Salud en el 4o Informe de gobierno
El pasado ocho de agosto, se publicó mi artículo “Covid-19: Impacto en el nivel de salud” en este su diario, Noticias, Voz e Imagen de Oaxaca. Entonces expresé: … “Si fijamos nuestra atención en materia de productividad de los servicios públicos de salud, este, se constituirá en el peor año, por lo menos del presente siglo. Es obvio que los usuarios de los servicios públicos han tenido que recurrir a la medicina privada y a los consultorios de las empresas farmacéuticas. El tiempo dirá que tan certeros fueron estos comentarios”. Fin de la cita.
Para muestra de dicho pronóstico basta ver lo que señala el Maestro Alejandro Murat Hinojosa, en su 4º Informe de Gobierno. Resulta que, en comparación con lo observado en el 2019, en el 2020 se registraron los siguientes porcentajes según el tipo de atención: consultas otorgadas generales 74.8%; consultas de especialidad 72.7%; consultas de odontología 62.1%; urgencias hospitalarias 68.3%; servicios auxiliares de apoyo al diagnóstico 75.4%; análisis clínicos 75.8%; citologías exfoliativas 67.6%; ecosonografías 75.3% y aplicación de vacunas 70.7%. Estos rubros se señalan en el texto del Informe y se corroboran en el Anexo Estadístico. Destacan con porcentajes superiores las atenciones de asistencia social con el 77.0% y los grandes rubros que maneja el Consejo Estatal para la Prevención y Control del Sida, pues ofrece los siguientes porcentajes según el tipo de actividad: educativas 99.4%, clínico terapéuticas 72.7% y personas beneficiadas 81.3%. En conclusión, en el 2020 la productividad se redujo con respecto al 2019 y debiera haber sido superior a este último. Hay que esperar la realidad cuando se plasmen en el 5º Informe los resultados finales del 2020.
En el texto del que comento no se hace un análisis comparativo con el año anterior, simplemente se señalan cifras del 2020, lo que impide, de entrada, emitir un juicio evaluatorio. Tampoco se mencionan otros rubros que son trascendentes como el número de ingresos y egresos hospitalarios, las intervenciones quirúrgicas, los días cama, días estancia y días paciente, las sesiones practicadas por tipo de tratamiento en los servicios auxiliares, las atenciones en materia de salud reproductiva como las consultas prenatales, partos atendidos, nacidos por cesárea, defunciones perinatales, consultas a puérperas, entre otras. Por otra parte, en el anexo estadístico no existen formatos que plasmen las atenciones brindadas por las unidades móviles, las acciones del programa de control de enfermedades transmitidas por vector y las acciones de regulación, control y fomento sanitario, lo que dificulta establecer la necesaria comparación con el año anterior. Dichas atenciones sí se mencionan en el texto con datos del 2020. Vale la pena señalar que todos los indicadores de salud del estado, con excepción de la mortalidad infantil y preescolar, tuvieron un incremento, pero los menores de cinco años de edad vieron reducida todavía más la protección que les ofrecen las vacunas, al haber disminuido de manera significativa los porcentajes de esquemas completos.
Destacan en el informe narrativo las obras de infraestructura: nuevas, de reposición, rehabilitadas y ampliadas, de primero y segundo niveles de atención, con el recurso que se erogó por cada paquete; así mismo, la adquisición de otras 42 ambulancias totalmente equipadas y medicamentos mediante compra consolidada; así también el apoyo otorgado a discapacitados en comunidades indígenas y marginadas. Al final del texto del 4º. Informe se insertó un amplio capítulo relacionado con el manejo de la pandemia del Covid-19, en el que se detallan las acciones emprendidas por las diversas dependencias del gobierno estatal, lo cual brinda una idea general de lo complicado que resulta sumar esfuerzos en un objetivo común, pero también nos demuestra que un asunto de esa magnitud y naturaleza no es función exclusiva del sector salud. Por último, el impacto de la pandemia en las acciones de salud a nivel nacional, con toda seguridad nos demostrará que el 2020 ha sido un año de franco retroceso. Hay materia para investigar y tomar decisiones.
Para muestra de dicho pronóstico basta ver lo que señala el Maestro Alejandro Murat Hinojosa, en su 4º Informe de Gobierno. Resulta que, en comparación con lo observado en el 2019, en el 2020 se registraron los siguientes porcentajes según el tipo de atención: consultas otorgadas generales 74.8%; consultas de especialidad 72.7%; consultas de odontología 62.1%; urgencias hospitalarias 68.3%; servicios auxiliares de apoyo al diagnóstico 75.4%; análisis clínicos 75.8%; citologías exfoliativas 67.6%; ecosonografías 75.3% y aplicación de vacunas 70.7%. Estos rubros se señalan en el texto del Informe y se corroboran en el Anexo Estadístico. Destacan con porcentajes superiores las atenciones de asistencia social con el 77.0% y los grandes rubros que maneja el Consejo Estatal para la Prevención y Control del Sida, pues ofrece los siguientes porcentajes según el tipo de actividad: educativas 99.4%, clínico terapéuticas 72.7% y personas beneficiadas 81.3%. En conclusión, en el 2020 la productividad se redujo con respecto al 2019 y debiera haber sido superior a este último. Hay que esperar la realidad cuando se plasmen en el 5º Informe los resultados finales del 2020.
En el texto del que comento no se hace un análisis comparativo con el año anterior, simplemente se señalan cifras del 2020, lo que impide, de entrada, emitir un juicio evaluatorio. Tampoco se mencionan otros rubros que son trascendentes como el número de ingresos y egresos hospitalarios, las intervenciones quirúrgicas, los días cama, días estancia y días paciente, las sesiones practicadas por tipo de tratamiento en los servicios auxiliares, las atenciones en materia de salud reproductiva como las consultas prenatales, partos atendidos, nacidos por cesárea, defunciones perinatales, consultas a puérperas, entre otras. Por otra parte, en el anexo estadístico no existen formatos que plasmen las atenciones brindadas por las unidades móviles, las acciones del programa de control de enfermedades transmitidas por vector y las acciones de regulación, control y fomento sanitario, lo que dificulta establecer la necesaria comparación con el año anterior. Dichas atenciones sí se mencionan en el texto con datos del 2020. Vale la pena señalar que todos los indicadores de salud del estado, con excepción de la mortalidad infantil y preescolar, tuvieron un incremento, pero los menores de cinco años de edad vieron reducida todavía más la protección que les ofrecen las vacunas, al haber disminuido de manera significativa los porcentajes de esquemas completos.
Destacan en el informe narrativo las obras de infraestructura: nuevas, de reposición, rehabilitadas y ampliadas, de primero y segundo niveles de atención, con el recurso que se erogó por cada paquete; así mismo, la adquisición de otras 42 ambulancias totalmente equipadas y medicamentos mediante compra consolidada; así también el apoyo otorgado a discapacitados en comunidades indígenas y marginadas. Al final del texto del 4º. Informe se insertó un amplio capítulo relacionado con el manejo de la pandemia del Covid-19, en el que se detallan las acciones emprendidas por las diversas dependencias del gobierno estatal, lo cual brinda una idea general de lo complicado que resulta sumar esfuerzos en un objetivo común, pero también nos demuestra que un asunto de esa magnitud y naturaleza no es función exclusiva del sector salud. Por último, el impacto de la pandemia en las acciones de salud a nivel nacional, con toda seguridad nos demostrará que el 2020 ha sido un año de franco retroceso. Hay materia para investigar y tomar decisiones.
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