Por mejorar perdimos la santa paz

 Al Dr. Enrique de Gaspe Vasseur Domville, dilecto amigo

y compañero en esta página editorial por muchos años.

El 04 de septiembre partió a la eternidad. Descanse en Paz.

Los trabajadores de la salud y en especial los Salubristas, conocemos una triada que es muy singular: agente, huésped y ambiente, los que cuando se encuentran en equilibrio permiten a los humanos y a todos los seres vivos que pueblan la Tierra permanecer en un estado saludable y en armonía entre todos ellos; cuando esa triada falla por infinidad de causas sobreviene la enfermedad e incluso hasta la muerte. De ahí la importancia de mantener ese vital equilibrio. Un práctico ejemplo de lo que puede suceder cuando se quebranta esa relación, es lo que he observado en las cuatro décadas que con mi familia hemos permanecido como vecinos en una de las secciones de la colonia Reforma de la capital del estado.

Cuando decidimos construir nuestra casa habitación en la segunda manzana de la calle de Azucenas había muy pocas propiedades de ese tipo en la 9ª sección. El lote que adquirimos estaba rodeado, y así lo estuvo por muchos años, de lotes vacíos. Nuestra calle y las aledañas eran de terracería y ninguna disponía de banqueta y su respectivo cordón cuneta, difícilmente podían observarse árboles plantados en ellas por los propios vecinos. En época de lluvias las calles eran poco transitadas por la cantidad de lodo que se acumulaba en ellas; los que poseíamos un automóvil no podíamos mantenerlo limpio, era inútil realizar esa labor y, por consiguiente, en el interior de las viviendas tenía que hacerse un mayor esfuerzo para evitar que el piso se ensuciara con el lodo de los zapatos. Nuestra calle es muy amplia pero durante mucho tiempo prácticamente no tenía movimiento de vehículos de motor, salvo los de los pocos vecinos que nos rodeaban de las calles aledañas y los camiones repartidores de alimentos perecederos que surtían a dos o tres tendejones o misceláneas. He de agregar que disponíamos de energía eléctrica pero los postes de la CFE carecían de lámparas públicas, por lo que la carencia de ese servicio comunitario hacía de nuestras calles verdaderas “bocas de lobo” durante la noche.

Los vecinos de esa sección nos unimos y en 1987 logramos que las autoridades municipales pavimentaran por primera vez nuestras calles y las de Prolongación de Belisario Domínguez y Prolongación de Eucaliptos. Mucho tuvo que ver el liderazgo que asumió el extinto Dr. Mario Ramírez Camacho, Anatomopatólogo y vecino nuestro en una privada de la calle de Magnolias, quien fue presidente del comité que se creó para impulsar dichas obras, apoyado por casi 200 propietarios de casas habitación; fui parte de ese comité en calidad de secretario. No fue nada fácil alcanzar el éxito de nuestro objetivo porque llegamos a tener vecinos inconformes y, además, tuvimos que “cooperar” con el 50% del costo total de las obras de pavimentación y del cordón cuneta, así como de los gastos complementarios. Cada propietario se responsabilizó de la construcción de su banqueta. Recientemente, en el 2017, impulsé la repavimentación de nuestra calle y de algunas privadas con el apoyo extraordinario del Lic. José Antonio Hernández Fraguas, presidente municipal en turno. Ahora, salvo Belisario Domínguez y la privada donde vive la familia del Dr. Ramírez Camacho, ¡quién lo diría!, permanecen en muy mal estado, nuestras calles se encuentran en buen estado y disponemos del servicio de luz pública en cada esquina.

La evolución de la Colonia Reforma ha traído como consecuencia un mayor desarrollo urbanístico y comercial, pero a cambio de ello el vecindario ya padece de los efectos de la contaminación ambiental por tanto vehículo de motor y el ruido de anunciantes de todo tipo. Se han construido edificios de más de cinco niveles <y hay otro en turno> para albergar a trabajadores de dependencias de gobierno que saturan con sus automotores las calles que antes eran tranquilas y con cierta frecuencia bloquean la circulación. Se modificó nuestro ambiente y la famosa triada está perdiendo su equilibrio agudizándose con la presencia de la delincuencia común, todo en aras de una supuesta modernidad. ¿Qué sigue?

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