Elefantes blancos

Hace siglos se consideraba que los paquidermos albinos eran propiedad del emperador del Reino de Siam, hoy Tailandia, y que por una antigua tradición era el único que podía montarlos, sacarles provecho y también obsequiarlos como castigo a los cortesanos cuya conducta negativa hacia el monarca les había hecho perder su confianza. Tales bestias, de extraña apariencia, vegetarianas y de escaso número, se consideraban sagradas, requerían para su supervivencia de un cuidado extraordinario y de un costoso mantenimiento, lo que significaba la ruina total de quien las había recibido. Ello dio origen a la expresión inglesa “white elephant”, <elefante blanco>, expresión que se ha empleado para identificar obras que resultan ser inútiles y costosas, y de las cuales no se obtendrá provecho alguno. En ese rubro se encuentran en nuestro Estado todos aquellos inmuebles, catalogados como “hospitales”, cuya construcción tiene casi dos lustros de haberse iniciado y que hoy lucen prácticamente en el abandono.

En mi formación de posgrado tuve por profesor al insigne Dr. Manuel Barquín Calderón, de quien, para darles, amables lectores, una idea de su calibre, les diré que egresó de la Facultad de Medicina de la UNAM, se graduó como Maestro en Salud Pública y Administración de Hospitales en la Universidad de Pittsburgh, Penn., E.U.A, fue Director del Hospital La Raza del IMSS, Asesor en la Planeación del Centro Médico Nacional de dicho Instituto y también Asesor en la planeación del Centro Hospitalario 20 de Noviembre del ISSSTE; finalmente, consultor de su especialidad en la Organización Panamericana de la Salud. En la materia que llevé con él, abordó el tema de los requisitos para la construcción de un hospital de manera suficiente y detallada. Mencionó que un hospital de menos de 30 camas no era costeable y justificó el porqué. No voy a entrar en minucias para recordar dichos conocimientos, únicamente me sirven tales antecedentes para estar en posibilidad de expresar, con fundamento, que todo proyecto de construcción de un hospital debe contemplarse en el Plan Maestro de Infraestructura en Salud estatal y nacional, oficialmente aprobados y autorizados por las dependencias de nivel federal, requiriéndose, además, la elaboración del respectivo expediente técnico, para que se considere su probable inclusión en el paquete de obras a contemplar en el presupuesto federal del año siguiente. Naturalmente que es un largo proceso, en el que se contemplan procedimientos técnicos y administrativos, valorándose, entre otros, el diagnóstico a detalle para justificar y sustentar el proyecto, y factores de viabilidad, factibilidad y suficiencia presupuestal, con la intervención, fundamentalmente, de comisiones de la Secretaría de Salud federal, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, e incluso de la Cámara de Diputados, entre otros organismos.

El proyecto de construcción debe comprender la obra física como tal, sus instalaciones, mobiliario y equipamiento. Es indispensable el proyecto de presupuesto de gasto corriente anual y el costo mensual y anualizado de la plantilla de arranque de los recursos humanos. No cumplir con estos requisitos conduce inevitablemente al fracaso. Lamentablemente la ignorancia, corrupción, improvisación, simulación, y la falta de una conducta ética de solidaridad hacia los habitantes de los municipios que finalmente resultan engañados, ha traído como consecuencia los siguientes “elefantes blancos”: Los “dizque” hospitales en Asunción Tlaxiaco, Candelaria Loxicha, Matías Romero, Santiago Chazumba, Coicoyán de las Flores, Santiago Huajolotitlán, San Juan Mixtepec, Villa Chilapa de Díaz, Tlacolula de Matamoros, Reyes Etla, Zimatlán de Álvarez, San Lucas Ojitlán y Jalapa de Díaz, entre otros, que tan bien han sido evidenciados con sendos reportajes de Noticias, Voz e Imagen de Oaxaca. Al respecto, se debe investigar cuántas son en realidad las obras inconclusas y dónde están los expedientes técnicos. ¡Qué lamentable y que engaño más cruel para nuestros paisanos! ¿Cuál será el destino final de tanta obra inconclusa, signo inequívoco de nuestro subdesarrollo?

No hay comentarios.:

Con tecnología de Blogger.