Vacunación universal y gratuita contra Covid-19
Durante el largo y penoso trayecto que hemos vivido desde el surgimiento y permanencia de un nuevo coronavirus, fuimos informados que los grupos de población más vulnerables a los efectos que causa ese microorganismo son las personas mayores de 60 años, los menores de cinco, las embarazadas, los individuos inmunocomprometidos, las personas que padecen otras comorbilidades como la diabetes mellitus, hipertensión arterial, cáncer, cirrosis hepática y algunas otros padecimientos crónicos y degenerativos. Con esa información, es lógico que cuando se disponga de un biológico que permita prevenir al SARS-CoV-2, estaría claro a quienes debería de aplicarse la vacuna. Sin embargo, la realidad es que dicho virus ha afectado a hombres y mujeres de todos los grupos de edad, y no pocos niños, jóvenes y personas entre los 24 y 59 años, lamentablemente han perdido la vida. Es verdad que también se ha recuperado de la enfermedad un porcentaje significativo de quienes se infectaron y fueron positivos a la prueba de detección, entre ellos algunos nonagenarios, lo que ha dado lugar a que el mundo científico médico desarrolle estudios que permitan investigar con mayor profundidad todo lo concerniente a la forma de actuar del virus y el comportamiento del sistema inmunológico de los seres humanos afectados.
Hasta ahora, son contadas las vacunas que se encuentran en la fase III de su investigación clínica por parte de laboratorios de reconocido prestigio a nivel mundial: AstraZeneca, Johnson & Johnson, Pfizer, CanSino, Moderna, Ely Lilly y la llamada Sputnik V, elaborada por los científicos rusos y que incluso ya se aplica a 40 mil voluntarios. De este biológico los rusos aplican dos dosis, pero no cuenta con verificación oficial por la OMS. Las otras importantes compañías han hecho una pausa en sus investigaciones clínicas con humanos por haberse observado reacciones secundarias indeseables en algunos de sus voluntarios, lo que retrasa sus planes de disponer de su biológico antes de que concluya el 2020. Existen a la fecha más de 150 proyectos de vacuna registrados por la OMS.
En nuestro país, Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, informó esta semana que en México la vacunación será universal, es decir, que beneficiará a todos y de manera gratuita. ¿Quiénes son esos todos? Teóricamente, si se consideran los 125 millones de habitantes citados por el INEGI en el 2018, se les tendría que aplicar a todos ellos la vacuna anti COVID-19, sin embargo, epidemiológicamente no sería necesario inmunizar al 100% de la población, pues una elevada cobertura sería suficiente para proteger a la totalidad. El mismo servidor público señaló que se comprarán alrededor de 197 millones de dosis para casi 117 millones de personas, y que las primeras remesas posiblemente ya estén en los almacenes de la red de frío antes de que concluya este año, para iniciar su aplicación en el primer trimestre del 2021. Confirmó que su costo será de 35 mil millones de pesos.
Antes de disponer de esta información yo había incluido a un grupo específico más entre los llamados “vulnerables”: el de los maestros de todos los niveles educativos en nuestro país, desde el preescolar hasta el profesional, dada su estrecha relación con la niñez y juventud, pero qué bueno que las autoridades del gobierno federal estén por dar un paso fundamental para frenar al COVID 19 y con ello permitir, ahora sí, el inicio de una sana normalidad, el retorno de toda la sociedad a sus cotidianas actividades, lo que podría observarse en el transcurso del 2021; lo que será como un nuevo amanecer, la esperanza de que sí podemos superar lo que ha sido una verdadera pesadilla.
Falta un buen tramo por recorrer, pero las autoridades de salud ya deben estar en los preparativos del plan logístico a desarrollar en todo el país; será un trabajo cuya magnitud requerirá de contratar y capacitar a miles de trabajadores eventuales, en apoyo al personal de las instituciones del sector salud. Lograr el impacto esperado será el objetivo toral, pero las acciones de vacunación deberán complementarse con las acciones permanentes de sana distancia, lavado de manos y el uso del cubrebocas.
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