Hugo López Gatell en la OMS (¡?)



En fecha reciente de manera sorprendente los noticieros de nuestro país dieron a conocer la decisión de la Presidenta de la República de haber nombrado al Dr. Hugo López Gatell Ramírez, ex subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría del Ramo y ex vocero presidencial en la pasada administración federal, en calidad de representante del gobierno de nuestro país ante la Organización Mundial de la Salud, cargo que al parecer no existe en la estructura orgánica de la federación, lo cual fue repetido una y otra vez en los medios de difusión. Por parte del Grupo Fórmula, el famoso periodista Joaquín López Dóriga, informó varias veces que el citado ex servidor público asumiría ese cargo de inmediato con gastos pagados por la federación, los que incluyen renta de casa habitación, automóvil, transportación aérea México-Ginebra Suiza y viceversa las veces que sean necesarias, menaje de casa, alimentación, viáticos, otros gastos complementarios y por supuesto un determinado salario. El mismo comunicador de casi 80 años de edad comentó los graves errores que se le atribuyen a López Gatell y que lo llevaron a ser conocido como “El doctor muerte”, enumerando los desvíos que cometió prácticamente a partir de ser nombrado Vocero Presidencial durante la pandemia por Covid 19 en cuanto nuestro país registró casos y defunciones por esa terrible enfermedad viral; así es que desde el mes de marzo del 2020 López Gatell se convirtió en un personaje que alcanzó rápida fama a nivel nacional por sus frecuentes apariciones en las llamadas “mañaneras”, al lado del ex presidente Andrés Manuel López Obrador. A cerca del manejo de la pandemia sus intervenciones ocasionaron desde un principio desorientación en la población y el repudio del gremio médico y de los trabajadores de la salud en general, llegando al grado de señalar que la fuerza del Presidente radicaba en su calidad moral y con ello no podía contagiar a nadie ni mucho menos contagiarse el mismo del dichoso virus, lo que fue desmentido con el tiempo pues AMLO se enfermó varias veces siendo atendido por el equipo médico de las fuerzas armadas; también estuvo de acuerdo con la manera de defenderse del Covid por medio del llamado “detente” que exhibió el presidente en una mañanera; así mismo, desde un principio puso en tela de juicio el uso del cubreboca, lo que le permitió al Presidente no utilizarlo salvo cuando hizo un viaje a los Estados Unidos porque era una exigencia solicitada oficialmente a los pasajeros. Cuando por esos pecados capitales López Gatell fue objeto de críticas justificadas de connotados especialistas de México y del mundo, así como por la propia OMS el Presidente AMLO defendió a su vocero en plena mañanera sosteniendo varias veces ante los reporteros de la fuente que su vocero no estaba solo.

Las medidas impulsadas durante la pandemia contribuyeron oficialmente al registro de alrededor de 350,000 defunciones, pero la realidad es que hubo un exceso de muertes en ese periodo lo que ajustó la estadística a más de 800,000 decesos. López Gatell cayó en el error de difundir que si se llegaba a más de 60,000 muertes en el primer año de la pandemia sería una verdadera catástrofe, lo cual resultó cierto pero muy elevada en la realidad. El enorme descuido epidemiológico de otras enfermedades transmisibles y no transmisibles derivó en una disminución de la esperanza de vida de 75 a 71 años, lo que significó un retroceso de 30 años en ese indicador en nuestro país, la atención asistencial y preventiva se descontroló y en medio de un terrible caos se registraron descensos significativos en las estadísticas de salud de México, el programa de vacunación se deterioró a tal grado que las coberturas de todos los biológicos descendieron como nunca en los últimos 25 años; el programa de atención de niños con cáncer terminó en un sonado fracaso y el desabasto de medicamentos se hizo patente en todas las entidades federativas. Es innegable que la soberbia de López Gatell se manifestó al no tomar en cuenta al Consejo de Salubridad y a las asociaciones médicas de mayor prestigio como la Sociedad Mexicana de Salud Púbica, la Academia Nacional de Medicina, La Academia Nacional de Cirugía y la voz de los ex Secretarios de Salud de México, los que en sendos manifiestos a la Nación y en artículos impresos intentaron modificar la conducta asumida por el subsecretario. El mencionado nombramiento de un médico que prefirió manchar su nombre y apellidos y fracasó aparatosamente cuando fue postulado para competir para el cargo de Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y otros cargos de menor trascendencia, siendo escondido en el interior de Palacio Nacional, prácticamente en la ignominia, nos permitió presumir que en México, tachado como persona non grata, difícilmente encontraría un lugar en la medicina pública o privada, con lo que simplemente pasaría a la historia como un personaje siniestro sin legado alguno en la Salud Pública. Desconozco si el gremio médico organizado se ha manifestado públicamente en contra de un nombramiento que ha resultado ser una verdadera vergüenza y una burla para los mexicanos, pues no merecemos que un personaje con antecedentes tan negativos nos represente ante la OMS. Sería importante saber cómo se recibió en tan noble Institución Internacional el dichoso nombramiento y cómo van a tratar al nombrado cuando se conocen perfectamente a ese nivel los antecedentes de su historial como servidor público en un cargo que hasta antes de él no había tenido elementos del nivel del Dr. López Gatell. El tiempo lo pondrá en el lugar que merece. Y cerca de 5,000 trabajadores de la salud que lucharon denodadamente en la atención de la pandemia y fallecieron durante la misma, convirtiéndose el dato en el más elevado del mundo, seguramente están esperando en donde se encuentren la justicia divina.

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