Vigorexia y muerte prematura
La vigorexia o dismorfia muscular es un trastorno mental y alimenticio que se caracteriza por el deseo u obsesión de incrementar la masa muscular, quien lo sufre llega a obsesionarse con su aspecto físico a tal grado que modifica sus hábitos alimenticios y de vida para lograr una imagen que mantiene en su mente, pero nunca sentirá que la alcanzará. Son sobre todo los hombres quienes practican dicho ejercicio físico de manera excesiva y con un marcado narcisismo. El problema de esta desviación extrema de la conducta humana es que un significativo porcentaje se vuelve adicto a la ingesta de anabólicos esteroides y suplementos nutricionales como la Creatina. Entre los esteroides más famosos por su empleo frecuente están el Dianabol, la Trembolona y el Deca Durabolín. Se sabe que el uso de esteroides anabólicos causa daño a la salud, pero no existen suficientes evidencias científicas que demuestren que es cierto lo anterior. Se afirma que probarlo en los humanos es sencillamente imposible y los que practican esa actividad física guardan silencio.
Por la trascendencia de su contenido y otorgándole el crédito correspondiente, me permito transcribir parte del texto de la famosa revista Mens Health publicada el 12 de marzo del 2022: “Algunos de los efectos secundarios del uso de esteroides anabólicos incluyen cosas como presión arterial elevada, función miocárdica disminuida, atrofia testicular, recuento reducido de espermatozoides, cambios en la libido, acné, calvicie, daño hepático aumentado y problemas psicológicos como ansiedad, depresión y cambios de humor. Y, por supuesto, afecta a la salud cardiovascular; los atletas pueden experimentar elevaciones en la presión arterial y un mayor riesgo de trombosis (coágulos sanguíneos), lo que pone gravemente en riesgo su corazón. Los que ingieren anabólicos también tienen un mayor riesgo de tumores hepáticos, ya que el hígado se convierte en el principal punto de eliminación de esteroides. Las repercusiones a largo plazo de usarlos una y otra vez, son la probable supresión de la producción de testosterona, disfunción hepática, enfermedades cardiovasculares, atrofia testicular, calvicie de patrón masculino, acné y comportamiento agresivo”.
Lo anterior, de alguna manera explica el por qué en un año (2021) fallecieron por diversos motivos 21 practicantes de físicoculturismo y el llamado fitness, y la lista ha continuado como lo dieron a conocer los medios masivos de comunicación a nivel mundial con los casos del joven alemán Joe Linder, conocido como Joesthetics, de 30 años de edad, quien falleció el pasado 30 de junio por un aneurisma cerebral; así mismo, el de la norteamericana Lisa Lyon, pionera del culturismo femenino, de quien se dijo que se suicidó a los 70 años de edad; ella murió apenas el 8 de septiembre, y el caso más reciente es el del inglés Neil Currie, de 34 años de edad quien falleció el 12 del mismo mes. A diferencia de lo que ocurre con este tipo de atletas, en algún momento del último cuarto del siglo XX, una famosa y prestigiada revista médica indexada que se publica en Europa dio a conocer el resultado de una investigación practicada en un país nórdico; el artículo llamó mucho la atención porque explicaba la causa por la que hombres jóvenes y musculosos dedicados a la tala de árboles sin el empleo de sierra de motor, solo con su fuerza física, morían prematuramente por infarto del miocardio o por accidente vascular cerebral; la razón fue el tipo de alimentación que consumían, a base de leche y sus derivados de manera excesiva, así como de una cierta variedad de embutidos, lo que condicionaba alteraciones en el metabolismo de sus lípidos (colesterol y triglicéridos muy elevados) y sus consecuencias a nivel cardiovascular. El grave problema de salud pública fue resuelto en ese país. Los especialistas en educación física recomiendan que las personas que deseen practicar ese tipo de deportes se sujeten a un examen médico inicial antes de aventurarse a su práctica y mantengan controles periódicos y atención integral para prevenir cualquier posible daño a la salud. Se aconseja mejor la práctica de deportes que fortalezcan el sistema cardiovascular.
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