¿Utopía el fin de la pobreza?
El pasado mes de julio conducía mi automóvil. Al hacer alto en el entronque del cruce del boulevard Eduardo Vasconcelos y la avenida Niños Héroes, me asombré por lo que vi sobre la banqueta del parque de béisbol; advierto que apenas es creíble, pero fue cierto, yo lo vi y obviamente otros automovilistas. Se encontraban postrados de rodillas, con los brazos extendidos y las manos abiertas en actitud de pedir un apoyo monetario o en especie, una familia de venezolanos: una pareja y tres pequeños niños. Imposible detenerse a ofrecerles nada, sobre todo porque se encendió la luz verde del semáforo. Pero me quedé muy conmovido con esa trágica imagen que nunca antes había observado. Días después, en la primera semana de agosto, en la segunda calle de Hidalgo, en pleno centro histórico de la ciudad, llevaba una pequeña bolsa con artículos que había adquirido en conocida tienda; de pronto, sentados a la orilla de la banqueta por la que circulaba me encontré con tres jóvenes, que también se dijeron venezolanos, los que me suplicaron una limosna para poder adquirir alimentos; les ofrecí mi ayuda monetaria a lo que respondieron con expresivas manifestaciones verbales de sumo agradecimiento: … “gracias padre, me dijeron”, a lo que les contesté, “cuando se ha sufrido de hambre como yo lo viví de niño se entiende perfectamente la situación de ustedes”.
Eso que me tocó palpar apenas, es una pequeña muestra de lo que está sucediendo en nuestro país. Es obvio que decenas de miles de migrantes se encuentran en México en grave situación de apremio, procedentes de Centroamérica y de otras latitudes del mundo, pero con la mira puesta en cruzar nuestra frontera para internarse en los Estados Unidos hacia el utópico objetivo de alcanzar la prosperidad que no lograron en sus naciones de origen. Y la verdad, es casi imposible que lo logren. Y luego, ¿Qué van a hacer? ¿Cuál va a ser su cruel destino? ¿Qué les espera a quienes vienen acompañados de sus pequeños hijos e incluso hasta de una mascota? Pero sobre todo, qué pueden encontrar en México donde las condiciones de pobreza y de pobreza extrema nos sitúan como el quinto país más pobre de la región (Datos de la CEPAL del 8 de junio del 2022). En la República, hasta el 2018, 10 estados eran líderes en cuanto a su nivel de pobreza y pobreza extrema, relación que no creo que se haya modificado a la fecha. Aunque ahora el CONEVAL nos informa que entre el 2020 y el 2022 disminuyó la pobreza en 5 millones de personas, pero 50 millones no tienen acceso a los servicios de salud. El porcentaje de individuos en situación de pobreza pasó de 43.9 a 36.3% en ese periodo; se atribuyó el cambio a una recuperación post pandemia del COVID 19 (la que influyó para que descendiera la esperanza de vida en México de 75 a 71 años según datos de la OCDE). Se señala que la pobreza extrema va a la baja, registrando una caída en ese periodo de 1.7 millones de personas (De 8.5 a 7.1%); sin embargo, aumentó el número en esa situación al pasar de 8.7 a 9.1 millones; cerca de 400 mil más entre el 2018 y el 2022. ¿Hay que festejar el paupérrimo avance en este rubro?La realidad es que más de 700 millones de seres humanos, que representa el 8.75% de la población mundial, viven en situación de pobreza extrema con dificultades para satisfacer las necesidades más básicas. La ONU tiene como primer objetivo del Desarrollo Sostenible “El fin de la pobreza”, que está muy lejos de cumplirse en esta primera centuria del siglo XXI. En un informe de ese organismo el número de personas que viven en situación de extrema pobreza disminuyó desde un 36 % en 1990 hasta un 10 % en 2015, sin embargo la pandemia de COVID 19 se constituyó en un tremendo freno para lograr el citado objetivo. Un estudio publicado por la ONU advierte que las consecuencias económicas de dicha pandemia podría incrementar la pobreza en todo el mundo hasta llegar a afectar a 500 millones de personas más, es decir, a un 8 % más de la población total mundial. Será la primera vez que la pobreza aumente en todo el mundo en 30 años, desde 1990. Los migrantes huyen de sus países por diversos motivos pero al estacionarse en nuestro país se incrementa el porcentaje que vive en una crítica situación. ¿Una utopía el fin de la pobreza?
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