Diabetes gestacional

El Día Mundial de la Diabetes se celebró el 14 de noviembre y los tipos 1 y 2 de tan devastadora y preocupante enfermedad, ocuparon de manera preponderante las páginas de los diarios, los espacios en la televisión, radio e internet, dándose a conocer las estadísticas actualizadas y los datos más relevantes de tipo epidemiológico y clínico, con las consabidas comparaciones al interior de cada país, continente y la situación que priva en todo el globo terráqueo. Sin embargo, casi nada se dijo en México acerca de la diabetes gestacional, considerada como una enfermedad “fantasma”, clínicamente difícil de apreciar, pues no produce síntomas maternos y en el caso de observarse repercusiones estas afectan de modo directo a la embarazada y al feto, lo que trae como consecuencia, en este último, alteraciones en el metabolismo de los carbohidratos debido a la hiperglucemia dentro del útero. Todos los síntomas de la diabetes desaparecen después del parto de manera general.

Es frecuente que la diabetes gestacional no se diagnostique en el curso del embarazo, debido a que es común que los médicos confíen en el resultado de laboratorio con una glucemia en ayuno menor de 100 mg/dl, cuando la mujer acude a su control prenatal casi siempre en el primer trimestre; o porque la gestante no presenta, en esa visita, la clásica sintomatología de la diabetes, como poliuria, polidipsia, polifagia (orinar, beber líquidos y comer, con mayor frecuencia que lo habitual), y pérdida de peso, o porque ya de por si se considera que el embarazo es diabetógeno, con alzas y bajas en los niveles de glucosa en sangre.

Se estima que en nuestro país alrededor del 8% de todos los embarazos a término presentan diabetes gestacional, por lo que anualmente es de esperarse un aproximado de entre 150 y 200 mil casos, los que en su mayoría pasan sin ser diagnosticados y por ende, dichas mujeres y sus hijos, con el tiempo contribuyen a aumentar las cifras de nuevos casos de diabetes mellitus tipo 2. Es relevante que la diabetes gestacional no es causada por la carencia de insulina, como sucede con la diabetes tipo 1, sino que es producto de los efectos bloqueadores de insulina de las hormonas que mantienen el embarazo (estrógeno, cortisol y el lactógeno de la placenta), lo que se conoce como resistencia a la insulina, efectos que generalmente ocurren entre las semanas 20 y 24 de la gestación; conforme crece la placenta la producción de tales hormonas es mayor, incrementándose la resistencia a la insulina. Cuando el páncreas no es capaz de producir insulina adicional para contrarrestar la mencionada resistencia, el resultado es la diabetes gestacional. Existen ciertos factores que aumentan el riesgo de este tipo de diabetes, como la obesidad, antecedentes familiares de la enfermedad, haber tenido un bebé con peso superior a lo normal, o un bebé muerto al nacimiento o con defectos congénitos; así mismo edad avanzada de la embarazada, exceso de líquido amniótico y multiparidad.

La diabetes gestacional rara vez es causa de defectos congénitos, sus complicaciones suelen ser controlables, pero se pueden prevenir, para lo cual es indispensable un riguroso control de los niveles de glucosa en cuanto se tenga la certeza diagnóstica de la enfermedad. Si esta se sospecha, se recomienda la prueba de tamiz, que por la frecuencia de la enfermedad en nuestro país debiera realizarse en todas las mujeres que no se sepan diabéticas, entre las 24 y 28 semanas de embarazo, sobre todo en las mujeres con factores de riesgo. El tratamiento puede incluir lo siguiente: Una dieta especial, ejercicio, monitoreo de la glucosa en la sangre diariamente e inyecciones de insulina. Los dos problemas mayores en los bebés de madres con diabetes gestacional son la macrosomía (peso excesivo) e hipoglucemia al nacimiento.

A los futuros médicos se les debe hacer incapié en este tipo de diabetes, para que en su ejercicio profesional intervengan en su prevención y control, y a las embarazadas y familiares mantenerles informados de la posibilidad de esta patología, desde antes de la gestación y durante la misma, para lograr un parto sano en bien de la madre y su recién nacido.

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