Los 70´s.

Cumplir un año más de vida es un acontecimiento digno de celebrarse, especialmente cuando se festeja cada década. Así ha sucedido ahora que hemos ido cumpliendo los 70´s años quienes formamos parte de mi generación, lo que ha dado lugar a que cada uno reviva los tiempos idos, reflexione sobre la evolución de su vida, sus alcances o logros en todos los sentidos y lo que espera en el tiempo que le resta por vivir, que naturalmente será menor al acumulado desde el nacimiento; comúnmente decimos los que ya alcanzamos esas siete décadas, que “ya estamos más allá que pa´ca”, es decir, más cerca de nuestro final; y esa es la realidad. Si uno revisa el diario obituario que ciertas funerarias de la capital del país pagan porque se publique en los periódicos de circulación nacional, se puede observar las edades de quienes han fallecido; la mayoría llegaron a los 80 años y no pocos rebasan los 90. En cierta manera los octogenarios y de más edad superaron la esperanza de vida para su generación. En ese sentido son pocos los centenarios y muy raros los que “circulan” con más de 100. Si tomamos esta cifra como “limite” de nuestra probable existencia, para los que cumplimos 70 cuando menos nos quedarán 30 por vivir.

Por esa razón, porque los implicados tenemos plena conciencia de nuestro devenir, hemos hecho ya algún tipo de previsión con alguna funeraria para que llegada la fecha “fatal” no tome por sorpresa a la familia y no les signifique una erogación extraordinaria los servicios que son mínimamente necesarios. Yo adquirí esa conciencia cuando mi padre me comentó a mí, que soy el mayor de mis hermanos, que había adquirido un lote para cuatro personas en el cementerio “Los Cipreses”, ubicado en Naucalpan, estado de México. Lo hizo unos 20 años antes de su fallecimiento, el cual ocurrió poco después de cumplir los 80. El tiempo pasó y se ocuparon esos espacios.

Muy interesante me pareció el comentario de un excelente colega, que en unos días más cumple los 70, cuando hizo referencia hace unos días, que de su generación de 25 alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca ya habían fallecido 8; así es, y aunque al paso de los años a veces hacemos un recuento de quienes se nos han adelantado en el camino, resulta que cuando se llega a los 70 esa reflexión se va haciendo cada vez más frecuente; nos acordamos de cuando cursamos el ciclo escolar desde la instrucción primaria, y de cada periodo nos vamos dando cuenta cómo han ido “desapareciendo” nuestros maestros y condiscípulos; y si celebramos un aniversario de la generación es obvio que nos damos cuenta de quiénes ya no están y les ponemos “tache” si somos parte de los organizadores del evento y las reuniones se vuelven motivo de viejos recuerdos, de acontecimientos de todo tipo: las melodías que estaban de moda, los juegos de niños y adolescentes, nuestros viajes, solos, en pareja o con los hijos, la ropa y peinados de moda, aquel primer automóvil que mucho disfrutamos, los teatros, cines y centros nocturnos de la época, la tecnología que había y la que estaba “lejos de llegar”, etc.,

Pero mientras llega el final y sintiéndonos bien, somos, los que iniciamos nuestros 70 años, amantes de la vida, optimistas y asertivos. Ya no queremos ni podemos “comernos el mundo” como cuando jóvenes; nuestras circunstancias e intereses son otros, pues ahora deseamos disfrutar tranquilamente nuestro espacio y el tiempo que nos queda, ofrecer a nuestros hijos y nietos, y a quien nos lo pida, el fruto de nuestra experiencia, expresarnos reflexivamente, con sabiduría y, si nos mantenemos todavía productivos en algún empleo público o privado, procuramos dejar huella y nuestra mejor carta de presentación: una actuación digna, plena de valores, aceptando las buenas ideas innovadoras y de cambio de quienes ahora es suyo el porvenir.

Cuidar nuestra existencia es vital para sobrevivir con calidad; es lo que nos corresponde. Nuestro destino está sujeto a factores de carácter hereditario y a los efectos del ambiente que no podemos manipular; hay, en cierto modo el factor suerte que no debemos soslayar. Vivimos de ilusiones, de metas y objetivos. Por ello, vamos por más; por ahora tenemos la mira puesta de llegar bien a los 80´s.

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