Dra. Gabriela Velásquez Rosas, incipiente luchadora social contra el Sida, para pedirle su apoyo para dirigir un proyecto relacionado con este problema de Salud Pública. Meses atrás se había instalado un Comité Intersectorial de lucha contra el Sida en el Salón de Gobernadores del Palacio de Gobierno, acto que fue presidido por el entonces Gobernador Diódoro Carrasco Altamirano, con la presencia de las más altas autoridades de las instituciones del sector salud y seguridad social encabezadas por la propia Dra. García Fernández. Ese evento fue un fiel reflejo de la preocupación que ya causaba el Sida y que por parte del gobierno del Estado se trataba de contener.
Cuando a la petición de la Secretaria de Salud, la Dra. Velásquez Rosas le contestó que sí aceptaba, según sus propias palabras no tenía ni la más remota idea de lo que tendría que hacerse, ni mucho menos que ella abanderaría oficialmente un movimiento social de tal magnitud que se prolongaría por dos décadas hasta la fecha. Los meses de enero y febrero de ese año de 1994 fueron de febril actividad por parte de las primeras siete personas que integrarían el proyecto encabezadas por la Dra. Velásquez: los extintos Dra. Bertha Elena Muñoz Mier y Bill Wolf, la Lic. Martha Pazos Ortiz, la Psicóloga Mónica Cervantes Pichardo, la Trabajadora Social Amada y el Enfermero. Todos ellos vieron nacer al Consejo Estatal para la Prevención y Control del Sida, el COESIDA el 1º. de marzo del año que se menciona, es decir, hace dos décadas. Su centro de información y capacitación lo abrieron en el núm. de las calles de Independencia con un breve, modesto pero solemne acto, al que asistieron la Dra. García Fernández, el Lic. José Antonio Estefan Garfias, entonces Secretario de Finanzas del Gobierno del Estado, el Lic. Carlos Manuel Sada Solana, Presidente Municipal de Oaxaca de Juárez, el Lic. Alfonso Gómez Sandoval Hernández, la Lic. Nancy Mayagoitia Hill, Vocero e imagen del Frente Común contra el SIDA de Oaxaca e integrantes del sector salud y seguridad social. Dicho acto estuvo amenizado por el cuarteto de cámara de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.
El COESIDA no disponía de prácticamente nada; nada de mobiliario, nada de equipo, nada de medicamentos y nada de recursos económicos para subsistir; sólo de un espacio dividido en unos cuantos cuartos vacíos y al fondo uno más que sirvió para desarrollar las primeras acciones de capacitación. La Dra. Gabriela y sus colaboradores tuvieron que llevar sus propios enseres particulares para poder brindar el servicio a quienes iban en busca de información o de atención médica o psicológica. Eran los tiempos en que no había medicamentos antirretrovirales y quienes estaban infectados por el VIH morían irremisiblemente; la única arma para evitarlo era la prevención con el uso del condón. No había más. En los siguientes seis años el COESIDA cambió varias veces su domicilio mientras crecía en recursos humanos e instalaciones; se creó el Servicio Especializado de Atención Integral para brindar consulta, servicios de laboratorio y tratamiento a sus pacientes de VIH/Sida; así tuvo sus oficinas en las calles de Murguía, Melchor Ocampo, Colón y luego en la calzada Porfirio Díaz. En ese lapso se incrementó el número de usuarios de sus servicios, pero no los recursos presupuestales, los que siempre han resultado insuficientes y ha sido lo que ha impulsado a la Dra. Velásquez Rosas a mantener una lucha tenaz, sostenida de manera permanente en busca del apoyo oficial o privado, sea de donde fuere. Esa férrea voluntad la llevó a mantener siempre viva la esperanza de lograr que con voluntad política los gobernantes y autoridades de salud en turno hicieran caso a sus peticiones. Hoy hay que ver las dignas instalaciones del COESIDA/CAPASITS para constatar porqué se le ha catalogado como el mejor del país; el único que dispone de una plantilla de casi 90 recursos humanos, con un parque vehicular de apoyo a las acciones de prevención y capacitación, incluidas dos unidades móviles de detección del VIH y además una unidad móvil de atención médica. Como diría el famoso actor mexicano ya fallecido Anthony Quin, “Si las cosas que valen la pena en esta vida fueran fáciles de hacer, cualquiera las haría”. Efectivamente, no cualquiera podría dedicar gran parte de su vida a una labor tan encomiable como la realizada por la Dra. Gabriela Velásquez Rosas. ¡Felicidades a ella y a su extraordinario equipo de trabajo por estos 20 años de titánico esfuerzo!
Cuando a la petición de la Secretaria de Salud, la Dra. Velásquez Rosas le contestó que sí aceptaba, según sus propias palabras no tenía ni la más remota idea de lo que tendría que hacerse, ni mucho menos que ella abanderaría oficialmente un movimiento social de tal magnitud que se prolongaría por dos décadas hasta la fecha. Los meses de enero y febrero de ese año de 1994 fueron de febril actividad por parte de las primeras siete personas que integrarían el proyecto encabezadas por la Dra. Velásquez: los extintos Dra. Bertha Elena Muñoz Mier y Bill Wolf, la Lic. Martha Pazos Ortiz, la Psicóloga Mónica Cervantes Pichardo, la Trabajadora Social Amada y el Enfermero. Todos ellos vieron nacer al Consejo Estatal para la Prevención y Control del Sida, el COESIDA el 1º. de marzo del año que se menciona, es decir, hace dos décadas. Su centro de información y capacitación lo abrieron en el núm. de las calles de Independencia con un breve, modesto pero solemne acto, al que asistieron la Dra. García Fernández, el Lic. José Antonio Estefan Garfias, entonces Secretario de Finanzas del Gobierno del Estado, el Lic. Carlos Manuel Sada Solana, Presidente Municipal de Oaxaca de Juárez, el Lic. Alfonso Gómez Sandoval Hernández, la Lic. Nancy Mayagoitia Hill, Vocero e imagen del Frente Común contra el SIDA de Oaxaca e integrantes del sector salud y seguridad social. Dicho acto estuvo amenizado por el cuarteto de cámara de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.
El COESIDA no disponía de prácticamente nada; nada de mobiliario, nada de equipo, nada de medicamentos y nada de recursos económicos para subsistir; sólo de un espacio dividido en unos cuantos cuartos vacíos y al fondo uno más que sirvió para desarrollar las primeras acciones de capacitación. La Dra. Gabriela y sus colaboradores tuvieron que llevar sus propios enseres particulares para poder brindar el servicio a quienes iban en busca de información o de atención médica o psicológica. Eran los tiempos en que no había medicamentos antirretrovirales y quienes estaban infectados por el VIH morían irremisiblemente; la única arma para evitarlo era la prevención con el uso del condón. No había más. En los siguientes seis años el COESIDA cambió varias veces su domicilio mientras crecía en recursos humanos e instalaciones; se creó el Servicio Especializado de Atención Integral para brindar consulta, servicios de laboratorio y tratamiento a sus pacientes de VIH/Sida; así tuvo sus oficinas en las calles de Murguía, Melchor Ocampo, Colón y luego en la calzada Porfirio Díaz. En ese lapso se incrementó el número de usuarios de sus servicios, pero no los recursos presupuestales, los que siempre han resultado insuficientes y ha sido lo que ha impulsado a la Dra. Velásquez Rosas a mantener una lucha tenaz, sostenida de manera permanente en busca del apoyo oficial o privado, sea de donde fuere. Esa férrea voluntad la llevó a mantener siempre viva la esperanza de lograr que con voluntad política los gobernantes y autoridades de salud en turno hicieran caso a sus peticiones. Hoy hay que ver las dignas instalaciones del COESIDA/CAPASITS para constatar porqué se le ha catalogado como el mejor del país; el único que dispone de una plantilla de casi 90 recursos humanos, con un parque vehicular de apoyo a las acciones de prevención y capacitación, incluidas dos unidades móviles de detección del VIH y además una unidad móvil de atención médica. Como diría el famoso actor mexicano ya fallecido Anthony Quin, “Si las cosas que valen la pena en esta vida fueran fáciles de hacer, cualquiera las haría”. Efectivamente, no cualquiera podría dedicar gran parte de su vida a una labor tan encomiable como la realizada por la Dra. Gabriela Velásquez Rosas. ¡Felicidades a ella y a su extraordinario equipo de trabajo por estos 20 años de titánico esfuerzo!
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