Artífices de la salud pública en Oaxaca

En los 43 años de mi vida profesional, como servidor público, tuve el privilegio de conocer y tratar a una pléyade de hombres y mujeres de bien, del ayer y de hoy, trabajadores de muy distintas disciplinas de la salud en las entidades del sector público y, en su caso, del sector privado en materia de enseñanza de la medicina. La salud pública fue o ha sido su pasión, dedicándose de lleno, sin horario, sin escatimar esfuerzos, con una extraordinaria vocación de servicio y de amor a sus semejantes, sobre todo a los más desamparados de nuestra entidad, aquellos que se encuentran lo mismo en los cinturones de miseria del área urbana que a los que se hallan alejados de ésta, en miles de conglomerados humanos en el área rural. Los considero, a tales servidores públicos, como los artífices de la transición epidemiológica en la entidad, de la mitad del siglo XX hasta nuestros días, modificando por completo las patéticas y sombrías estadísticas encabezadas por las enfermedades transmisibles en todos los grupos de edad.


A ellos y a sus colaboradores se debe la erradicación en el estado de la Fiebre amarilla, la Viruela, el Mal del Pinto, el Tifo, la Poliomielitis, la eliminación de la Difteria, Tosferina, Sarampión, Paludismo y de la Oncocercosis, así como el control de enfermedades zoonóticas como la Rabia y la impresionante reducción de los casos y muertes por enfermedades diarreicas y respiratorias agudas; así mismo de padecimientos de origen milenario como la Lepra y la Tuberculosis y la ostensible disminución de las parasitosis intestinales, principalmente en los menores de edad. Sin duda alguna han declinado, con la intervención de los salubristas, otras enfermedades, como las de transmisión sexual. Pero también han participado en la impresionante mejoría en las acciones de la atención médica, lo que ha contribuido al abatimiento de la morbilidad y mortalidad general y de todos los grupos etarios, pero principalmente de la mortalidad materna e infantil.

Salubristas de la talla de los médicos Carlos Ortiz Escorcia, Carlos Aranda Villamayor, Juan Cedeño Ferreira, Manuel Martínez Soto Carreño, Amando Ricárdez García, Mario López García, Luís Martínez Gallardo, Armando Galicia Gijón, Aurelio Cortés Merino, Moisés Soria Heras, Antonio Rojas Barriguete, Jaime Santiago Alonso y Jaime Manuel Calderón Guzmán; a los que se suman las enfermeras Rebeca Moreno Jáuregui, Carmen Velasco Osorio, María del Pilar Sánchez Villavicencio, Teresa Sánchez Calderón y Rafaela Hernández Chávez, sentaron las bases de la salud pública en Oaxaca, pasaron de la teoría aprendida en sus respectivos planteles escolares y algunos de ellos en la antigua Escuela de Salud Pública de México, de la entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia, a la práctica fecunda en casi todo el territorio oaxaqueño.

Más recientemente, en el último tercio del siglo pasado se fue sumando una nueva generación de médicos, enfermeras, trabajadores sociales, estadígrafos, técnicos en saneamiento, técnicos en nutrición, cirujanos dentistas, médicos veterinarios, químicos, laboratoristas, arquitectos, entre otros, todos ellos dedicados a tiempo completo a las arduas tareas de la salud pública. Un buen número de ellos realizaron estudios de especialidad y maestría, y algunos han alcanzado el nivel de doctorado; y es impresionante la cantidad de diplomados y cursos diversos que han fortalecido sus conocimientos en su propio beneficio profesional y en la mejora de su desempeño como servidores públicos. Yo diría que esta nueva “camada” de salubristas le dio continuidad a la extraordinaria obra de quienes les antecedieron y mejor aún, con sus valiosas aportaciones dieron un vigoroso e impresionante avance a las acciones sanitario asistenciales en nuestro estado, lo cual se tradujo en los indicadores de salud observados hasta fecha reciente. Varios gozan de prestigio a nivel nacional e internacional y han sido objeto de diversos reconocimientos.

La mayoría de ellos son nombrados en un libro de mi autoría que en fecha próxima se presentará formalmente en esta capital y en la Ciudad de México. Me precio de haber compartido con ellos buena parte de mi vida.

No hay comentarios.:

Con tecnología de Blogger.