El futuro de los rascacielos
La semana pasada se derrumbó el Champlain Towers South, en el estado de la Florida de los Estados Unidos de América, más específicamente en Surfside en su límite con Miami Beach; era un edificio de 12 plantas con 100 departamentos ubicado junto a la playa. Dos datos: tenía aproximadamente 40 años de haberse construido y hacía un buen tiempo que supuestamente se venía hundiendo. El colapso fue parcial, pues se vino abajo más o menos la mitad del inmueble, pero su destrucción fue muy aparatosa y desde un principio las autoridades locales manejaron la desaparición de alrededor de 100 personas y varios decesos. A la fecha estos últimos ascienden a 18 víctimas y se habla de 145 desaparecidos, entre ellos 18 latinoamericanos. Oficialmente se dice que tardará un buen tiempo en que se establezcan las causas, mientras tanto continúan las labores de búsqueda, rescate y atención médica de personas y en su caso de localización de quienes hayan perecido en este trágico desastre urbano.
Pareciera que estamos viviendo una epidemia de desastres provocados por los seres humanos: en febrero un tren chocó con un camión en Cameron, en el estado de Texas de la Unión Americana, el resultado fue una fuerte explosión; un mes después, en marzo, ocurrió una colisión de dos trenes de pasajeros en la región egipcia de Sohag, a 460 kilómetros al sur de El Cairo en Egipto; el tres de mayo tuvimos conocimiento del derrumbe estrepitoso de dos vagones de la línea 12 del Metro, antes de la estación Tláhuac, en la Ciudad de México; posteriormente, el 23 de este mismo mes la terrible y espantosa caída de la cabina de un teleférico en Stresa, estación del lago Mayor, en Italia; ya en el mes de junio, el día 7 para ser más precisos, otro impactante choque de trenes, ahora en la provincia pakistaní de Sindh; muy avanzado este último mes colapsó un puente peatonal en la ciudad de Washington, también en los Estados Unidos y en este mismo país y en ese mes, pero en Alburquerque, Nuevo México, se cayó un globo aerostático, el que se impactó en tierra luego de haber tocado unos cables de alta tensión. Salvo en el primer desastre comentado en todos los demás casos hubo víctimas mortales y una significativa cantidad de heridos, no pocos de los cuales tendrán secuelas de por vida con manifiestas discapacidades físicas y psicológicas.Pero vuelvo a la tragedia del estado de Florida, donde se presume que causas inherentes a deficiencias en la construcción del edificio, es decir fallas técnicas humanas, pudieron sumarse a las características del terreno donde fue construido. En otras grandes tragedias los edificios han caído por efecto de sismos de gran magnitud, como sucedió en la ciudad de México en 1985 y luego otros más en dos sismos ocurridos en un lapso de menos de 15 días el 2017. Tales desastres son un preludio de lo que vendrá en el futuro próximo y la realidad es que la capital de nuestro país es una bomba de tiempo, porque sismos mayores de 8 grados Richter pudieran hacer caer o causar daños a más edificios, además de otros inmuebles y muy diversos puentes. En otros países donde es raro que se registren movimientos telúricos es posible que el colapso de los rascacielos sea debido a la vejez de su infraestructura de sostén, o se vuelvan un blanco apetecible para los terroristas. (Recordar las Torres Gemelas de Nueva York).
Viéndolo así, todos los rascacielos en el mundo, y los edificios que no lo son, representan un serio peligro, pues además no serán eternos. De la más reciente lista de los 10 rascacielos más altos del mundo 7 se encuentran en la República Popular China y los tres restantes en dos países árabes. El menos alto, el Shanghái World Financial Center alcanza los 492 metros y el más elevado hasta ahora es Burj Khalifa, Dubai, con 828 metros. Ahora, el hombre ha lanzado el reto de construir el edificio más alto del mundo: se construye en Yida, Arabia Saudí, el Jeddah Tower, que alcanzará ¡un kilómetro! de altura, tendrá 169 pisos y su conclusión está prevista para el 2022. Será interesante conocer su reglamentación para situaciones de desastre. Es de prever que la humanidad sabrá de un mayor número de tragedias de este tipo en el presente siglo. ¿Cómo prevenirlas?
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