El desabasto en salud en Oaxaca exhibido por TV Azteca
Fue patético observar un reportaje que se exhibió en el noticiero nocturno de TV Azteca el pasado lunes 29 de abril, en el que se demostraba con hechos, las carencias del Hospital Regional de Alta Especialidad de Oaxaca, HRAEO, el que hasta hace poco estaba integrado a la Coordinación Nacional de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales Regionales de Alta Especialidad del país bajo la Dirección de nuestro paisano, el Dr. Gustavo Reyes Terán y que ahora, los mencionados nosocomios, han sido incorporados al Programa IMSS-Bienestar que dirige el Mtro. Zoe Robledo Aburto. Con detalle se dio a conocer principalmente el desabasto de medicamentos y otros suministros médicos, los que lastimosamente tienen que ser adquiridos por los propios familiares de los pacientes, teniendo que realizar gastos catastróficos con la esperanza de recobrar la salud perdida. Quienes llegamos a ser los pioneros de HRAEO en el 2005 para preparar su organización, hemos visto la evolución del mismo en sus casi 20 años de existencia, iniciándose como un Hospital de Especialidades de Oaxaca como parte de la estructura orgánica de los Servicios Estatales de Salud, pero con un presupuesto insuficiente, situación que se solucionó cuando la federación decidió su manejo desde el nivel central de la Secretaría de Salud y luego su integración al Sistema de Protección Social en Salud y su brazo ejecutor el Seguro Popular. Así, durante el tiempo que se manejó de esa manera puede decirse que los pacientes recibieron una atención de calidad, prácticamente gratuita o si se quiere, de muy bajo costo. La situación cambió diametralmente con la cancelación por decreto presidencial del Seguro Popular en el primer trimestre del 2020 y la sustitución del mismo por el Instituto de Salud para el Bienestar, INSABI, el que fue un soberano fracaso en nuestro país a tal grado que tuvo que ser cancelado por el Congreso de la Unión.
La conocida televisora con proyección nacional, que ya cumplió tres décadas de transmisión ininterrumpida, incluyó en esta semana dicho reportaje, para hacer explícito que no se cumple el derecho a la protección de la salud en México como está plasmado en nuestra Constitución desde el año de 1984. Particularmente en Oaxaca, el grave problema de desabasto y las condiciones en que operan los servicios del sector salud en general son sumamente críticas, afectando principalmente a la población que no goza de los beneficios de la seguridad social. Son también un ejemplo de esta vergonzosa situación la cadena de hospitales de los Servicios de Salud de Oaxaca, incluyendo al Hospital General “Dr. Aurelio Valdivieso” y al Hospital de la Niñez Oaxaqueña “Dr. Guillermo Zárate Mijangos”. Al respecto, en una charla informal con mi estimado amigo, el Dr. Armando Altamirano Jiménez, quien fuera director general de este último, me comentó la diferencia abismal entre el apoyo que recibía de parte del Seguro Popular a como se encuentra ahora. Expresó que no hay punto de comparación.Por el bien de nuestros conciudadanos es urgente e impostergable que el nuevo Programa IMSS-Bienestar en nuestro estado comience a modificar el panorama negativo que existe actualmente. A la administración federal le restan solo cinco meses para demostrar siquiera que nos deja un país con cierta mejoría en su sistema de salud, porque pensar en la ilusa idea de que vamos a codearnos con las naciones más desarrolladas es punto menos que imposible como ya lo he comentado en esta columna. Menuda tarea tiene el director General del IMSS, que si no cumple los deseos del presidente Andrés Manuel López Obrador, más le hubiera valido renunciar a tan trascendente encomienda y dejar para otros tiempos su interés por gobernar el estado de Chiapas, de donde son sus raíces. El Instituto que dirige es reconocido por su capacidad de organización a nivel nacional e internacional; puede decirse que es la mejor dependencia del llamado Sistema Nacional de Salud; no ha sido fácil mantener esa distinción en este sexenio. La Secretaría del ramo pasó a ocupar un lugar secundario, y su titular no defendió, como lo hizo el Dr. Soberón, la rectoría de la dependencia a su cargo.
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