Desabasto en salud
En un artículo reciente mencioné al ilustre salubrista, el Dr. Jaime Manuel Calderón Guzmán, oriundo del municipio de Yuriria, Guanajuato, pero radicado en nuestra ciudad capital desde los años 70´s. Al año de haberlo conocido en la oficina central de los Servicios Coordinados de Salud Pública en el Estado, el Dr. Calderón aceptó la propuesta del entonces titular de dicha dependencia, el Dr. Juan Cedeño Ferreira, para hacerse cargo del centro de salud urbano No.1, ubicado entre las calles de Mina y Díaz Ordaz, en sustitución del Dr. Carlos Ortiz Escorcia, uno de los fundadores y ex presidente de la Sociedad Oaxaqueña de Salud Pública. Los tres ya fallecidos. El Dr. Calderón también asumió, de manera simultánea, la jefatura del distrito sanitario, que luego cambió de nombre a Jurisdicción Sanitaria, cuya sede era el propio centro de salud. Estuvo ahí ocho años, de 1974 a 1982, pero como él mismo llegó a expresar, de los mejores de su vida como salubrista, en donde se dio la oportunidad, con el apoyo del Dr. Cedeño, de desarrollarse a plenitud para conducir a dicha unidad a un elevado nivel de eficiencia. Quienes colaboraron con él recuerdan con nostalgia esos tiempos idos, porque además fue un directivo que se caracterizó por su bonhomía y su humanitarismo con los usuarios y con los trabajadores.
En la entrevista que le hice en el 2012 para conmemorar el 50 Aniversario de la Sociedad Oaxaqueña de Salud Pública, me comentó que durante su gestión en el mencionado centro de salud, se cobraban cuotas de recuperación por los diversos servicios que se prestaban ahí y que gracias a que se disponía de autonomía para el manejo de tales recursos, con la consabida y estricta comprobación al área administrativa correspondiente de los hoy SSO, se podría mantener un abasto de insumos suficiente para brindar una digna atención a los usuarios; es decir, se contaba con medicamentos, material de curación e insumos para el laboratorio de análisis clínicos y para el gabinete de radiología, y todos los demás conceptos contemplados para el gasto corriente de la unidad; además, cada año se ejecutaban obras de conservación y mantenimiento, lo que permitía ofrecer una buena imagen y se adquiría, incluso, el mobiliario o equipo que fuera necesario con fines de renovación o por nuevas necesidades. Es importante destacar que el sistema de cuotas de recuperación se aplicó en todos los establecimientos de primero y segundo nivel de atención en el Estado, los que recibían su abasto complementario de la oficina central.
Con la entrada en vigor en el 2004, del Sistema Nacional de Protección Social en Salud, más conocido como Seguro Popular, las políticas en materia administrativa cambiaron, pues ahora quienes no son beneficiarios de dicho Sistema y no son derechohabientes de la seguridad social <IMSS, ISSSTE y otras>, se ven en la necesidad de pagar una cuota por la prestación de servicios en unidades de los SSO, pero realmente son los menos. De cualquier manera, los recursos ya no son como los que había anteriormente y su manejo no cuenta con la autonomía a la que se refería el Dr. Calderón.
Con el presupuesto del Seguro Popular debieran sustanciarse prácticamente todas las necesidades que requiere el óptimo funcionamiento de centros de salud y hospitales de los SSO, sobre todo en materia de abasto de los insumos que se utilizan en la consulta externa, urgencias y hospitalización; sin embargo, la realidad es otra y parece ser que no es privativa de nuestro Estado, señalándose como causa fundamental la corrupción, pues miles de millones de pesos han sido desviados desde hace años en el país, a nivel de las entidades federativas, en detrimento de un sistema noble y justo, ideado por el único salubrista que ha dirigido la Secretaría de Salud federal, el Dr. Julio Frenk Mora, quien fue candidato para dirigir a la OMS, es decano de la Escuela de Salud Pública de Harvard y primer presidente hispano de la Universidad de Miami. El objetivo del Seguro Popular es evitar los gastos catastróficos que minan la economía de las familias más vulnerables de nuestra sociedad. ¡Qué vergüenza lo que ha sucedido! A ver qué candidato a la presidencia asume con seriedad este asunto.
En la entrevista que le hice en el 2012 para conmemorar el 50 Aniversario de la Sociedad Oaxaqueña de Salud Pública, me comentó que durante su gestión en el mencionado centro de salud, se cobraban cuotas de recuperación por los diversos servicios que se prestaban ahí y que gracias a que se disponía de autonomía para el manejo de tales recursos, con la consabida y estricta comprobación al área administrativa correspondiente de los hoy SSO, se podría mantener un abasto de insumos suficiente para brindar una digna atención a los usuarios; es decir, se contaba con medicamentos, material de curación e insumos para el laboratorio de análisis clínicos y para el gabinete de radiología, y todos los demás conceptos contemplados para el gasto corriente de la unidad; además, cada año se ejecutaban obras de conservación y mantenimiento, lo que permitía ofrecer una buena imagen y se adquiría, incluso, el mobiliario o equipo que fuera necesario con fines de renovación o por nuevas necesidades. Es importante destacar que el sistema de cuotas de recuperación se aplicó en todos los establecimientos de primero y segundo nivel de atención en el Estado, los que recibían su abasto complementario de la oficina central.
Con la entrada en vigor en el 2004, del Sistema Nacional de Protección Social en Salud, más conocido como Seguro Popular, las políticas en materia administrativa cambiaron, pues ahora quienes no son beneficiarios de dicho Sistema y no son derechohabientes de la seguridad social <IMSS, ISSSTE y otras>, se ven en la necesidad de pagar una cuota por la prestación de servicios en unidades de los SSO, pero realmente son los menos. De cualquier manera, los recursos ya no son como los que había anteriormente y su manejo no cuenta con la autonomía a la que se refería el Dr. Calderón.
Con el presupuesto del Seguro Popular debieran sustanciarse prácticamente todas las necesidades que requiere el óptimo funcionamiento de centros de salud y hospitales de los SSO, sobre todo en materia de abasto de los insumos que se utilizan en la consulta externa, urgencias y hospitalización; sin embargo, la realidad es otra y parece ser que no es privativa de nuestro Estado, señalándose como causa fundamental la corrupción, pues miles de millones de pesos han sido desviados desde hace años en el país, a nivel de las entidades federativas, en detrimento de un sistema noble y justo, ideado por el único salubrista que ha dirigido la Secretaría de Salud federal, el Dr. Julio Frenk Mora, quien fue candidato para dirigir a la OMS, es decano de la Escuela de Salud Pública de Harvard y primer presidente hispano de la Universidad de Miami. El objetivo del Seguro Popular es evitar los gastos catastróficos que minan la economía de las familias más vulnerables de nuestra sociedad. ¡Qué vergüenza lo que ha sucedido! A ver qué candidato a la presidencia asume con seriedad este asunto.
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