Cambio climático: ¿El fin de la humanidad?
Un tema que se incluyó en la 77 Reunión Anual de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, que tuvo como sede la Ciudad de México realmente resultó impactante. Desde el título de la conferencia despertó de inmediato el interés de todos los asistentes: “El cambio climático en la salud humana”, pues las repercusiones de dicho fenómeno son tales que afectan a todos los seres vivos de nuestro planeta pero en particular a la especie humana. Los cuatro componentes que integran el núcleo central de su temida existencia son aumento del Bióxido de Carbono, incremento de la temperatura, aumento del nivel del mar y más condiciones extremas del tiempo, todo lo cual conduce a contaminación del aire, cambio en la ecología de los vectores, aumento de alérgenos, impacto en la calidad y suministro de agua y alimentos, degradación ambiental, calor extremo y condiciones de tiempo severas. Tales efectos del cambio climático repercuten en la salud pública al incrementarse los siguientes problemas: enfermedades relacionadas con el calor, insuficiencia cardiaca, lesiones, muertes, impactos en la salud mental, asma, enfermedades cardiovasculares, paludismo, dengue, encefalitis, hantavirus, fiebre del valle del Rift, enfermedad de Lyme, chikungunyia, virus del Nilo Occidental, cólera, criptoporidiosis, campylobacter, leptospirosis, proliferación de algas nocivas, enfermedades diarreicas, desnutrición, migración forzosa, conflictos civiles e impactos en la salud mental. Todo esto sucede cuando ya poblamos la Tierra poco más de 8 mil millones de seres humanos (lo impresionante de este crecimiento poblacional es que solo tardamos 11 años en pasar de 7 mil a 8 mil millones) y según las proyecciones actuales muy probablemente la humanidad llegue a los 10,400 millones para el año 2080.
Tal amenaza de catástrofe parece irreversible y no hay para donde irse, pues es cierto que se han estimado en 5,400 los exoplanetas donde unos cuantos humanos podrían vivir, pero todos ellos están muy lejanos, son demasiado enormes, son acuosos y rocosos, y su atmósfera es muy hostil para la vida humana. Uno de ellos es el exoplaneta Kepler-186 f, posiblemente el más habitable, pero se encuentra a millones de años luz de la Tierra y fuera de nuestro sistema solar. Nuestro planeta es tan pequeño que solo representa un punto azul pálido en el espacio como lo demostraron las fotografías recibidas de la nave espacial Voyager I en 1990. Antes, en diciembre de 1972 los tripulantes de la nave Apolo 17 la llamaron “La canica azul”.
Lo relevante es que cada vez más el mundo científico está sumamente preocupado por la evolución de los efectos del cambio climático ocasionados por los seres humanos, principales depredadores de nuestro planeta. Pero además los fenómenos naturales ocasionados por aquellos han sido asociados con presagios bíblicos relacionados con el fin del mundo, planteándose la llegada del Apocalipsis, que suele ser asociado con situaciones de crisis sociales y políticas, así como por fenómenos naturales fuera de lo común en cuanto a su magnitud (terremotos, huracanes, enormes incendios forestales difíciles de controlar, gigantescas plagas de insectos como las langostas del desierto, pandemias como la del Covid-19), por lo que se dice que el fin está a la vuelta de la esquina. En este tenor, son muy conocidas y respetadas las 4 predicciones del famoso científico inglés, el físico Stephen Hawking recién fallecido, quien hizo referencia hacia la crisis climática, la guerra contra las máquinas que pueden resultar con una inteligencia superior a la humana, no encariñarse con la Tierra sino dirigir la mirada hacia otros planetas y aceptar que existe vida extraterrestre. Se pronunció en que “Hay que trabajar para que la vida no se extinga en la Tierra”. Por último, el intelectual Douglas Rushkoff escribió un libro en el que aborda el tema de que muchos multimillonarios de la tecnología se preparan denodadamente para escapar del fin del mundo. (Dato del 2022). Finalmente, lo cierto es que al ritmo que llevamos destruyendo nuestro planeta heredaremos a nuestros nietos y a su descendencia sufrir las más terribles consecuencias
Tal amenaza de catástrofe parece irreversible y no hay para donde irse, pues es cierto que se han estimado en 5,400 los exoplanetas donde unos cuantos humanos podrían vivir, pero todos ellos están muy lejanos, son demasiado enormes, son acuosos y rocosos, y su atmósfera es muy hostil para la vida humana. Uno de ellos es el exoplaneta Kepler-186 f, posiblemente el más habitable, pero se encuentra a millones de años luz de la Tierra y fuera de nuestro sistema solar. Nuestro planeta es tan pequeño que solo representa un punto azul pálido en el espacio como lo demostraron las fotografías recibidas de la nave espacial Voyager I en 1990. Antes, en diciembre de 1972 los tripulantes de la nave Apolo 17 la llamaron “La canica azul”.
Lo relevante es que cada vez más el mundo científico está sumamente preocupado por la evolución de los efectos del cambio climático ocasionados por los seres humanos, principales depredadores de nuestro planeta. Pero además los fenómenos naturales ocasionados por aquellos han sido asociados con presagios bíblicos relacionados con el fin del mundo, planteándose la llegada del Apocalipsis, que suele ser asociado con situaciones de crisis sociales y políticas, así como por fenómenos naturales fuera de lo común en cuanto a su magnitud (terremotos, huracanes, enormes incendios forestales difíciles de controlar, gigantescas plagas de insectos como las langostas del desierto, pandemias como la del Covid-19), por lo que se dice que el fin está a la vuelta de la esquina. En este tenor, son muy conocidas y respetadas las 4 predicciones del famoso científico inglés, el físico Stephen Hawking recién fallecido, quien hizo referencia hacia la crisis climática, la guerra contra las máquinas que pueden resultar con una inteligencia superior a la humana, no encariñarse con la Tierra sino dirigir la mirada hacia otros planetas y aceptar que existe vida extraterrestre. Se pronunció en que “Hay que trabajar para que la vida no se extinga en la Tierra”. Por último, el intelectual Douglas Rushkoff escribió un libro en el que aborda el tema de que muchos multimillonarios de la tecnología se preparan denodadamente para escapar del fin del mundo. (Dato del 2022). Finalmente, lo cierto es que al ritmo que llevamos destruyendo nuestro planeta heredaremos a nuestros nietos y a su descendencia sufrir las más terribles consecuencias
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