Acciones de salud en México: descenso sin precedentes
En mi artículo del sábado 8 de agosto del 2020 “Covid-19, Impacto en el nivel de salud”, publicado en este su periódico, Noticias, Voz e imagen de Oaxaca, expresé que era predecible un impacto negativo en nuestro país en los indicadores de salud en el 2020: esperanza de vida, mortalidad en todos los grupos de edad y otros; adelanté, además, un significativo decremento en las dosis de vacunas aplicadas a los menores de edad de acuerdo a los esquemas establecidos y, por el contrario, un aumento significativo en el porcentaje de individuos con sobrepeso y obesidad, diabetes mellitus, hipertensión arterial entre otras de las enfermedades crónicas y degenerativas; así mismo, elevación de los casos de alcoholismo, tabaquismo y consumo de drogas ilícitas. En otro artículo agregué al deterioro de la salud mental con notable incremento de los casos de depresión, tendencia suicida y suicidios; finalmente hice énfasis en el notable descenso de las acciones de consulta externa, urgencias médicas y hospitalización, particularmente en cuanto a la atención de partos institucionales y de intervenciones quirúrgicas. Admito que todavía no dispongo de la información que anualmente concentra la Secretaría de Salud federal en materia asistencial; sin embargo, un excelente ejemplo de lo que ha sucedido en el 2020 en cuanto a la depleción de los servicios médicos del sector público de la salud, lo tenemos en la ostensible reducción de la morbilidad, lo que puede constatarse al comparar los datos estadísticos del año señalado contra los datos definitivos del 2019.
Prácticamente en la mayoría de las enfermedades cuya evolución en el año aparecen en el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, la disminución fue aproximadamente del 50%. Para mayor claridad, solo dos ejemplos: el número de casos por Enfermedades Infecciosas Intestinales y Enfermedades Respiratorias Agudas en 2019 fue de 5´788,090 y 23´064,018, respectivamente; en cambio, en el 2020 el número de casos registrado fue de 2´779,700 y 13´742,599, para ambos padecimientos. Salvo que se demuestre lo contrario, es muy probable que los pacientes hayan asistido a los servicios privados de la medicina, como es el caso de los consultorios de conocidas redes de farmacias en todo el país, o hayan optado por auto medicarse y, en el peor de los casos, fallecieron por complicaciones de su padecimiento. No sería descabellado considerar que los mismos usuarios determinaron no acudir a un establecimiento médico del sector público por temor a enfermar por Covid-19, pero también hay que tomar en cuenta dos situaciones: 1º: un significativo porcentaje de trabajadores de la salud, entre ellos médicos y enfermeras, dejaron de prestar sus servicios para resguardarse en su domicilio por indicaciones de sus autoridades, y 2º: la atención de pacientes infectados por SARS-CoV-2 adquirió el grado de prioridad triple “A” en los nosocomios, afectando otro tipo de atenciones. En conclusión, tendremos que esperar que en el 2021 la situación descrita no se haya modificado.
Por otra parte, es de llamar la atención el manejo estadístico adoptado por la Dirección General de Epidemiología de la propia Secretaría de Salud federal, respecto de los casos y defunciones por COVID-19, pues las cifras que se dan a conocer cada día “arrastran”, por decirlo coloquialmente, los datos registrados en el 2020 en cuanto a los casos y defunciones, de ahí el gran volumen que llevamos hasta la fecha: 3´528,972 y 269,015, respectivamente; es decir, tal información no debiera manejarse de manera indefinida. Lo correcto es separar los datos por año epidemiológico: En el 2020: 1´426,094 casos y 125,807 defunciones, y en el 2021: 2´116,095 casos y 144,105 defunciones (registrados hasta el 15 de septiembre).
Por otra parte, en cuanto a la pandemia tuvieron que transcurrir 95 días para el registro de las primeras 10 mil defunciones; hemos tenido dos periodos bien definidos en cuanto a elevación de casos y muertes, las llamadas “olas”, con decenas de miles de defunciones en periodos muy cortos de tiempo. ¿Desde el 03 de agosto estamos ante un tercer repunte de casos?
Prácticamente en la mayoría de las enfermedades cuya evolución en el año aparecen en el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, la disminución fue aproximadamente del 50%. Para mayor claridad, solo dos ejemplos: el número de casos por Enfermedades Infecciosas Intestinales y Enfermedades Respiratorias Agudas en 2019 fue de 5´788,090 y 23´064,018, respectivamente; en cambio, en el 2020 el número de casos registrado fue de 2´779,700 y 13´742,599, para ambos padecimientos. Salvo que se demuestre lo contrario, es muy probable que los pacientes hayan asistido a los servicios privados de la medicina, como es el caso de los consultorios de conocidas redes de farmacias en todo el país, o hayan optado por auto medicarse y, en el peor de los casos, fallecieron por complicaciones de su padecimiento. No sería descabellado considerar que los mismos usuarios determinaron no acudir a un establecimiento médico del sector público por temor a enfermar por Covid-19, pero también hay que tomar en cuenta dos situaciones: 1º: un significativo porcentaje de trabajadores de la salud, entre ellos médicos y enfermeras, dejaron de prestar sus servicios para resguardarse en su domicilio por indicaciones de sus autoridades, y 2º: la atención de pacientes infectados por SARS-CoV-2 adquirió el grado de prioridad triple “A” en los nosocomios, afectando otro tipo de atenciones. En conclusión, tendremos que esperar que en el 2021 la situación descrita no se haya modificado.
Por otra parte, es de llamar la atención el manejo estadístico adoptado por la Dirección General de Epidemiología de la propia Secretaría de Salud federal, respecto de los casos y defunciones por COVID-19, pues las cifras que se dan a conocer cada día “arrastran”, por decirlo coloquialmente, los datos registrados en el 2020 en cuanto a los casos y defunciones, de ahí el gran volumen que llevamos hasta la fecha: 3´528,972 y 269,015, respectivamente; es decir, tal información no debiera manejarse de manera indefinida. Lo correcto es separar los datos por año epidemiológico: En el 2020: 1´426,094 casos y 125,807 defunciones, y en el 2021: 2´116,095 casos y 144,105 defunciones (registrados hasta el 15 de septiembre).
Por otra parte, en cuanto a la pandemia tuvieron que transcurrir 95 días para el registro de las primeras 10 mil defunciones; hemos tenido dos periodos bien definidos en cuanto a elevación de casos y muertes, las llamadas “olas”, con decenas de miles de defunciones en periodos muy cortos de tiempo. ¿Desde el 03 de agosto estamos ante un tercer repunte de casos?
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